“Están en contra de lo que nos han hecho
creer”: Discursos sobre la polarización
en El Salvador
“They Are Against What We Have Been Led
To Believe”: Discourses On Polarization In El
Salvador
Recibido: 11 de octubre de 2023
Aceptado: 02 de julio de 2024
Artículo 2
N.o
45
Revista de Ciencias Sociales y Humanidades
Editorial Universidad Don Bosco - El Salvador
Carlos Iván Orellana1
Universidad Don Bosco, El Salvador
Correo electrónico: ivan.orellana@udb.edu.sv
ORCID: https://orcid.org/0000-0002-4936-867X
Amparo Marroquín-Parducci2
Universidad Centroamericana José Simeón Cañas, El
Salvador
Correo electrónico: amarroquin@uca.edu.sv
ORCID: https://orcid.org/0000-0003-3996-3974
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
1Dr. en Ciencias Sociales. Codirector del Doctorado y la Maestría en Ciencias Sociales
UCA/UDB, Universidad Don Bosco, El Salvador.
2Profesora del Departamento de comunicaciones y cultura. Universidad
Centroamericana José Simeón Cañas (UCA). El Salvador.
Los artículos de la Revista Teoría y Praxis de la Universidad Don Bosco,
El Salvador, se publican bajo los términos de la Licencia Creative
Commons: Reconocimiento, No Comercial, Compartir Igual 4.0
Vol. 22, N.o 45 septiembre-diciembre 2024 pp. 69-98
ISSN 1994-733X
e-ISSN 2707-7411
Para citar este artículo : Orellana, C. I., & Marroquín-Parducci, A. (2024). “Están en contra
de lo que nos han hecho creer”: Discursos sobre la polarización en El Salvador. Teoría y
Praxis, 22(45), 69–98. https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
Resumen
Desde 2019, con la llegada de Nayib Bukele a la presidencia, se han producido cambios
relevantes en el sistema de partidos, el régimen político y en las dinámicas de la cultura
política. El presente artículo da cuenta de una investigación cualitativa que exploró
discursos sobre temas de actualidad y polarización en El Salvador. El estudio se llevó
a cabo entre 2021 y 2022 con la participación de 66 personas salvadoreñas distribuidas
en 11 grupos focales desarrollados en el territorio nacional y en Estados Unidos. Los
participantes fueron seleccionados intencionalmente según se identificaran como
simpatizantes o como detractores del presidente y su gestión. El análisis de los temas
explorados produjo tres categorías discursivas que a su vez fueron triangulados con
datos de encuesta: cohesión social y conflicto, problemas nacionales y perspectivas de
futuro, y democracia y populismo. Los principales hallazgos sugieren la existencia de
posturas críticas hacia el oficialismo que dibujan una tensión entre pesimismo y optimismo
hacia el futuro, los consensos como parte de la dualidad polarizante y el silencio como
estrategia cotidiana para evitar u ocultar el conflicto. A pesar de una narrativa instalada
según la cual la polarización no existe, la investigación sugiere que en la actualidad el
presidente constituye el principal factor instigador de confrontación en El Salvador y que la
polarización persiste bajo nuevas expresiones —en apariencia— alejadas de la conocida
contienda ideológica-partidista.
Palabras clave: polarización, autoritarismo, ideología, Nayib Bukele, El Salvador.
Abstract
Since 2019, with the arrival of Nayib Bukele in the presidency, there have been relevant
changes in the party system, political regime, and the dynamics of political culture. This
article reports on qualitative research that explored discourses on current issues and
polarization in El Salvador. The study was carried out between 2021 and 2022 with the
participation of 66 Salvadoran people distributed in 11 focus groups developed in the
national territory and the United States. Participants were intentionally selected based on
whether they identified themselves as supporters or detractors of the president and his
administration. The analysis of the themes explored produced three discursive categories
that were triangulated with survey data: social cohesion and conflict, national problems
and future perspectives, and democracy and populism. The main findings suggest the
existence of critical positions toward the government that draw tension between pessimism
and optimism towards the future, consensus as part of the polarizing duality, and silence
as a daily strategy to avoid or hide conflict. Despite an installed narrative according to
which polarization does not exist, the research suggests that the president is currently the
main instigator of confrontation in El Salvador and that polarization persists under new
expressions —apparently— far from the well-known ideological-partisan contest.
Keywords: polarization, authoritarianism, ideology, Nayib Bukele, El Salvador
71
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Introducción
Durante la segunda toma de posesión de Nayib Bukele, las redes
sociales mostraron intercambios y sentimientos encontrados. Sin embargo, entre
los mensajes, hubo uno que fue repetido por las cuentas oficiales de varios
funcionarios: el presidente consiguió terminar la polarización que se vivía. Con
esta afirmación se venía a reforzar la narrativa oficial según la cual el país inició
una nueva era, la del bukelismo.
El Salvador ha experimentado transformaciones sociopolíticas aceleradas
que han cambiado la manifestación de dinámicas políticas hasta hace poco
familiares. Así parece ocurrir con la polarización. La devaluación del espectro
ideológico izquierda-derecha por parte de personas políticas, pero también por
parte de la academia, en tanto que referente fundamental de polarización de
antaño en el país, justifican la exploración de las manifestaciones actuales del
fenómeno de tal forma que, sin perder de vista la persistencia de dicha matriz
ideológica, se consideren nuevas expresiones, más inmediatas, relacionales e
imbuidas en las preocupaciones cotidianas. La polarización no ha terminado,
pero es plausible pensar que su mapa ha cambiado.
En medio del fragor del conflicto armado, en 1984, el psicólogo social
Martín-Baró (1992a) sostenía que, junto con la violencia y la proliferación de
la mentira, la polarización social constituía uno de los configuradores de las
relaciones sociales de entonces. La guerra traía consigo la polarización social,
entendida como “el desquiciamiento de los grupos hacia extremos opuestos” (p.
29), en los que “ellos” son invariablemente y a priori “malos”, y “nosotros”, los
buenos. Ahora, en 2024, se reconoce que tanto la ideología como la pertenencia
a distintos clivajes sociales (e.g., afinidades políticas dispares, posturas liberales
y conservadoras) pueden traducirse en polarización afectiva, cuestión que sería
aún más cierta gracias a la enorme capacidad de movilización emocional de las
redes sociales, como lo comprueba el mismo caso de El Salvador bajo el mandato
del presidente Bukele (Mila-Maldonado et al., 2022; Rogowski y Sutherland,
2016; Waisbord, 2020).
Por su parte, Kessler y Vommaro (2021), sostienen que la polarización
puede ser verificada desde una perspectiva histórica, a partir de temas o issues
sociales, de corte moral-cultural o económico distributivo. Los autores sostienen
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
72
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
que el estudio de la polarización también debe incluir los consensos, en cuanto que
estos también encierran perspectivas de contraste sobre la realidad. De manera
interesante, los consensos parecen jugar un papel dual en las dinámicas de
polarización pues, mientras cabe la posibilidad de que sean genuinos, Velázquez
Cuartas et al. (2020, p.159) encuentran que estos también constituyen prácticas
de “silencio asumido”, una suerte de pacto de no agresión —en condiciones de
conflicto no necesariamente reconocido— por el que se opta para evitar dañar
emocionalmente al otro y evitar la confrontación abierta. La (auto)imposición de
silencios para evitar escalar el conflicto se considera una expresión derivada de
la polarización política que, además, puede tomar la forma de disputas familiares
en las que emergen posturas políticas antagónicas (amigo-enemigo) o en las que
se recurre a agravios y provocaciones mutuas debido a posturas políticas del
pasado (Avendaño Ramírez y Villa Gómez, 2021).
Considerando el trasfondo anterior, el objetivo general de la presente
investigación fue explorar discursos de simpatizantes y detractores del
presidente Bukele y de su Partido Nuevas Ideas (NI) respecto a distintos temas
de preocupación nacional en tanto que indicios de la manifestación actual de la
polarización en El Salvador. Lo que se presenta ahora es parte de una investigación
más amplia sobre polarización política y democracia en Latinoamérica que lidera
la Universidad Nacional de San Martín, en Argentina, y que busca comparar
posicionamientos ciudadanos sobre temas controvertidos para aproximarse así a
la gestión contemporánea del conflicto en la región (ver Kessler y Vomaro, 2024).
