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Pero luego, en el país, además, toca sortear la intermitencia de la producción
académica o una cultura de “columna de opinión” resistente –si no es que ajena– a
ceñirse a formatos editoriales, al empleo del método cientíco o a, nada menos,
que a fundamentar adecuadamente los escritos. Ahora, por si fuera poco, por lo
dicho, también la competencia ha incrementado considerablemente, debido a la
multiplicidad de revistas existentes con normas de publicación homologadas con
criterios internacionales. Todos estos aspectos explican por qué muchos escritos
terminan rechazados luego de su respectivo proceso de revisión. Y, sin embargo,
se publica. Hecho que, al mismo tiempo, habla de la actualización, sosticación
y la mejora constante que evidencian tanto las revistas, como quienes pretenden
escribir en ellas.
La pandemia, por su parte, ha sido un arma de doble lo. Al tiempo que
ofreció una realidad compleja y multifacética sobre la cual escribir, también puso a
prueba las fuerzas de colaboradores y de la maquinaria de producción de las mismas
revistas. Con satisfacción se puede decir que la pandemia nunca interrumpió la
aparición semestral de Teoría y Praxis, aunque sí la connó –nunca mejor dicho–
a su presencia exclusiva, al menos por ahora, en línea. Obligó a trabajar “bajo
mínimos”, como decíamos constantemente con el Dr. Héctor Grenni, colega, amigo
y editor saliente de la revista durante más de la mitad de su existencia.
En este contexto Teoría y Praxis debía reinventarse. Mostrará, poco a
poco, nuevas características. Reacomodos en sus dos Consejos, ahora denominados
Editorial y Académico; cambios estilísticos en el aspecto de su portada (vigente
desde 2006) y en el interior de sus páginas; la institucionalización del formato APA en
sus páginas; la publicación de artículos (académicos y cientícos), ensayos y reseñas
(de libros, pero también de producciones audiovisuales); un nuevo “hábitat”, en su
propio sitio OJS (Open Journal Systems). Todo con la expectativa constante de hacer
crecer su contenido y escalar en las exigentes indexaciones. Asimismo, la revista
dejará de estar adscrita a la Facultad de Ciencias Sociales y Humanidades como
siempre lo estuvo. Ahora, será concebida como parte y expresión de la Universidad
Don Bosco, toda, como un vehículo y embajadora académica que objetiva el lema
universitario Vitam Impendere Vero: consagrar la vida a la verdad.
Entre tantos cambios, lo que no varía son las publicaciones académicas
en las páginas de la revista. En esta ocasión se presentan cuatro escritos. Un
artículo reexivo de corte teológico de Ramón Obdulio Lara Palma, titulado “De la
auto-comunicación de Dios a la identidad martirial del cristiano. El martirio en El
Salvador”, en el que se problematiza el martirio en un país en el que el sacricio
constituye moneda corriente.