93
Vol. 23, N.o 46, semestral: marzo-agosto 2025, pp. 93-101
https://doi.org/10.61604/typ.v23i46.459
http://hdl.handle.net/11715/2796
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Reseña de libro
N.o
46
Revista de Ciencias Sociales y Humanidades
Editorial Universidad Don Bosco - El Salvador
Luis Gerardo Monterrosa Cubías1
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),
México
Correo electrónico: gerardomonterrosa@comunidad.unam.mx
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-5846-7418
https://doi.org/10.61604/typ.v23i46.459
http://hdl.handle.net/11715/2796
La civilización fracasada. Crítica política
desde Ignacio Ellacuría al capitalismo, de
Carlos Mauricio Hernández
The failed civilization. Political critique of
capitalism in Ignacio Ellacuría, by Carlos Mauricio
Hernández
Recibido: 24 de noviembre de 2024
Aceptado: 16 de enero de 2025
Vol. 23, N.o 46 marzo-agosto 2025 pp. 93-101
ISSN 1994-733X
e-ISSN 2707-7411
Para citar este artículo : Monterrosa Cubías, L. G. (2025). La civilización fracasada. Crítica
política desde Ignacio Ellacuría al capitalismo, de Carlos Mauricio Hernández. Teoría y
Praxis, 23(46), 93–101. https://doi.org/10.61604/typ.v23i46.459
Los artículos de la Revista Teoría y Praxis de la Universidad Don Bosco,
El Salvador, se publican bajo los términos de la Licencia Creative
Commons: Reconocimiento, No Comercial, Compartir Igual 4.0
1 Salvadoreño y Doctor en Ciencias Sociales y Humanísticas. Es investigador de
la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
La civilización fracasada. Crítica política desde Ignacio Ellacuría al capitalismo,
de Carlos Mauricio Hernández
Luis Gerardo Monterrosa Cubías
94
Hernández, Carlos Mauricio (2022). La civilización fracasada. Crítica política
desde Ignacio Ellacuría al capitalismo. CIMSUR-UNAM, UCA
Editores. ISBN: 978-607-30-6502-3. 215 pp. https://doi.org/10.22201/
cimsur.9786073065023p.2022
El pensamiento de Ignacio Ellacuría sigue teniendo un impacto notable
treinta años después de aquella trágica noche del 16 de noviembre de 19891.
Un vistazo rápido en cualquier buscador de internet basta para confirmarlo. Por
ejemplo, en Google Académico aparecen estudios recientes como la tesis de
María José Camacho, defendida en el Tecnológico de Monterrey, que analiza su
planteamiento ético (Camacho, 2022); el artículo de José Coupeau, que recurre
a sus reflexiones teológicas (Coupeau, 2022); y el trabajo de Marcela Brito, quien
examina la politicidad de su filosofía (Brito, 2023).
Este continuo interés en las ideas del sacerdote jesuita que hizo de El
Salvador su hogar adoptivo se debe a diversos factores: el diálogo que estableció
con figuras como Hegel y Marx, la audacia de su teología política, la originalidad
de su filosofía y, sin duda, la forma en que sus propuestas respondieron a los
profundos problemas económicos, políticos y sociales del siglo XX2. Ellacuría no
solo interpretó la realidad salvadoreña, sino que buscó transformarla desde una
perspectiva ética y teológica que sigue inspirando a nuevas generaciones de
investigadores.
Los tres primeros esfuerzos caracterizan a todos los hombres y mujeres
que han dejado una huella profunda en la historia del pensamiento occidental.
Sin embargo, el último aspecto distingue a un grupo selecto, entre los que figura
Ignacio Ellacuría. Este jesuita no fue el intelectual aislado en un escritorio ni
alguien que se distanció del mundo para concentrarse únicamente en su
obra escrita. Por el contrario, Ellacuría se mantuvo al frente de la Universidad
Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en un contexto de amenazas y
violencia extrema. Conversó con los principales actores del conflicto armado
salvadoreño durante los años ochenta en procura de una solución negociada.