La polarización en el marco histórico de las transformaciones políticas
nacionales
La polarización3 ha constituido una característica constitutiva y
reconocida de la sociedad y del sistema político salvadoreño, al menos
6 En la literatura disponible en El Salvador la polarización suele acompañarse de adjetivos
como “política”, “social”, “partidista o “ideológica”. Estas nociones encuentran matices,
pero también se utilizan de forma intercambiable. Dado el contexto de discusión en el
que se emplean, suelen referirse a la separación que existe entre posturas ideológicas en
virtud de los polos de izquierda y derecha del espectro político, sea que dicha separación
se verifique en el ámbito de los partidos políticos o en el de los pareceres de la opinión
ciudadana. Para efectos de claridad expositiva y a menos que se especifique otra cosa,
en el texto se hablará solo de polarización, “a secas”, sin adjetivo alguno, para hablar de
la polarización antes descrita (i.e., izquierda-derecha) pero también de expresiones de
polarización cotidianas que, por ejemplo, se producen por el desacuerdo sobre issues
sociales sin que la pertenencia ideológica sea clara o manifiesta.
73
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
durante los últimos 40 años. Durante la guerra de los 80s, Martín-Baró (1983;
1992b, p. 245) sostenía que la polarización generaba procesos especulares
que fortalecían estereotipos entre los bandos enfrentados, de la gente común
y de estudiantes universitarios hacia aquellos, instigados por el favoritismo
grupal. Asimismo, hipotetizaba que la polarización de entonces, con su
continua disrupción relacional como la exigencia de parcialidad entre posturas
que ponían la vida en juego, podía llegar al punto de encontrar expresiones
corporizadas traumáticas en la niñez, al someterla al dilema existencial de
“polarización-desgarramiento”, con la consecuencia de propiciar mentalidades
dicotómicas, poco creativas para resolver problemas y proclives a la violencia.
Para Martín-Baró (1992a), la polarización erosionaba la convivencia
cotidiana al condicionar los marcos de referencia de acuerdo con su
funcionalidad sectaria: solo cabía estar a favor o en contra, y cualquier atisbo de
indefinición, lejos de distanciar del conflicto, confirmaba la condición de enemigo.
La polarización durante la guerra corroe la cotidianidad al grado de propiciar
procesos de “absolutización, idealización y rigidez ideológica” hasta conseguir el
“anquilosamiento de ideas y de valores” (Samayoa, 1992, pp. 52-53).
La dinámica polarizante de la guerra permea también la contienda política.
En los 80s se celebraron elecciones bajo las balas y la disputa antagónica por
el poder político recaía en el partido de la Democracia Cristiana (PDC) como
opción de centro y la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), representando
la derecha. El sistema de partidos es considerado entonces, a pesar de la
existencia de otros partidos políticos, como bipolar (Córdova Macías et al., 2007).
Finalizada la guerra formalmente con los Acuerdos de Paz de 1992, y
una vez iniciado el proceso de consolidación de la democracia salvadoreña,
el extremismo político inherente a la polarización propia del período de guerra
se traslada y vehiculiza especialmente a través de los partidos políticos
representantes de la derecha –ARENA– y la izquierda –la otrora guerrilla, el
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional, FMLN–, institutos políticos
cuya simiente se encuentra en el conflicto armado. Más adelante, parte de la
inestabilidad que experimentará la democracia salvadoreña en los 90s, en cuanto
que ejemplo de la fragilidad de las democracias centroamericanas, se explicará
por la polarización que ahora conlleva la petición de votos, en una suerte de
reedición de las dinámicas fragmentadoras de la guerra (Torres-Rivas, 2007).
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
74
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Desde 1989 hasta 2019, ARENA mantuvo la presidencia durante 20 años,
hasta el 2009, cuando finalmente se produce una alternancia en el ejecutivo en
favor del FMLN que, a su vez, revalidaría en los comicios de 2014. Durante este
período, la polarización marca la siempre endeble democracia salvadoreña. Esta
es identificable cuando procesos de escisión y distanciamiento continuo entre
actores de distinto signo, usual pero no exclusivamente partidos políticos, “ya
sea respecto a sus visiones del mundo, a sus propuestas programáticas o a sus
prácticas políticas, es de tal grado elevada, que interfiere, paraliza o destruye el
adecuado funcionamiento del sistema político” (Zamora, 2007, p.66) así como la
convivencia social.
Durante estas tres décadas, se fragua un sistema de partidos con visos
de multipartidismo bipolar —gracias a ARENA y el FMLN— que conduce a la
polarización del sistema4; en el que se carece de partidos de centro (en sentido
estricto); donde la ideología constituye uno de los principales predictores de
la preferencia partidaria y “las dos principales fuerzas políticas han perdido la
capacidad de concertar y alcanzar acuerdos en temas relevantes para el país”
(Azpuru, 2010; Córdova et al., 2007, p. 194; Marroquín, 2015, 2020). De un
sistema con estas características se coliga la emergencia de una cultura política
con votantes y partidos polarizados en la que se “privilegia la conflictividad”
(Artiga-González, 2020; Whitehead et al., 2005, p. 65).
Emergencia y manifestaciones generales del bukelismo
En junio de 2019, en El Salvador tuvo lugar la sexta elección presidencial
desde la firma de los Acuerdos de Paz de 1992. En esta ocasión fue electo el
presidente más joven en la historia del país (38 años), con una cantidad de votos
válidos superior a la obtenida por todos los otros partidos contendientes juntos
(Córdova Macías y Cubas, 2019). Con el resultado de esta elección, se arrebató
el poder a los partidos tradicionales de izquierda y de derecha, nacidos durante
la guerra en la década de 1980 y entre los cuales se había alternado el poder
ejecutivo hasta entonces.
El entonces nuevo presidente, Nayib Bukele, un empresario millonario sin
estudios superiores, rápidamente destacó por un estilo confrontativo, personalista,
7 Según Marroquín (2020, p. 78), antes de 2019, en El Salvador se presentan altos niveles
de polarización. Parte de la explicación de este hecho reside en la existencia de una
enorme masa de votantes desencantados con los partidos que terminan ejerciendo
fuerzas centrífugas en el espectro político (votan a las extremas o se abstienen) y debido al
“recalentamiento ideológico” que cada campaña electoral revive el extremismo heredado
de la guerra.
75
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
efectista y grandilocuente que encuentra en las redes sociales –especialmente
Twitter, la red ahora denominada X– su principal plataforma de presencia y
autopromoción. Su mandato tomó un giro definitivo cuando el 9 de febrero de
2020 irrumpió en la Asamblea Legislativa con el Ejército con el fin de presionar
a los diputados para la aprobación de préstamos para la implementación de un
–supuesto– plan de seguridad de gran alcance. Sin que concluyera el primer año
de gobierno, Dada (2020) sostenía que el país ya atravesaba una triple crisis:
sanitaria por la pandemia, económica por el desempleo súbito, la informalidad
y la pobreza, y política, debido a la creciente confrontación, la militarización y
la amenazas que se prodigaban desde las instancias oficiales a personas e
instituciones contestatarias.
Durante su primer quinquenio, el gobierno de Bukele evidenció rasgos
distintivos de su forma de ejercer el poder: el 2020 mostró la falta de transparencia
en los gastos y procedimientos que fueron patentes durante la gestión de la
pandemia; el 2021, destacó por el desmantelamiento de la institucionalidad
democrática y la separación de poderes gracias a que Nuevas Ideas (NI),
el partido del presidente, ganó la mayoría legislativa y que el presidente se
adjudicara la posibilidad de nombrar su propio candidato a fiscal y magistrados
afines en la sala de lo constitucional; en el 2022, por su parte, se decreta el estado
de excepción, cuya ininterrumpida vigencia 27 meses después, ha conducido al
socavamiento de los derechos humanos pero al fortalecimiento del militarismo y
la cultura del castigo para llevar a cabo lo que el oficialismo ha llamado “la guerra
contra las pandillas”.
Esta tríada —opacidad, erosión de la institucionalidad democrática y
punitividad— continuó de manera constante en los siguientes años, aunque en
2023 se da un paso adicional al manufacturar el acceso a un segundo período
presidencial: la reelección. Para ello, se llevó a cabo una serie de acomodamientos
legales y reinterpretaciones de la constitución. A pesar de todo, incluso de las
sospechas de corrupción, de instigar el conflicto contra voces opositoras, de haber
realizado un pacto con las pandillas o de aprobar medidas impopulares como la
implementación del Bitcoin como moneda de curso legal, Bukele ha mantenido
una alta aprobación ciudadana durante todo este tiempo (Instituto Universitario
de Opinión Pública [IUDOP], 2023; Quintanilla, 2024). Así se hizo patente con la
mayoritaria votación a su favor en la reelección presidencial de febrero de 2024,
aun y cuando esta contrariaba las reglas constitucionales establecidas en el país.
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
76
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Bukele se mostró desde el inicio enfrentado a los poderes y las extremas
tradicionales a través de la etiqueta peyorativa de “los mismos de siempre”. Su
halo de mandatario rompedor, de “elegido” que persigue una causa en favor del
“pueblo”, se ha alimentado gracias a un constante flujo comunicacional, que tiene
lugar fundamentalmente en redes sociales, y para cuyo despliegue combina
aspectos juveniles, religiosos y performativos que, las más de las veces, sirve
para instigar la separación interesada del mundo en amigos y enemigos, en ellos
y nosotros, a través de “retóricas de antagonismo” (Aguilar Vázquez, 2022a;
Menjívar Argueta et al., 2020; Navas, 2020; Sermeño Quezada, 2021, p. 10).
