
TEORÍA Y PRAXIS No.41 Vol.2 Junio-Diciembre 2022
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2.3. El Informe con Boesch
A nales de 1940, a petición de la Ocina de Asistencia Social en Saint
Gallen, Inhelder y quien sería su sucesor, Ernst Eduard Boesch, fueron encargados de
investigar aspectos de tipo inhibidor y con el potencial de interrumpir operaciones
escolares. Ambos examinaron cien niños y jóvenes que presentaban trastornos
intelectuales según los informes de diferentes autoridades escolares, ocinas de
asistencia social e incluso, de una ocina de “Bienestar anormal”. En los informes
que ambos analizaron se podía evidenciar una serie de prácticas pedagógicas y
también de psicología escolar, que se enfocan en diagnosticar y tomar medidas en
infantes y adolescentes (Kölbl, 2004; Wenger, 2021).
Esta investigación se da en paralelo a los estudios doctorales de Inhelder.
Los años de trabajo en Saint Gallen tienen una contribución notable en su
trayectoria profesional y académica. El informe solicitado por la institución reeja
el fuerte impacto del contexto histórico y el trabajo junto a Jean Piaget. Asimismo,
el informe expresa las consecuencias de los diagnósticos en contextos escolares,
así como también las condiciones socioeconómicas en las cuales se habían dado. A
modo de ejemplo, el informe mostraba cómo los traslados de niños y adolescentes
de las provincias hacia las capitales de distrito (como Saint Gallen) golpeaban a la
clase baja y más vulnerable (Kölbl, 2004; Wenger, 2021).
Como resultado, la investigación no solo reejaba características cognitivas
y prácticas propias de una sociedad en pleno apogeo de patologización infantil, sino
también ponía en relieve una serie de desigualdades sociales y económicas pues
los padres pertenecían a clases obreras en la gran mayoría de los casos (zapateros,
guardias, carniceros, entre otros). En tres casos los padres habían muerto y la única
madre con título era una sirvienta-institutriz calicada; por tanto, del 98% de los
informes estudiados de infantes y adolescentes que estaban asignados a clases
especiales, únicamente un caso provenía de una familia de clase alta en Suiza, el
resto formaban parte de las mayorías populares, en palabras exactas del informe:
milieux populaiers (Boesche e Inhelder, citados en Wenger, 2021, p.246).
De forma resumida, en primer lugar, las medidas en los informes mostraban
las consecuencias que tienen los exámenes de parte de un psicólogo escolar, el
cual, muchas veces, era “forzado” a reejar un diagnóstico (Wenger, 2021, p.244).
En segundo lugar, a pesar de que las clases especiales llevaban varios años (en
Saint Gallen, por ejemplo), aún eran escasas y la mayoría de clases se enfocaban
en el cuidado de los niños, y no en su formación educativa. En tercer lugar, la
educación especial, más que una “oferta” era en realidad una “medida de bienestar
obligatorio”; y, por tanto, ante los escasos “cursos especiales”, esto resultaba en
“colocaciones en sitios ajenos a la residencia de los niños y adolescentes”; lo cual
llevó a muchos niños a crecer en familias o instituciones adoptivas (Wenger, 2021,
p.245). En cuarto lugar, como se expresó antes, el informe reejaba que los niños,
las niñas y adolescentes colocados fuera de sus familias, provenían de hogares de
escasos recursos económicos o considerados “pobres” (Furrer et al. 2014; Ramsauer,
2000).