De esta praxis surgieron sus propuestas filosóficas y teológicas, que
se nutrieron de una lectura profunda de la realidad y abrieron un espacio para
las utopías. Ellacuría destacó por articular una dimensión filosófica negativa
y crítica, inspirada en Sócrates, pero también por desarrollar un sistema
1 Ese día, soldados del ejército salvadoreño entraron al campus de la Universidad Centroamericana
José Simeón Cañas, UCA, donde asesinaron a Ellacuría junto a cinco sacerdotes jesuitas más y dos
de sus colaboradoras: Elba y Celina Ramos.
2 Una muestra de la preocupación de Ellacuría por los problemas concretos de El Salvador durante
las décadas de 1970 y 1980 se refleja en sus artículos, publicados años después bajo el título Veinte
años de historia en El Salvador. Escritos políticos (1969-1989) (Ellacuría, 1991).
95
Vol. 23, N.o 46, semestral: marzo-agosto 2025, pp. 93-101
https://doi.org/10.61604/typ.v23i46.459
http://hdl.handle.net/11715/2796
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
constructivo y propositivo. Sus escritos, tanto académicos como los elaborados
para programas de radio, exhiben un fuerte carácter deontológico, es decir, una
ética del deber. En ellos siempre aparece una crítica implícita: una visión utópica
que, por su marcada distancia respecto a la realidad del momento, demanda
transformaciones radicales y urgentes.
Este principio, adoptado como hipótesis de trabajo, constituye el eje
central del libro de Carlos Hernández. Desde esta perspectiva, el autor explora la
utopía propuesta por Ignacio Ellacuría: “la civilización de la pobreza”, concebida
como una alternativa radical frente al capitalismo. A través de su análisis,
Hernández arroja luz sobre un aspecto esencial del quehacer intelectual del
jesuita, desentrañando pautas que utilizó para contextualizar históricamente las
ideas. Con ello, demuestra cómo las reflexiones teóricas de Ellacuría emergen
de un contexto sociopolítico específico y de experiencias personales concretas.
El trabajo de Hernández, lejos de estar confinado a las disquisiciones
propias de los círculos académicos, se presenta como una herramienta accesible
y útil para adentrarse en el pensamiento de Ellacuría. Su lectura ofrece una base
sólida para interpretar de manera más profunda los textos en los que el jesuita
aborda sus reflexiones filosóficas. Además, se trata de una obra interdisciplinaria,
anclada en las ciencias sociales, que integra contribuciones de la historia y la
teoría política. Hernández emplea, asimismo, una metodología propia de la
antropología —las historias de vida— para iluminar el contexto político y las
experiencias personales que moldearon la utopía de Ellacuría.
El libro que reseño está estructurado en cuatro capítulos. En el primer
capítulo, se explican las causas del estallido de la violencia política en El Salvador,
rastreando las décadas previas a 1980 y ofreciendo un análisis histórico que
permite comprender los factores subyacentes que llevaron al conflicto armado.
En el segundo capítulo, el autor realiza una reflexión teórica sobre la democracia
y el Estado en Centroamérica; en el tercero se da cuenta de la figura de Ellacuría
como actor político y, finalmente, en el cuarto capítulo, se analiza la utopía del
jesuita: la civilización de la pobreza, con una pregunta rectora: ¿se trata de una
apología de la pobreza? A continuación, expondré tres aspectos que caracterizan
a esta obra: su talante didáctico, la historización de conceptos y el abordaje de la
civilización de la pobreza.
La importancia de la forma
El libro La civilización fracasada, resultado de la investigación realizada
por Hernández de 2014 hasta 2018, se caracteriza por su accesibilidad y claridad,
lo cual facilita que el lector se adentre en temas complejos sin sentirse abrumado
por terminología excesiva o explicaciones complicadas. Este enfoque didáctico
refleja la habilidad del autor para comunicar conceptos teóricos de manera
La civilización fracasada. Crítica política desde Ignacio Ellacuría al capitalismo,
de Carlos Mauricio Hernández
Luis Gerardo Monterrosa Cubías
96
sencilla y comprensible. Hernández aplica un enfoque cercano y pedagógico.