El retroceso democrático que ha experimentado El Salvador es tal
que la organización Freedom House (2022) devuelve más de 20 años atrás el
avance de la democracia en el país y ahora lo considera como “parcialmente
libre”, denominación que alguna vez ostentó desde antes la guerra, hasta 1997.
Asimismo, a estas alturas, la academia, dentro y fuera del país, reconoce a
Bukele como un líder autoritario populista (Díaz González et al., 2021; Navas,
2020; Roque Baldovinos, 2020; Sermeño Quezada, 2021).
En el marco de la discusión sobre polarización que ocupa a este trabajo,
El V-Dem Institute (Boese et al., 2022), constata que la “polarización tóxica”,
es decir, aquella que se vuelve ubicua al grado de moldear la sociedad, ha
incrementado y contribuye a los procesos de autocratización contemporáneos.
La polarización tóxica se manifiesta bajo la forma del irrespeto a la oposición
y al pluralismo, la desmesura argumental y, en general, por el deterioro de la
deliberación. Mila-Maldonado et al. (2022), identifican, a través del análisis de
una muestra de mensajes de Twitter del mandatario5, que Bukele tiende a recurrir
a un discurso altamente polarizante cuando se refiere a sus adversarios políticos
y al defender al pueblo desde una posición redentora, mientras que apela a una
presencia carismática, protectora y transparente con la que rebaja la polarización.
5La investigación de Mila-Maldonado et al. (2022) se desarrolla en el marco del embate
de la pandemia por la Covid-19 y un año antes de que Bukele contara con una Asamblea
Legislativa favorable a sus intereses. No obstante, la caracterización elaborada tiene plena
vigencia pues permite extrapolar los hallazgos a la situación actual, así como identificar el
estilo comunicacional del mandatario en una situación crucial: cuando las circunstancias
no necesariamente están a su favor y la confrontación deviene en un patrón recurrente, así
como en una herramienta política imprescindible en su estilo de gobierno. Según Orellana
et al. (2023), el perfil de personalidad atribuido a Bukele, en consonancia con el de lideres
populistas, parecer orientarse al antagonismo al manifestar alta extraversión y rasgos
oscuros de la personalidad, pero bajos niveles de afabilidad y de estabilidad emocional.
77
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Distintos análisis de los autores confirman que un aspecto predominante en las
comunicaciones generales de Bukele es la confrontación.
El giro rápido y radical experimentado por el sistema político salvadoreño,
punto de llegada de lo que Roque Baldovinos (2020, p. 240) denomina como
“la espiral descendente de la legitimidad del régimen de la posguerra”, permite
evidenciar contrastes relevantes respecto al período 1989-2019 antes descrito y,
con ello, rasgos políticos del bukelismo.
Hoy, el sistema político se ha degrado en materia de institucionalidad,
derechos y libertades civiles y el régimen actual ya no se considera una
democracia, sino una autocracia electoral (Boese et al., 2022; Freedom House,
2022) o, en palabras del Latinobarómtero (2023, p. 13), una “electo-dictadura
civil”. En un marco de tránsito, en buena medida impulsado por el desencanto,
de las preferencias y membresías partidarias hacia identidades políticas más
volátiles caracterizadas por la alianza instrumental con otros (Monterroza y
Castro, 2021; Santacruz Giralt, 2021), Nuevas Ideas se posiciona en el sistema
de partidos como un partido “antisistema” o de “ideología extraña” (es decir
que, en la práctica, carece de agenda clara, al moverse por la inmediatez y el
oportunismo). Precisamente, la ideología, en los términos conocidos durante
las tres décadas previas, ahora pasa a segundo plano o resulta abiertamente
estigmatizada6, en consonancia con la irrelevancia programática de la oposición
política. Debido a sus calculados distanciamiento ideológico y aversión a las
extremas, en un primer momento, este instituto político en apariencia se ubica en
el centro del espectro político, pero, en realidad, se ha terminado consolidando
6Un indicador de la devaluación o desprecio estratégico que ahora recibe en el país el
espectro ideológico de izquierda y derecha, así como del valor –y el éxito– político de
Bukele de mostrarse como “carente de ideología”, reside en la constatación de que, en los
últimos 30 años, nunca fue necesario preguntar en sondeos de opinión por la ideología
de un mandatario. Esta siempre fue una certeza atada a su pertenencia partidaria. Por
ejemplo, Córdova Macías et al., (2021) preguntaron sobre la ideología del presidente, ante
lo cual encontraron que este es considerado predominantemente como de centro-derecha:
56.8% lo ubican en el centro y 28.3% en la derecha del espectro político (asimismo, solo
11.7% de la población dijo que Bukele es de izquierda y un minoritario 3.2% dijo que no
posee ideología). En el estudio de Orellana et al. (2023), Bukele es situado al centro
por estudiantes (más jóvenes) y a la derecha por profesionales, lo sitúan a la derecha
especialmente quienes se autoposicionan a la izquierda y atribuirle una ideología de
derecha, entre otros factores, lleva a percibir al presidente como semejante a Donald
Trump. Es decir, la ideología es relevante: según Córdova Macías et al., una calificación
favorable a Bukele se otorga, entre otras cosas, si quien contesta se ubica más a la
derecha del espectro político.
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
78
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
como un partido dominante, único, personalista y afín a la extrema derecha, todo
lo que favorece la consolidación de un régimen autoritario (Aguilar Vázquez,
2022b; Artiga-González, 2020; Barbosa dos Santos et al., 2022; Luna y Rovira
Kaltwasser, 2021; Marroquín, 2020, pp. 79-80; Quintanilla, 2024).
En suma, las transformaciones políticas acaecidas en el país en los
últimos años, especialmente las más drásticas detonadas por el ascenso del
bukelismo y las peculiares dinámicas de apoyo social que suscita, ameritan la
exploración de las formas concretas en se cristaliza la polarización en el país
que en la actualidad.
Pormenores metodológicos
La investigación responde a una metodología y un diseño cualitativo
con una aproximación de corte fenomenológico. Quiere decir que esta pesquisa
está enfocada en los significados comunes y divergentes que ciertos individuos
expresan gracias a experimentar circunstancias –fenómenos– similares (Creswell,
y Poth, 2018; Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018; Prieto Rodríguez y March
Cerdá, 2002). En este caso particular, se trata de los problemas sociales que
acontecen en El Salvador actual vistos desde posiciones políticas particulares,
en principio, antagónicas.
Los participantes que colaboraron en el estudio fueron 66 personas
adultas pertenecientes a segmentos sociales medios y medio bajos con
ocupaciones diversas. Fueron seleccionadas de forma dirigida a manera de
muestra “estructural” o elegida, en virtud de características de interés, pero
sin llegar a contar con representatividad estadística (Prieto Rodríguez y March
Cerdá, 2002, p. 367; Ruiz Olabuénaga, 2012).
El instrumento de entrevista utilizado contenía preguntas generadoras
referidas a nueve temas de actualidad en El Salvador, estos fueron: la percepción
de unión o desunión nacional; la existencia de democracia; la gestión de la
pandemia; la situación de violencia e inseguridad, la implementación del Bitcoin;
la corrupción; la relación con Estados Unidos; la forma en que se perciben
mutuamente personas afines y detractoras del oficialismo; y, finalmente,
opiniones sobre la figura del presidente de la República.
79
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Luego de los contactos respectivos con los participantes del estudio, se
llevaron a cabo grupos focales en los meses de diciembre de 2021 y febrero
de 2022. Los participantes fueron distribuidos en once grupos de 6 integrantes
equitativamente balanceados por género, pertenencia geográfica y simpatía o
antipatía hacia el oficialismo. Se llevaron a cabo seis grupos focales con personas
a favor del gobierno o el presidente Bukele y cinco integrados por participantes
con postura crítica hacia el mandatario o su gestión. Los participantes pertenecían
a distintas zonas geográficas del país, ya que cuatro grupos focales fueron
desarrollados con personas residentes en el departamento de San Salvador
(zona central), dos con personas de Santa Ana (zona occidental), dos con
distintas personas de San Miguel (zona oriental); también se realizaron grupos
focales con personas salvadoreñas residentes en los Estados Unidos: dos en
Los Ángeles y uno más en Washington D.C. Seis grupos fueron desarrollados en
línea debido a limitaciones sanitarias impuestas por la pandemia.
Parte del procedimiento de la investigación lo constituyó el contacto
de los participantes y la explicación de los propósitos de la investigación. Este
mismo paso fue reiterado durante el encuadre inicial previo a cada grupo
focal. Asimismo, en todos los grupos se implementaron los resguardos éticos
esenciales (Creswell, y Poth, 2018; Traianou, 2014) de minimización de daños7
(e.g., se garantizó el respeto a todas las opiniones), autonomía personal (e.g.,
la libertad de participar o retirarse si consecuencia alguna) y privacidad (e.g.,
consentimiento informado, incluyendo la aceptación de videograbar las sesiones;
el compromiso de preservación de anonimato al procesar y hacer pública la
información recabada; compromiso del uso exclusivamente académico de la
información).
El análisis fue realizado a través de un proceso combinado de
categorización y codificación manual de información (Ruiz Olabuénaga, 2012)
y con el apoyo del programa Atlas.ti V.8. A través de este proceso fue posible
obtener unidades de sentido cuya agrupación va aumentando la “descripción
8 La minimización de daños suele ser un principio ético usual en la investigación
experimental, especialmente en aquellas experiencias que pueden conllevar, por ejemplo,
la inducción transitoria de estados emocionales o físicos desagradables. En el marco de
la investigación cualitativa, el daño a minimizar es inmediato, enfocado en evitar cualquier
afrenta personal o conflicto en el marco del desarrollo de cada grupo focal, pero también
mediato, ante el resguardo de la información brindada, especialmente, como es el caso,
cuando esta ha sido obtenida en un contexto político marcado por la volatilidad emocional,
el escarnio fácil en redes y la tendencia a la censura de voces disidentes.
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
80
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
textural” (Creswell y Poth, 2018, p. 78) de lo expresado por los participantes con
el empleo de verbatims o ejemplos específicos de texto apenas editados en favor
de la claridad de la expresión.
Resultados
Se indagó sobre nueve temas y el análisis se realizó a través de un
proceso idiosincrático de categorización y codificación. Asimismo, los resultados
de los grupos focales fueron contrastados puntualmente con algunos datos de
encuestas a manera de triangulación de datos. Los verbatims se acompañan de
un código genérico identificativo que, sin embargo, resguarda la identidad de
quien habla: por ejemplo, GF1-M-Pro, se refiere al grupo focal 1, participante
mujer (la H = hombre) y que está a favor del oficialismo (lo inverso se identifica con
la palabra “contra”). Así, los resultados han sido organizados de manera tal que
las nueve áreas temáticas mencionadas fungen como categorías subordinadas
que a su vez se aglutinan en tres categorías supraordenadas, de la siguiente
forma:
1) Cohesión social y conflicto: percepción de unión o desunión nacional
y la percepción mutua de propios y extraños políticos;
2) Problemas nacionales y perspectivas de futuro: la gestión de la
pandemia, violencia e inseguridad, la implementación del Bitcoin,
corrupción, la relación con Estados Unidos y expectativas para el
futuro.
3) Democracia y populismo: la existencia –o no– de democracia y la
figura del presidente de la República.
1) Cohesión social y conflicto
La percepción de unión o división –polarización– se hizo patente en los
grupos focales a partir de la preferencia partidaria de quien hablaba. Quienes se
mostraban a favor del presidente o de NI, refieren a un momento de mayor unión
nacional, aún si esto supone reconocer que ahora todo responde a la “sintonía”
–falta de separación– de todos los órganos de gobierno e instituciones en favor
de los designios del ejecutivo.
“…es lo que le molesta a la gente por el «mira, quizás tenga a favor los
tres poderes del estado», no lo habían visto antes, para todos ha sido algo
81
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
asombroso…si dictadura fuera ya muchas cabezas hubiesen volado en el país,
al contrario…” (GF1-M-Pro)
“…en aquel entonces estaba Arena y el Frente, y unos, por un lado, otros por
otro lado…la Asamblea está más ahora con Nuevas Ideas porque fue bastante
descontrol cuando estaban los gobiernos anteriores y unos andaban por un
lado otros andaban por otro.” (GF3-H-Pro)
En contraste, las posiciones de quienes no simpatizan con el oficialismo
retratan una realidad diferente. Identificaron la existencia de confrontación y de
fricciones entre partidos.
“Siempre ha habido rivalidades entre los partidos, pero ahora con este otro
[Bukele] pues se ha visto más… también que se enfrentan entre ellos sabiendo
que los únicos perjudicados, pues somos nosotros…pero [la conflictividad] sí ha
incrementado más de lo que era antes.” (GF7-M-Contra)
Estos resultados encuentran eco en el marco más amplio de la opinión
pública del momento. A mediados de 2020, se encontraba que 40.3% de personas
mayores de edad creía que el país estaba más dividido, a diferencia de casi dos
terceras partes (59.7%) que percibían más bien mayor unión bajo el gobierno
actual (IUDOP, 2020). Justamente, una de las grietas políticas fundamentales que
separan a la sociedad salvadoreña en la actualidad la constituye la preferencia
partidaria. Estar a favor o en contra del partido oficial o del mismo presidente,
conlleva la construcción de visiones estereotípicas del adversario, en un juego
elaborativo especular cuya perversidad cede ante su funcionalidad cotidiana
para navegar y justificar la posición política propia y la situación imperante.
Pero eso no es todo, también, partidarios y detractores, reconocían que
la desunión también tenía lugar en el día a día y en la familia bajo la forma de
enfrentamientos, el empleo de afinidades partidarias como insulto y la tendencia
a evitar temas o guardar silencio para atemperar o sortear conflictos.
“…tengo familia que es de izquierda y, pues sí, se puede discutir y
debatir sobre el tema [simpatía por el presidente o NI] porque, como
lo decimos, no vamos a hacer enemistad por temas políticos, pero sí...
hablamos de otra cosa, mejor…” (GF5-M-Pro)
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
82
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
La autocensura social sobre temas de interés nacional se confirma hoy
como una manifestación silenciosa de la gestión y la existencia del conflicto,
así como de la polarización bajo condiciones autoritarias. El Latinobarómetro de
2023 reporta que 65.3% de las personas adultas salvadoreñas no suele expresar
sus opiniones sobre los problemas del país, 67.2% calla lo que realmente piensa
sobe la política y 61.3% considera que podría tener consecuencias negativas
si expresa públicamente sus opiniones acerca de los problemas del país. Esta
tendencia se ve corroborada de forma más precisa en 2024, cuando casi tres
cuartas partes de las personas salvadoreñas mayores de edad (74%) expresan
tener más cuidado al compartir su opinión con otras personas sobre cualquier
asunto relacionado con la implementación del régimen de excepción (IUDOP,
2024).
Asimismo, los discursos muestran que, básicamente, los simpatizantes
de uno y otro sector, dibujan retratos robot de los contendientes. Los votantes
de los partidos tradicionales son caracterizados como “viejos”, “resentidos”,
“cerrados” (en términos ideológicos). Si simpatizan por ARENA son o “se vuelven
ricos” y son “empresarios” o “burgueses”, mientras que, aquellos que simpatizan
por el FMLN, provendrían de “clase trabajadora” y aspirarían “a volverse ricos”,
incluso a través de medios ilegales. Por su parte, los simpatizantes de NI, a
los ojos de sus contrarios, serían “jóvenes”, “influenciables”, resentidos con los
partidos tradicionales, carentes de convicciones (i.e., ideología). A propósito
del resentimiento como emoción común en las representaciones de unos y de
otros, así como de la credulidad o ingenuidad atribuida a los votantes de NI,
el Centro de Estudios Ciudadanos de la Universidad Francisco Gavidia (CEC-
UFG, 2021), encontró, en un momento coincidente con el trabajo de campo de
esta investigación, que las emociones que más despertaban en la población los
presidentes pasados de los partidos tradicionales eran enojo, tristeza y desprecio,
pero Bukele, por su parte, despertaba alegría y sorpresa.
“…en ARENA tenían influencias de dinero, eran empresarios y luego venía el
FMLN que eran personas resentidas y querían el poder…”(GF1-M-Pro)
“…el votante de Nuevas Ideas no tiene ni idea, o sea, no tienen una postura
clara de hacia dónde ir, no tienen una claridad de lo que piensan en términos
económicos, sociales y culturales, sino que únicamente en términos políticos,
es decir, están en contra de lo que nos han hecho creer…” (GF2-H-Contra)
83
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
No obstante, aunque efectivamente se encuentran respuestas
estereotípicas reiterativas que dibujan percepciones antagónicas del otro,
también se identificaron opiniones que pueden corresponder a simpatizantes de
cualquier postura política o que, incluso, sugieren que los votantes, en el fondo,
son muy similares entre sí. Es decir, características ambiguas que aluden al
reconocimiento de rasgos comunes entre la ciudadanía y votantes salvadoreños
promedio. Así, fue mencionado el resentimiento propio del salvadoreño, la
facilidad con que surge el fanatismo, que los votantes no son ni viejos ni jóvenes
o que todo depende de cómo es digerida la información. En este sentido, las
emociones atribuidas a los presidentes que recién se comentaron (CEC-UFG,
2021) cabe interpretarlas como indicios de consensos que coexisten entre las
diferencias polares.