Al no caer en pedantería intelectual, el autor guía al lector a lo largo de la obra,
asegurándose de que los puntos más difíciles o abstractos sean bien explicados
y contextualizados.
La obra también refleja profundamente las experiencias y vivencias
de Hernández como investigador y docente. Su enfoque pedagógico se hace
evidente cuando aborda temas complicados como la democracia y el Estado,
empleando el trabajo de académicos reconocidos como Robert Dahl y John
Dunn. Al mismo tiempo, el autor no se limita a transmitir teorías ajenas, sino que
las conecta con la historia de El Salvador. De esta forma, crea un puente entre
los conceptos de la teoría política y la realidad histórica del país. Además, al
explicar la utopía de Ellacuría, Hernández utiliza ejemplos prácticos y accesibles
que ayudan a los lectores a comprender ideas complejas del jesuita y su
propuesta de “la civilización de la pobreza”. Esto contribuye a que el lector se
sienta involucrado en el análisis y pueda apreciar la profundidad de la reflexión
sin perderse en detalles abstractos.
Quienes han leído los escritos filosóficos de Ellacuría saben bien que
es un pensador desafiante y difícil de entender, un autor que exige de sus
lectores una sólida preparación previa en historia de la filosofía y un manejo
adecuado de los neologismos desarrollados por Xavier Zubiri. El propio Ellacuría
advirtió que quien desee adentrarse en el terreno de la filosofía necesita una
formación técnica para comprender las profundidades de los pensadores que
suelen ser considerados los más inteligentes (Ellacuría, 1976/2001). Aplicando
esta advertencia a su propio pensamiento, se puede decir que la obra de
Hernández logra hacer accesible el enfoque de Ellacuría. Cada autor define a
su público a través del lenguaje que utiliza, y Hernández, en este sentido, ofrece
una obra introductoria que será valiosa en las aulas, no solo por su precisión y
claridad, sino también como un ejemplo de creatividad analítica. En este libro,
los planteamientos filosóficos de Ellacuría se utilizan para interpretar la historia
reciente de El Salvador, un ejercicio que reafirma la vigencia de su pensamiento.
Respuestas nuevas a problemas viejos
Hernández llevó a cabo en su investigación una operación doble y
complementaria. Por un lado, desentrañó la historización de los conceptos
propuesta por Ellacuría, la cual contiene una dimensión utópica; por otro, aplicó
este enfoque metodológico a la historia reciente de El Salvador. Así, el libro no
solo aporta herramientas analíticas para comprender el estallido del conflicto
armado en este país centroamericano, sino que también demuestra la vigencia
del pensamiento del jesuita. Ellacuría ofrece un marco crítico para examinar los
discursos de los funcionarios salvadoreños del siglo XX, y hace evidentes las
consecuencias de vaciar los conceptos de su significado original. Este análisis
refuerza la utilidad de su filosofía para interpretar procesos históricos concretos.
97
Vol. 23, N.o 46, semestral: marzo-agosto 2025, pp. 93-101
https://doi.org/10.61604/typ.v23i46.459
http://hdl.handle.net/11715/2796
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
En este sentido, Hernández destacó el discurso de Rodolfo E. Cordón,
presidente interino que abrió paso a la era del Partido de Conciliación Nacional
(PCN). En 1962, Cordón exaltó la vocación democrática del pueblo salvadoreño,
la cual se manifestó, desde su perspectiva, en la jornada electoral celebrada
ese año. Sin embargo, Cordón omitió en su intervención las circunstancias que
hicieron posible dicho evento. Meses antes, un grupo de militares ejecutó un
golpe de Estado y luego promulgaron una Constitución con el único propósito
de que uno de los complotados compitiera por la presidencia. De hecho, cuando
el coronel Julio A. Rivera se disponía a participar en unos comicios que eran
mero trámite, ya que todos los candidatos de la oposición habían abandonado
la contienda, la Asociación General de Estudiantes Universitarios Salvadoreños
(AGEUS) decidió no dejarlo solo y presentó a su propio candidato.