“…nosotros somos simpatizantes con Nuevas Ideas, vamos a votar por
él [presidente] y no analizamos a mayores rasgos las cualidades de ese
candidato, entonces lo mismo pasa con los votantes de ARENA y el
FMLN…”. (GF5-M-Pro).
2) Problemas nacionales y perspectivas de futuro
Seis problemas o temas de interés fueron recogidos a través de los
grupos focales (la pandemia, violencia e inseguridad, el Bitcoin, corrupción, la
relación con Estados Unidos y las expectativas sobre el futuro). El abordaje de
estos temas por parte de los participantes muestra, de manera especial, como
los discursos, en lugar de distribuirse en polos antagónicos con contornos
afilados, más bien parecen superponerse y fundirse entre sí, como las figuras de
un caleidoscopio mientras gira.
La pandemia habría sido bien gestionada, y esta fue una opinión
generalizada. Tanto para simpatizantes y como para detractores del gobierno.
No obstante, quienes no simpatizan con el oficialismo tienden a realizar críticas,
y es aquí donde con más facilidad aparece sugerida la posible existencia de
corrupción.
“…en la pandemia, a pesar de todo, nos fue bastante bien porque se creó
el hospital y ha ayudado bastante a las personas con la enfermedad,
también el sistema de vacunación ha sido bastante útil” (GF1-M-Pro)
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
84
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
“…el tema de salud respecto a la pandemia sí lo han manejado bastante
bien, dentro del show político que se esperaba…”. (GF7-H-Contra).
“…hasta ahorita, de todo el dinero que se gastó en la pandemia, no han
dado cuenta de nada…”. (GF8-H-Contra)
La violencia y la inseguridad, por su parte, aparece como una preocupación
relevante, tal y como lo ha sido durante décadas en el país8. En los discursos
de las personas participantes lo que parece manifestarse es la preocupación por
el fenómeno, pero a partir de “filtros” o matices como la preferencia política, el
conocimiento de casos específicos y el género, pues se identifica mayor énfasis
en este problema cuando quienes hablan son mujeres.
“…cada día es otra cosa más atroz y vemos persona desaparecidas…
entonces a dónde está la seguridad
¿Entonces, dónde está?” (GF7-M-Contra)
“…la violencia, obviamente, es un tema que está bien complicado
porque por más que un gobierno intente e intente, creo que va más
allá solo de reforzar la seguridad…” (GF5-M-Pro)
“…se han visto un poco los cambios de la delincuencia, hay un poco
menos, no es algo que se va a quitar de la noche a la mañana, pero
así poco a poco se han ido viendo cambios” (GF1-M-Pro)
De acuerdo con las encuestas del momento, a finales de 2021, los
problemas principales para los salvadoreños eran, en orden descendente, la
economía (43.2%), la delincuencia (38.2%), otros problemas (12.0%) y la pandemia
(4.2%) (IUDOP, 2022a; el 100% se completa con quienes no respondieron). No
obstante, economía e inseguridad se disputan constantemente la cabeza de los
9 Es importante recordar que los grupos focales fueron desarrollados antes de la revelación
periodística más importante que probaría la existencia y ruptura del pacto entre el gobierno
y las pandillas. También es anterior a la implementación del régimen de excepción que se
ha utilizado para hacerles la “guerra” a estos grupos. A pesar de la constante prolongación
y el atropello de derechos humanos que ha supuesto el régimen de excepción, este sigue
recibiendo el apoyo mayoritario de la gente debido a que ha propiciado un sustancial
incremento de la seguridad objetiva y percibida (IUDOP, 2022c, 2024).
85
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
problemas cotidianos. De hecho, estos problemas, se han venido permutando y
traslapando entre sí desde el 2019, justamente como los discursos recabados
parecen indicar.
Más contundencia y coincidencia discursiva existe sobre la
implementación del Bitcoin y las relaciones con Estados Unidos. En estos casos,
el consenso entre los grupos participantes parece más claro y disponible para
ser expresado. Se tiende a rechazar abiertamente el criptoactivo así como las
posibles repercusiones que pueden traer las fricciones con los Estados Unidos.
“…lo que yo le crítico a esta decisión es que se tomó esta medida
[implementación del Bitcoin como moneda legal]
como «un sí», sin pensarlo demasiado…” (GF5-M-Pro)
“… fue gastándose los 30 dólares que él presidente dio y ya está, nadie le invirtió,
o sea, nadie…para mí es algo innecesario, totalmente” (GF8-M-Contra)
“…ha habido roces, a Estados Unidos no le ha parecido del todo la actitud del
Gobierno, pero como que romper lazos del todo, no sé qué daño le haría al
país…” (GF5-M-Pro)
“…temo que se vaya a convertir en un dictador y [el presidente Bukele] está
rompiendo, tensando mucho los lazos con muchos países, como por ejemplo
los Estados Unidos.” (GF2-M-Contra)
Nuevamente, datos de encuesta nacionales refrendan estas afirmaciones.
Por ejemplo, casi 75% de los salvadoreños opinaba a finales del 2021 que las
fricciones con los Estados Unidos podían repercutir mucho o algo sobre el país
y los compatriotas migrantes, y 55.8% dijo estar muy o algo preocupado por el
deterioro de relaciones con el gigante del norte. Asimismo, un año después de
su aprobación, 84% de la población expresa que la ley que dio –con dispensa de
trámite, sin discusión alguna– curso legal y obligatorio al Bitcoin le ha beneficiado
poco o nada a su economía familiar (IUDOP, 2022a, 2022b).
Tanto las valoraciones que surgen de los grupos focales como de los
datos de encuesta, ofrecen un telón de fondo para las expectativas de futuro.
Acá, cabe encontrar una lectura general de optimismo en quienes simpatizan
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
86
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
con el gobierno y de mucha reserva e incertidumbre entre quienes antagonizan
con el oficialismo.
“…si seguimos en el ritmo que vamos, la gente seguirá creyendo en el partido de
Nuevas Ideas y llegaremos a tener un buen El Salvador” (GF6-M-Pro)
“…solo pidiéndole dirección a dios dentro de 5 años. Como le digo, la dirección
a dios y poniéndonos siempre en la mano de dios para ver cómo va nuestro
país, si va mejorando o va empeorando…” (GF4-M-Contra)
En el ámbito de la opinión pública nacional también se encuentran
indicios sobre esta tensión entre el pasado y el futuro, o, lo que parece ser
una lectura de pesimismo contra optimismo. A fines de 2021, una cuarta parte
de los salvadoreños y salvadoreñas (22.7%) dijo que en el 2022 la situación
política del país mejoraría, 48.8% opinó que no habría variaciones y 24.2%
esperaba el empeoramiento de la situación (4.2% se abstuvo de responder).
Complementariamente, sobre el futuro del país, 65.5% dijo tener esperanza,
31.2% expresó temor, mientras que un reducido 3.4% no supo cómo posicionarse
al respecto (IUDOP, 2022a).
Llegados a este punto y, apropósito de las visiones optimistas y pesimistas
del acontecer nacional, es posible realizar un comentario general sobre los
discursos obtenidos de los grupos focales realizados en Estados Unidos. Las
posturas recabadas en los grupos focales de las personas de la diáspora
salvadoreña prácticamente reproducen lo encontrado localmente. En suma,
quienes apoyan a NI y al presidente manifestaron un enorme entusiasmo por el
porvenir y todo lo contrario aquellos que no simpatizaban con el oficialismo. Sí
cabe señalar que desde “fuera” se acusa de un mayor grado de desinformación,
se le concede mucho tiempo y peso a lo que comunica directamente el presidente
o lo que se dice de él, y la religión parece servir como un organizador fundamental
para interpretar la realidad general y nacional.
3) Democracia y populismo
Bajo la categoría de democracia y populismo se agrupan discursos
referidos a la existencia o no de democracia debido a las condiciones políticas
imperantes en el país y, relacionado con esta discusión, si lo que ha emergido
con los cambios políticos precipitados desde el 2019, es o no una forma de
gobierno antidemocrático.
87
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Sobre la democracia, lo que parece predominar es el desacuerdo entre
partidarios y detractores del oficialismo. Para los primeros no hay dudas de la
existencia de democracia mientras que para los segundos ya no hay democracia
y, si acaso esta todavía existe, corre el riesgo de dejar de serlo.
“…yo la veo bien hasta el momento [la democracia], pues el pueblo
eligió. Se debe respeto a la opinión del pueblo y por ello estamos
ahorita con él, un tipo de gobierno demócrata” (GF6-H-Pro)
“…la democracia se perdió desde que él ganó la Asamblea Legislativa,
ahorita las libertades, si habla usted mal, o sea la policía llega y se lo
lleva…así estamos ahorita, estamos mal, malísimo…” (GF8-H-Contra)
De manera interesante, las posibles diferencias de criterio sobre el
carácter democrático del régimen encuentran cierta conciliación al referirse a
la forma de liderazgo del mandatario salvadoreño. Partidarios y contrarios de
este coinciden, con sus matices, en el perfil populista del presidente Bukele en
el sentido peyorativo del término, es decir, en tanto que líder camaleónico que
exhibe atrevimiento, firmeza y cercanía con los suyos, pero también demagogia
y fuerza contra sus opositores.
“…nos protegimos rápido [de la pandemia] gracias al señor presidente
… pero ¿qué pasa si él no «se amarra bien el cincho» y dice que
«cierra porque se cierra»? (GF3-H-Pro)
“Pues a mí me ha parecido el amor del presidente Bukele, por ese voté
por él y volvería a votar por él si se reelige…” (GF1-M-Pro)
“…si Twitter es una de las redes principales por las que el presidente se
manifiesta ante nosotros…” (GF5-M-Pro)
“…a mí me parece que es muy temerario y a veces peca de osado,
porque si bien es cierto él en este momento está encabezando o
representando la inconformidad colectiva de 25 a 30 años…a mí me
parece muy atrevido, muy osado, o muy valiente, pero al mismo tiempo
me preocupa…”. (GF5-H-Pro)
“…para la mitad más un poco de la población creo que genera
agradecimiento, genera optimismo y simpatía, para mí en términos
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
88
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
personales, absoluta antipatía, no me agradan los líderes populistas
sean de derecha o sean de izquierda”. (GF2-H-Contra)
Nuevamente, datos de encuestas nacionales concuerdan con los
discursos expuestos tanto sobre el dilema de la vigencia o no de democracia,
así como de la existencia de opiniones entreveradas sobre el presidente en
las que sobresale su faceta autoritaria. Así, mientras dos terceras partes de
la población (61.1%) concuerda con que la democracia va mejorando, el 38%
dice que está empeorando (CEC-UFG, 2021). Según el IUDOP (2020), Bukele
es descrito, apenas al cierre de su primer año de gobierno, como un líder con
rasgos autocráticos o populistas por dos terceras partes de la población: 21.3%
opinó que es un líder autoritario, 22.2% expresó que toma decisiones ágiles, pero
clausura el diálogo y 22.7% lo describe como un gobernante de mano dura. La
tercera parte restante (33.8%) de los salvadoreños y salvadoreñas opinó que el
presidente Bukele sí dialogaba con todos los sectores de la población.
Discusión
El interés académico por la polarización –política, social o ideológica–
en El Salvador puede ser rastreado, al menos, desde el conflicto armado de los
80s (Marroquín, 2020; Martín-Baró, 1983; Samayoa 1992; Zamora, 2007). Desde
entonces, primero durante la guerra, luego en el sistema de partidos nacidos de
esta y hasta nuestros días, son identificables tendencias al cisma, al antagonismo
y al privilegio de lógicas de juego de suma-cero entre sectores hasta cristalizar
una cultura política marcada a fuego por la confrontación (Córdova et al., 2007;
Whitehead et al., 2005).
La llegada al poder de Nayib Bukele en 2019, inauguró el ocaso
acelerado de un ciclo del sistema político anquilosado por treinta años
cuyas reconocidas marcas de identidad eran el multipartidismo polarizante
hegemonizado por partidos y votantes signados y comprometidos con ellos bajo
el espectro ideológico izquierda-derecha (Artiga-González, 2020). Este sistema
se ve arrojado a la obsolescencia con rapidez por otro modelo o sistema –el
bukelismo– en el que destaca el personalismo presidencial, un estilo populista de
gobierno, un partido dominante pragmático y el disimulo estratégico –sino es que
el desprecio– por los distintivos ideológicos de antaño a pesar de ostentar rasgos
claros de derecha radical (Aguilar Vázquez, 2022b; Luna y Rovira Kaltwasser,
89
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
2021; Marroquín, 2020). El régimen político actual en El Salvador, mediado por la
elección presidencial de 2019, ahora ya no es considerado como una democracia
deficiente sino como una autocracia electoral (Boese et al., 2022).
Estas transformaciones conducen a que la polarización ya no se
verifique prioritariamente en las esferas partidarias o a través de disquisiciones
abiertamente ideológicas (aunque veladamente puedan serlo). Más bien, sin
perder conexión con estas, la polarización “desciende” a la cotidianeidad y se
cristaliza en el desacuerdo político del día a día. De ahí el carácter “tóxico” –ubicuo,
generalizado, intersticial y antidemocrático– que esta adquiere en la actualidad,
cuestión que se ve propulsada por la exposición masiva de la ciudadanía a las
redes sociales y el uso activo de las mismas por parte del presidente Bukele con
el fin de crear y recrear aliados y enemigos (Boese et al., 2022; Mila-Maldonado
et al., 2022).
Este estado de cosas justificó el desarrollo de la presente investigación
y su atención a discursos sobre la polarización contemporánea. Interesaba
abordar facetas menos exploradas de la polarización como su presencia en
la cotidianeidad de las relaciones familiares o su manifestación a partir de la
emocionalidad y de ciertos clivajes sociales (i.e., afinidad política). Para cumplir
este cometido se prestó atención a posturas ciudadanas sobre social issues y
consensos (Kessler y Vommaro, 2021). El cumplimiento del objetivo general de
la investigación permite arrojar luz sobre estos aspectos específicos.
Los discursos expuestos en el apartado de resultados ofrecen pistas
sobre la polarización en los términos apuntados. El ejercicio de categorización
realizado, ahora, a la luz de los resultados puestos en diálogo con la teoría, puede
ser reinterpretado y representado pictóricamente en un diagrama de disensos y
consensos (ver figura 1).
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
90
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Figura 1. Diagrama de disensos y consensos discursivos según afinidad
política
De acuerdo con la figura 1, sí es posible identificar polarización entre los
discursos de simpatizantes y contrarios a NI y al presidente Bukele, a partir de
distintos posicionamientos sociales. Los discursos antagónicos reproducen una
refracción estereotípica –en los extremos del diagrama– que cabe sintetizarla en
la expectativa de un futuro sombrío y pesimista por parte de quienes antagonizan
con el oficialismo y lo contrario, un futuro esperanzador y optimista, en quienes
apoyan al presidente Bukele y NI. Al respecto, cabe decir algo sobre los consensos
y los disensos.
En primer lugar, este tipo de resultados confirmaría la persistencia
de la polarización posterior al 2019 así como la posibilidad de que existan
“recalentamientos” ideológicos. Es decir, resabios y reediciones de conflictividad
que se actualizan en el presente, gracias a las nuevas dinámicas sociopolíticas
en marcha y, particularmente, al manejo de las redes como arma arrojadiza
por parte del presidente (Marroquín, 2020; Mila-Maldonado et al., 2022).
En consonancia con el rol protagónico usual que adopta el presidente, su
comprobado uso performativo y extrovertido de las redes sociales para instigar
la confrontación incluso apelando a narrativas religioso-emocionales (Menjivar
et al., Orellana et al., 2023; Roque Baldovinos, 2021), el apogeo de un partido
dominante a su servicio, las dinámicas de concentración de poder y la coherencia
91
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
con el guion populista, permiten afirmar que el presidente constituye el nuevo y
principal factor de conflicto y polarización en la sociedad salvadoreña actual. Este
rol antes recaía en los partidos políticos en tanto que agentes impersonales, en
la coyuntura 1989-2019.
En segundo lugar, de manera interesante, como se aprecia al centro de
la figura 1, aparece una “zona discursiva gris” en la que unos y otros, a pesar de
todo, coinciden y logran encontrar ciertos consensos. Si atendemos a la figura
1, lo que predomina en los consensos discursivos encontrados son tendencias
conservadoras, en concreto, de resistencia al cambio o preservación del estatus
quo: disimulo o miedo al conflicto (nacional, familiar y con E.U.), reconocimiento
del dogmatismo grupal (el fanatismo de todos los votantes por igual), aprobación
del sistema a pesar de sus deficiencias (gestión de la pandemia, inseguridad,
democracia), miedo a la innovación (el Bitcoin, en concreto) y “miedo a la
libertad”, es decir, según la interpretación Frommiana, una relación conflictiva
pero finalmente sumisa a un líder fuerte (tensión entre atractivo y repulsa de un
presidente populista).