Por aquellos días, muchos rumores circularon en San Salvador. Entre
ellos se comentaba el posible retorno al país de Arturo Romero, el principal
opositor al general Maximiliano Hernández Martínez en la década de 1940. Sin
embargo, en la fecha señalada para la presentación del candidato, los capitalinos
se llevaron una enorme sorpresa. Víctor Valle relató que los organizadores del
desfile consiguieron un burro en San Antonio Abad, le colocaron un uniforme
militar y lo subieron en una carroza. “Lo llevaron a la Plaza Libertad y provocaron
las carcajadas de la población congregada en el lugar. Recuerdo que el desfile
empezaba con una manta que decía: este burro es coronel, este coronel es burro”
(Valle, 2021, p. 54-55). Con esta sátira, los estudiantes universitarios buscaron
denunciar con humor la farsa electoral que el oficialismo había orquestado.
La anécdota anterior no solo evidencia el ingenio y la osadía de los
estudiantes universitarios de los años sesenta, sino que también, en un punto
más profundo, subraya la desconexión entre los discursos oficiales y la realidad
del país. Precisamente hacia ese análisis orienta la historización de los conceptos
propuesta por Ellacuría. Este enfoque invita a examinar los conceptos políticos
que sustentan la legitimación de una sociedad, especialmente aquellos que se
presentan con un significado normativo. Como señala José Manuel Romero,
“la historización consiste en comprobar si un determinado concepto o derecho
proclamado como efectivo político e institucionalmente se está realizando en
verdad en una determinada situación sociohistórica” (Romero, 2016, p. 55).
Este fue precisamente el ejercicio que Hernández llevó a cabo al analizar
ciertos episodios de la historia política salvadoreña. En su estudio recurrió a los
análisis de coyuntura elaborados por Ellacuría para repensar eventos clave
como la frustrada reforma agraria de los años setenta —que motivó uno de los
editoriales más célebres del jesuita: “A sus órdenes mi capital”— y las elecciones
de la década de 1980, las cuales derivaron en la aprobación de una nueva
Constitución y en la llegada de José Napoleón Duarte a la presidencia.
La civilización fracasada. Crítica política desde Ignacio Ellacuría al capitalismo,
de Carlos Mauricio Hernández
Luis Gerardo Monterrosa Cubías
98
En estos tres casos, el concepto de historización que propuso Ellacuría
resulta crucial para comprender el incumplimiento de los objetivos enunciados:
aliviar las tensiones sociales derivadas de la desigual distribución de la tierra
(Orbelin y Volkind, 2023) y frenar la creciente espiral de violencia que caracterizó
los ochenta. Desde la perspectiva del filósofo, la proclamación institucional del
bien común se transforma en ideologización cuando se plantea de manera
abstracta y desprovista de las condiciones materiales necesarias para su
concreción. En el caso de la democracia, su falta de materialización genera un
estado de cosas que contradice los ideales normativos que se proclaman en su
nombre (Ellacuría, 1978/2001).
En este sentido, el libro reseñado ofrece pistas valiosas para explorar
el trayecto de la democracia en Centroamérica. Carlos Hernández, en su
segundo capítulo, realizó un análisis profundo de esta forma de gobierno, desde
el desprecio que le otorgaron filósofos como Platón y Aristóteles en la Antigua
Grecia, hasta su reivindicación por los pensadores modernos con el diseño del
sistema representativo. Posteriormente, a través de los trabajos de Edelberto
Torres Rivas, Sajid Herrera y Jornada Dym, delineó las particularidades del
desarrollo democrático en la región centroamericana.