Estos consensos conservadores quizás califican como un
“conservadurismo contestado” (Kessler y Vommaro, 2021, p. 26), en tanto
que, coexisten con disensos y algunas posturas progresistas (e.g., grados
de aceptación del Bitcoin, empleo de las redes sociales como ámbito de
comunicación e información, etc.), cuestión que, por otra parte, viene a confirmar
la vigencia de un contexto polarizado. La lectura de predominio conservador tiene
aún más sentido si se considera la “derechización” que experimenta el sistema
sociopolítico salvadoreño en la actualidad en contraste con la galopante soledad,
parálisis e irrelevancia que acusa la izquierda (Córdova Macías et al., 2021;
Marroquín, 2020).
La identificación de consensos se ve complementada con la de otras
expresiones relacionales y cotidianas de la polarización, intuición existente en el
país desde la década del conflicto armado (Martín-Baró,1992b). Se identificaron
discursos que muestran construcciones estereotípicas del contrario a partir de
sus clivajes partidarios (i.e., Contra vs. Pro NI y Bukele), así como el empleo de
estrategias de silencio en las relaciones cotidianas para atemperar el conflicto
al que subyacen diferencias políticas (Latinobarómetro, 2023). El recurso de
la estereotipia como herramienta interpretativa del mundo remite a la vigencia
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
92
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
de límites simbólicos entre categorías de ciudadanos situados en un medio
conflictivo, mientras resulta claro que las posiciones político-ideológicas detonan
expresiones de polarización de corte afectivo (Martín-Baró,1983; Rogowski
y Sutherland, 2016). Tanto estos aspectos como que la polarización tenga el
potencial de condicionar las relaciones cotidianas, familiares (Avendaño Ramírez
y Villa Gómez, 2021; Velázquez Cuartas et al., 2020), contribuyen a confirmar la
existencia de “polarización tóxica” en el país, con lo que esta tiene de ubicua y
antidemocrática (Boese et al., 2022).
Conclusión
Este estudio, a pesar del tiempo transcurrido, ofrece trazos para construir
un mapa sobre las nuevas formas de polarización. Cuando se inició este trabajo,
las investigaciones empíricas sobre el fenómeno del bukelismo y la figura del
presidente eran escasas. En este momento, las reflexiones académicas sobre
esta realidad se multiplican, como corolario de un contexto mundial donde nuevas
polarizaciones se ponen al servicio de la instauración de propuestas autoritarias,
antidemocráticas y con expresiones vinculadas a las extremas derechas globales
(Barbosa dos Santos et al., 2022; Luna y Rovira Kaltwasser, 2021).
La polarización en El Salvador actual parece encontrar expresiones
renovadas e inéditas –o al menos bastante inexploradas– viniendo de las
transformaciones sociopolíticas rápidas que ha experimentado el país con
la llegada del presidente Bukele al poder en 2019. Ahora, su reelección por
cinco años más en 2024, abre nuevas posibilidades de investigación sobre la
polarización en el país. Esta investigación ha tenido el alcance de ofrecer un
acercamiento al fenómeno a través de discursos de contrarios y detractores del
gobernante y su partido NI. Los resultados principales apuntan a la existencia de
polarización bajo el ropaje discursivo de diatribas especulares entre contrarios,
disensos binarios sobre el estado de las cosas, consensos tendencialmente
conservadores e indicios de conflictividad consuetudinaria y familiar asociada a
las diferencias políticas.
La investigación no está exenta de limitaciones. Además de la
imposibilidad de generalizar los resultados dadas las características inherentes
a la metodología cualitativa empleada, cabe añadir que los participantes en el
estudio provienen en su mayoría de sectores sociales medios o bajos. En otras
palabras, en este trabajo no se consignan opiniones de personas de clase alta.
93
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Por otra parte, un aspecto imponderable pero posible, es la restricción propia de
los hablantes dada la coyuntura sociopolítica del país (similares a las estrategias
de silencio que se detectaron en algunas familias).
El carácter exploratorio de esta investigación abre un abanico de
posibilidades para investigaciones posteriores. Aún existe un margen considerable
para profundizar sobre el rol de las redes sociales para instigar –o reducir– el
conflicto y la polarización afectiva, el papel de la diáspora en los procesos de
polarización nacional, así como el peso de la figura del presidente para modular
las dinámicas de polarización en el día a día o de acuerdo con ciertas coyunturas
del país.
El estudio de la polarización en El Salvador es añejo y consustancial al
interés del devenir sociopolítico del país. Los cambios abruptos acaecidos en
los últimos años, especialmente la deriva autocrática que ha tomado el país,
invitan a seguir de manera creativa la pista, las evoluciones y manifestaciones
de la polarización en cuanto expresión persistente de la conflictiva cultura política
salvadoreña, en tanto que condicionante de las relaciones sociales cotidianas
y en cuanto que obstáculo para el fomento del debate público y la democracia.
Referencias
Aguilar Vázquez, L. E. (2022a). Nayib Bukele, el bukelismo y el uso de la religión.
Realidad y Reflexión, 1(55), 164-184. https://doi.org/10.5377/ryr.v1i55.14429
Aguilar Vázquez, L. E. (2022b). Los tipos de partidos políticos en la campaña
2021 de El Salvador. Estudios Centroamericanos (ECA), 77(768), 69–85.
https://doi.org/10.51378/eca.v77i768.6680
Artiga-González, A. (2020). Cambio en el sistema de partidos y fin de ciclo
político en El Salvador. En S. Mantilla Baca (Ed.). Los partidos políticos en
América Latina: ideología y estructura de la competencia. (pp. 255-289).
Centro Latinoamericano de Estudios Políticos CELAEP y Fundación Hanns
Seidel. https://bit.ly/3Pwd7Gp
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
94
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Avendaño Ramírez, M. y Villa Gómez, J. D. (2021). Polarización Política
y Relaciones Familiares: prácticas relacionales y mecanismos de
configuración de la postura política como barreras psicosociales para la
democracia y la paz en Medellín. El Ágora USB, 21(1). 34-60. https://doi.
org/10.21500/16578031.5472
Azpuru, D. (2010). The Salience of Ideology: Fifteen Years of Presidential
Elections in El Salvador. Latin American Politics and Society, 52(2), 103-
138. https://doi.org/10.1111/j.1548-2456.2010.00083.x
Barbosa dos Santos, F. L., Lero, C., y Gerőcs, T. (Eds.). (2022). The Radical
Right: Politics of Hate on the Margins of Global Capital. Brill.
Boese, V. A., Alizada, N., Lundstedt, M., Morrison, K., Natsika, N., Sato, Y., Tai, H.
y Lindberg, S.I. (2022). Autocratization Changing Nature? Democracy Report
2022. V-Dem Institute. https://v-dem.net/media/publications/dr_2022.pdf
Centro de Estudios Ciudadanos de la Universidad Francisco Gavidia (CEC-
UFG). (2021). El humor social y político, cosmovisión e ideología de los
salvadoreños. https://www.disruptiva.media/el-humor-social-y-politico-
cosmovision-e-idologia-de-los-salvadorenos/
Córdova Macías, R., Ramos, C. y Loya Marín, N. (2007). La contribución del
proceso de paz a la construcción de la democracia en El Salvador (1992-
2004). En D. Azpuru, L. Blanco, R. Córdova, N. Loya, C. Ramos y A. Zapata.
Construyendo la paz en sociedades posconflicto. Guatemala y El Salvador,
un enfoque comparado (pp. 53-289). F & G – IDRC.
Córdova Macías, R. y Cubas, V. (2019). Las elecciones presidenciales de 2019:
Análisis de los resultados electorales. FUNDAUNGO, UCA, UDB y FLACSO-
Programa El Salvador.
Córdova Macías, R., Argueta, C. E. y Rodríguez, L. (2021). El Salvador 2019: La
visión sobre el país, la confianza institucional y las actitudes democráticas.
Documento de Trabajo 03-2021. FUNDAUNGO.
Creswell, J. W. y Poth, C. N. (2018). Qualitative Inquiry and Research Design
Choosing among Five Approaches (4th Ed.). SAGE Publications.
95
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Dada, C. (14 de abril de 2020) ¿Quién teme al coronavirus? El Faro. https://bit.
ly/3g9sMdX.
Díaz González, J. A., Ulloa Tapia, C., y Mora Solano, S. (2021). Aproximaciones al
populismo en Daniel Ortega, Rafael Correa y Nayib Bukele. Rev. Rupturas,
12(1), 49-52. https://doi.org/10.22458/rr.v12i1.3990
Freedom House (2022). Freedom in the World 2022. The Global Expansion of
Authoritarian Rule. https://freedomhouse.org/sites/default/files/2022-02/
FIW_2022_PDF_Booklet_Digital_Final_Web.pdf
Hernández-Sampieri, R. y Mendoza, C. P. (2018). Metodología de la investigación:
la ruta cuantitativa, cualitativa y mixta. McGraw Hill.
Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) (2020). Sondeo de opinión
sobre el primer año del Gobierno del Presidente Nayib Bukele y el manejo de
la pandemia de COVID-19 por parte de las autoridades. Informe 156. https://
uca.edu.sv/iudop/wp-content/uploads/informe156-1.pdf
Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP) (2022a). La población
salvadoreña evalúa la situación del país al final del año 2021. Boletín de
prensa, Año XXXVI, No 1. https://uca.edu.sv/iudop/wp-content/uploads/Bol.-
Eva-de-ano-2021-MOD.pdf
Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP). (2022b). Evaluación ciudadana
del tercer año de Gobierno del presidente Nayib Bukele. Boletín de prensa,
Año XXXVI, No 3. https://uca.edu.sv/iudop/wp-content/uploads/Bol-Eva-
Gob-3er-anio-1.pdf
Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP). (2022c). La población
salvadoreña opina sobre el Régimen de Excepción decretado en el país.
Boletín de prensa, Año XXXVI, No 2. https://uca.edu.sv/iudop/wp-content/
uploads/Boletin-de-Regimen-de-Excepcion-VFinal.pdf
Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP). (2023). Evaluación ciudadana
del cuarto año de Gobierno del presidente Nayib Bukele. Boletín de prensa
N°6. https://uca.edu.sv/iudop/wp-content/uploads/2023/06/Bol-Eva-Gob-
4to-anio.pdf
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
96
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP). (2024). La población
salvadoreña evalúa el segundo año del régimen de excepción. Boletín
de prensa, Año XXXVIII, No 3. https://uca.edu.sv/iudop/wp-content/
uploads/2024/04/Bol.-Regimen-de-Excepcion-2024.pdf
Kessler, G. y Vommaro, G. (2021). Polarización, consensos y política en la
sociedad argentina reciente. Fundar. https://www.fund.ar
Kessler, G. y Vommaro, G. (2024), ¿Cómo se organiza el descontento en América
Latina? Polarización, malestar y liderazgos divisivos, Nueva Sociedad, (310),
92-105. https://static.nuso.org/media/articles/downloads/6.TC_Kessler_y_
Vommaro_310.pdf
Latinobarómetro. (2023). Informe Latinobarómetro 2023: La recesión democrática
de América Latina y documento de resultados de El Salvador. https://www.
latinobarometro.org/lat.jsp
Luna, J. P., y Rovira Kaltwasser, C. (2021). Castigo a los oficialismos y ciclo
político de derecha en América Latina. Revista Uruguaya de Ciencia Política,
30(1), 135-156. https://doi.org/10.26851/rucp.30.1.6
Marroquín, W. E. (2015). Análisis de la turbulencia electoral en la elección
presidencial del año 2014 en El Salvador. Estudios Centroamericanos
(ECA), 70(740), 61–85. https://doi.org/10.51378/eca.v70i740.3199
Marroquín, W. E. (2020). Ideología y teoría espacial de la competición en
la determinación del sistema de partidos en El Salvador. Estudios
Centroamericanos (ECA), 75(762), 63-90. https://doi.org/10.51378/eca.
v75i762.3277
Martín-Baró, I. (1983). Polarización social en el Salvador. Estudios
Centroamericanos (ECA), 38(412), 129-142.
Martín-Baró, I. (1992a). Guerra y salud mental. En I. Martín-Baró (Comp.).
Psicología Social de la Guerra (pp. 23-40). UCA Editores.
Martín-Baró, I. (1992b). La violencia política y la guerra como causas del trauma
psicosocial en El Salvador. En I. Martín-Baró (Comp.). Psicología Social de
la Guerra (pp. 65-84). UCA Editores.
97
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Menjívar Argueta, J. Ramírez Galán, S. y Marroquín Parducci, A. (2020). El
Salvador. El presidente, el ungido: Nayib Bukele o la instalación de una
fac(k)ecracia creyente (pp. 151-174). En Matías Ponce y Omar Rincón
(eds.). Fakecracia. Biblos.
Mila-Maldonado J. A., Lara-Aguiar, J. A., Carrasco-Muro, C. D., y Narváez-Ruiz,
E. E. (2022). Construcción política de Nayib Bukele en Twitter en el contexto
del COVID-19. Universitas-XXI, 36, 19-41. https://doi.org/10.17163/uni.
n36.2022.01
Monterroza, C. y Castro, L. (2021). Estrategias adoptadas y finalidades
perseguidas en dos unidades generacionales. En Departamento de
Sociología y Ciencias Políticas de la UCA (DSCP-UCA). Jóvenes como
agentes políticos en El Salvador. Un enfoque generacional (pp. 145-181).
UCA.
Navas, A. (2020). Nayib Bukele, ¿el presidente más cool en Twitter o el nuevo
populista millenial? GIGAPP Estudios Working Papers, 7(166-182), 529-
552. https://www.gigapp.org/ewp/index.php/GIGAPP-EWP/article/view/208
Orellana, C. I., Orellana, L. M., y Sepúlveda, J. A. (2023). La personalidad de un
“presidente cool”: rasgos percibidos en el presidente de El Salvador. Teoría
y Praxis, 21(43), 41–69. https://doi.org/10.61604/typ.v1i43.310
Prieto Rodríguez, M. A. y March Cerdá, J. C. (2002). Paso a paso en el diseño de
un estudio mediante grupos focales. Atención primaria, 29(6), 366. https://
www.elsevier.es/es-revista-atencion-primaria-27-pdf-13029750
Quintanilla, J. (2024). El Salvador de Bukele: del autoritarismo cool al partido
único. Nueva Sociedad. https://nuso.org/articulo/el-salvador-de-bukele-del-
autoritarismo-cool-al-partido-unico/
Rogowski, Jon C., y Sutherland, Joseph L. (2016). How ideology fuels affective
polarization. Political Behav, 38, 485-508. https://doi.org/10.1007/s11109-
015-9323-7
Roque Baldovinos, R. (2021). Nayib Bukele: populismo e implosión democrática
en El Salvador. Andamios, 18(46), 233-255. https://doi.org/10.29092/uacm.
v18i46.844
“Están en contra de lo que nos han hecho creer”:
Discursos sobre la polarización en El Salvador
98
Vol. 22, N.o 45, semestral: septiembre-febrero, 2024, pp. 69-98
Carlos Iván Orellana - Amparo Marroquín-Parducci
https://doi.org/10.61604/typ.v22i45.384
http://hdl.handle.net/11715/2724
ISSN 1994-733X e-ISSN 2707-7411
CC BY-NC-SA
Ruiz Olabuénaga, J. I. (2012). Teoría y Práctica de la investigación cualitativa.
Universidad de Deusto.
Santacruz Giralt, M. (2021). De compromisos y desencantos: identidad colectiva
en unidades generacionales políticamente distantes. En Departamento de
Sociología y Ciencias Políticas de la UCA (DSCP-UCA). Jóvenes como
agentes políticos en El Salvador. Un enfoque generacional (pp. 97-144).
UCA.
Samayoa, J. (1992). Guerra y deshumanización: una perspectiva psicosocial.
En I. Martín-Baró (Comp.). Psicología Social de la Guerra (pp. 41-64). UCA
Editores.
Sermeño Quezada, A. (2021. ¿Es el presidente Nayib Bukele un populista?
Proceso 11, 9-10. https://noticias.uca.edu.sv/uploads/texto_6364/file/PDF-
697126-proceso-11.pdf
Torres-Rivas, E. (2007). La piel de Centroamérica (una visión epidérmica de
setenta y cinco años de su historia). FLACSO El Salvador.
Traianou, A. (2014). The Centrality of Ethics in Qualitative Research. En Leavy,
Patricia. (Ed.). The Oxford handbook of Qualitative Research. Oxford
University Press, USA.
Velázquez Cuartas, N. N., Barrera Machado, D. y Villa Gómez, J. D. (2020).
Polarización política, relaciones familiares y barreras psicosociales para
la paz en Medellín-Colombia. Revista de Paz y Conflictos, 13(1), 149-174.
http://dx.doi.org/10.30827/revpaz.v13i1.9529
Waisbord, S. (2020). ¿Es válido atribuir la polarización política a la comunicación
digital? Sobre burbujas, plataformas y polarización afectiva. Revista SAAP,
14(2), 248-279. https://doi.org/10.46468/rsaap.14.2.A1
Whitehead, L., Guedán, M., Villalobos, J. y Cruz, M. (2005). Perfil de gobernabilidad
de El Salvador. Trama Editorial.
Zamora, R. (2007). Polarización y Democracia ¿Un mal necesario? En A, Artiga-
González, C. Dada, D. Escobar Galindo, H. Martínez, G. Salguero Gross,
R. Zamora y R. Turcios, La Polarización política en El Salvador (pp. 63-
101). FUNDAUNGO y FLACSO El Salvador. https://www.fundaungo.org.sv/
products/la-polarizacion-politica-en-el-salvador/77