Hernández argumenta, con apoyo de estos autores, que la adopción y
legitimación del término democracia en el siglo XIX no significaron automáticamente
la creación de mecanismos que promovieran la pluralidad política, el acceso
universal al voto, o la realización de elecciones libres y transparentes. Como
señala Dym y Herrera (2014): “Más bien, se optó por un sistema representativo
republicano para evitar un gobierno democrático en el que los individuos, con
voto directo, manejasen el poder político” (p. 104). ¿Invalida esta revisión crítica a
la democracia como forma de gobierno? ¿Debería rechazarse por los resultados
negativos señalados? Nada más alejado del planteamiento de Ellacuría. Como
explicó Hernández, el jesuita no descalificó los conceptos como democracia por
sus usos formales o abstractos, sino que buscó revelar su contenido de verdad.
Para Ellacuría, la tarea de la historización consiste en rescatar y preservar los
elementos de justicia, verdad y valor que contienen estos conceptos, y separarlos
de su instrumentalización ideológica. Por tal razón, en la historización no se refuta
la totalidad del mensaje ideologizado porque se perdería la verdad, la justicia y el
valor que contienen, sino que se separa y se muestra en la praxis histórica cuál
es el modo de convertir en realidad lo que sólo se queda en ideal. Y es ahí, en
esa valoración, que aparece la dimensión utópica de los conceptos normativos,
tema que nuestro autor analizó en el cuarto capítulo del libro.
99
Vol. 23, N.o 46, semestral: marzo-agosto 2025, pp. 93-101
https://doi.org/10.61604/typ.v23i46.459
http://hdl.handle.net/11715/2796
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Hernández (2022) desarrolla en estas páginas una tesis que considero
acertada:
…lo que se pueda desarrollar sobre la teorización del Estado y la
democracia desde el pensamiento de Ellacuría pasa por su examen a
la luz de la utopía propuesta por él sobre la civilización de la pobreza.
Cualquier otro abordaje que pretenda separar el análisis político
ellacuriano de su propuesta utópica será impreciso. (p. 175)
Con base en esta perspectiva, se volvió imprescindible explicar la
dimensión utópica en el pensamiento del filósofo. Por ello, el autor recurrió
a fuentes como la teología de la liberación y una filosofía orientada a ejercer
el pensamiento crítico. Asimismo, exploró los elementos clave que Ignacio
Ellacuría utilizó para comprender el funcionamiento de las civilizaciones: el motor
fundamental y el principio de humanización.
A través de estos dos elementos, Ellacuría analizó la civilización de la
riqueza, la cual contrasta radicalmente con su propuesta utópica. En términos
generales, esta civilización mide el éxito individual por los recursos materiales
acumulados y presenta como modelos de vida deseables aquellos basados en
la abundancia y el derroche. Sin embargo, Ellacuría advirtió sobre el problema
fundamental de esta visión: su incapacidad para cumplir con el principio de
universalización formulado por Immanuel Kant. Como el jesuita señaló (Ellacuría,
1989/2000):
Si el comportamiento y aun el ideal de unos pocos no puede convertirse
en un comportamiento y en realidad de la mayor parte de la humanidad,
no puede decirse que ese comportamiento y ese ideal sean morales y ni
siquiera humanos (P. 249)
Además, concluyó con una reflexión contundente: “En nuestro mundo,
el ideal práctico de la civilización occidental no es universalizable, ni siquiera
materialmente, por cuanto no hay recursos en la tierra para que todos los países
alcancen el mismo nivel de producción y consumo (Ellacuría, 1989/2000, p. 249).
Frente a esta limitación, Ellacuría planteó su utopía concreta: la civilización de la
pobreza. Según las palabras del jesuita:
En esta, el motor fundamental ya no es acumular hasta alcanzar el mayor
exceso posible. Lejos de eso, se busca construir todo un ordenamiento
humano en distintos ámbitos de la vida que tenga como fundamento
esencial la satisfacción de las necesidades básicas de los seres humanos
y su realización personal y comunitaria. (Citado por Hernández, 2022, p.
142)
La civilización fracasada. Crítica política desde Ignacio Ellacuría al capitalismo,
de Carlos Mauricio Hernández
Luis Gerardo Monterrosa Cubías
100
En el libro que reseño, Hernández aborda y debate varios aspectos de
esta propuesta, y ofrece al lector herramientas críticas para explorar campos
como la ecología política. Estas reflexiones resultan particularmente relevantes
en el contexto actual, en el cual miles de refugiados escapan de sus países
debido a la violencia, la marginación y los efectos del cambio climático.
En síntesis, considero que el libro de Hernández proporciona herramientas
valiosas para una evaluación crítica tanto de la historia de El Salvador como del
mundo actual. La obra nos invita a redescubrir la relevancia del pensamiento
socrático y la fuerza transformadora de la filosofía cuando esta ilumina el camino
recorrido. Hernández destaca las íntimas relaciones entre la obra de un pensador
y el contexto que la originó, y demuestra cómo el pensamiento de Ellacuría no
solo fue una respuesta a su tiempo, sino también una guía ética y política que
mantiene su vigencia.
Referencias
Brito, Marcela. (2023). Politicidad de la filosofía en Ignacio Ellacuría: algunas
claves para repensar la política. Res Publica. Revista de Historia de las
Ideas Políticas, 26(1), 1-23. https://doi.org/10.5209/rpub.81318
Camacho, María J. (2022). Ética y realidad histórica: una propuesta desde el
pensamiento de Ignacio Ellacuría. (Tesis de doctorado en Estudios
Humanísticos). Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de
Monterrey. https://repositorio.tec.mx/handle/11285/648510
Coupeau, José C. (2022). Una ciudad en lo alto: espiritualidad y ciudad en los
Escritos teológicos de Ignacio Ellacuría. Theologica Xaveriana, (72),
1-26. https://doi.org/10.11144/javeriana.tx72.caecet
Dym, Jornada y Herrera, Sajid. (2014). Estado. En Jordana Dym y Sajid
Herrera (Coord.), Centroamérica durante las revoluciones atlánticas: el
vocabulario político, 1750-1850 (pp. 113-126). Instituto Especializado de
Educación Superior para la Formación Diplomática.
Ellacuría, Ignacio. (1976/2001). Filosofía ¿para qué? En Escritos filosóficos
(pp. 115-128). t. III. UCA Editores.
Ellacuría, Ignacio. (1978/2001). Historización del bien común y de los derechos
humanos en una sociedad dividida. En Escritos filosóficos (pp. 207-217).
t. III. UCA Editores.
101
Vol. 23, N.o 46, semestral: marzo-agosto 2025, pp. 93-101
https://doi.org/10.61604/typ.v23i46.459
http://hdl.handle.net/11715/2796
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Ellacuría, Ignacio. (1989/2000). Utopía y profetismo desde América Latina. Un
ensayo concreto de soteriología histórica. En Escritos teológicos (pp.
233-293). t. II. UCA Editores.
Ellacuría, Ignacio (1991). Veinte años de Historia en El Salvador. Escritos
políticos. UCA Editores.
Orbelin, Matías y Volkind, Pablo. (2023). Radiografía del campesinado
salvadoreño al momento del Primer Congreso Nacional de Reforma
Agraria (1970). Revista de la Red de Intercátedras de Historia de América
Latina Contemporánea, 10(19), 66-85.https://revistas.unc.edu.ar/index.
php/RIHALC/article/view/43250
Romero, José Manuel. (2016). La historización como crítica inmanente de la
ideología en Ignacio Ellacuría. Revista de Estudios Centroamericanos,
71(744), 51-66. https://doi.org/10.51378/eca.v71i744.3153
Valle, Víctor. (2021). Siembra de vientos. El Salvador 1960-1969. Editorial
Universitaria.