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Editorial
El presente número de Teoría y Praxis presenta dos novedades con respecto a
los números anteriores: el aumento del número de páginas y la intensificación
de las contribuciones de académicos de otros países. A ello hay que añadirle
la renovación del Comité de Redacción, desde hace ya varios números. En este
sentido, los aportes de la Dra. Amparo Marroquín y del Dr. Guillermo Gutiérrez
han sido significativos.
Desde su nacimiento, en el año 2002 Teoría y Praxis había salido con 100 a
120 páginas. Desde este número 28, la revista tendrá unas 150 páginas: la
abundancia de las contribuciones y aportes de catedráticos de otros países,
especialmente de América Latina, nos permiten este enriquecimiento.
Este número de Teoría y Praxis presenta un escrito del académico colombiano
Edgar Rey Sinnig, sobre las Fiestas religiosas, vida social y excomunión en la
ciudad de Santa Marta en el Siglo de las luces, donde presenta un interesante
estudio sobre las fiestas religiosas impuestas por la colonización española. El
escrito se centra en el siglo XVIII. En ellas, donde ‘la asistencia a las fiestas
religiosas es de obligado cumplimiento’ y donde ‘todo está definido previamente’,
se jugaban influencias y prestigios, se desarrollaba la vida social y cívica, y se
mezclaban lo cultural, lo religioso, lo cotidiano, lo social y lo político, en un
interesantísimo mestizaje. El autor concluye afirmando que ‘los samarios –los
naturales de Santa Marta, en el Caribe colombiano-, no solo serán fieles devotos
de su santa patrona, sino de todo el calendario que regula su vida’.
El artículo de Otto Mejía Burgos sobre El ‘mínimum vital’ en sus relaciones
con el derecho, (el vitalismo desde una perspectiva teórico-práctica), es
una sugestiva relectura de las ideas de Alberto Masferrer, desde el punto de
vista del Derecho. El autor trata de ‘demostrar que dicha teoría no es utópica
o ingenua’, y que encierra una ética propia susceptible de ser incorporada a las
instituciones y leyes concretas. Partiendo de pensadores como Rawls, Rousseau
y Kelsen, concluye que ‘el Mínimum Vital cubre toda la gama de derechos que
el ser humano posee por el solo hecho de existir’, y sostiene que éstos deben
ser llevados al ámbito de la vida cotidiana.
El Doctor Eduardo Badía Serra presenta un análisis de la encíclica del papa
Francisco sobre el medio ambiente, en un escrito titulado Sobre la Carta
Encíclica “Laudato sii”, del Papa Francisco. La encíclica a que hace referencia
el autor, “Laudato Si, Sobre el cuidado de la casa común”, publicada en marzo
del año 2015, es ‘precisa y clara en su objetivo, muy documentada’, si bien ha
pasado un tanto desapercibida: ha tenido muy pocos espacios en los medios de
comunicación y la misma Iglesia católica no le ha dado la trascendencia que
TEORÍA Y PRAXIS No. 28, Enero-Mayo 20162
merece. El documento, como nos dice Badía-Serra, es, en sí mismo, ‘una clara y
contundente crítica al sistema económico, social y político bajo el cual el mundo
funciona’, y que debe estar en las manos de todos, en sus mentes y en su conciencia,
y sobre todo, en las conciencias de los poderosos que ‘pugnan por mantener un
sistema que lleva al mundo a un estado de inequidad y de injusticia’.
El escrito de Ulises Salomón Amaya Pérez, de la Pontificia Universidad Católica de
Valparaíso, Chile, El Ser-para-la-muerte (Das Sein zum Tode) como fundante
de una ética en Heidegger, plantea la posibilidad de una ética en Heidegger,
a partir de su ‘ser-para-la-muerte’. A partir de la comprensión del propio
Heidegger sobre la ética, este escrito pone en evidencia algunas implicaciones
éticas del Dasein con lo cotidiano, para presentar su propuesta de un ‘fundante
ético’ a partir del ser-para-la-muerte. Para el autor, la ética ‘es un habitar,
pero no de cualquier modo, ese habitar es un proteger desde lo cuadrante. La
muerte es el origen de esta manera de habitar protegiente’.
El artículo de Elia Calderón Leiton, de la Universidad de Santiago de Chile,
Modernidad e Identidad, es un ensayo sobre las relaciones entre las concepciones
de modernidad e identidad en la obra del filósofo Edmund Husserl. Partiendo del
supuesto que ‘la crisis de la modernidad es principalmente una crisis del acceso
del sujeto al objeto… o más bien, un problema de acceso al yo’, Calderón
termina afirmando que ‘la crisis no es la del acceso del sujeto a los objetos, sino
más bien a la inaccesibilidad del sujeto para sí mismo’, y plantea la legitimidad
de la sospecha tanto de la intersubjetividad del yo como de la misma psicología.
En el escrito de Félix Javier Serrano Ursúa, de la Universidad Mesoamericana
de Guatemala, Persona y trascendencia: el salto a la fe, el autor parte de su
propio camino intelectual, que va del tomismo al personalismo, para desembocar
en una clara opción por el personalismo comunitario. Concluye Serrano
afirmando, desde sus opciones intelectuales, la centralidad de la persona como
base para cualquier reflexión hacia la trascendencia y la fe, la necesidad de
la participación en los grandes centros de decisión y el pluralismo religioso.
Todo ello debe insertarse en la reflexión del autor, en el marco cultural, social,
político y religioso.
Finalmente, el escrito de Gustavo Pineda sobre El reconocimiento de los
derechos de los pueblos indígenas de El Salvador. Entre el genocidio
continuado y el reencuentro de nuestras raíces, el autor revisa la ‘ruta crítica’
del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas en El Salvador.
Partiendo de la protección de esos derechos por parte de las leyes de la colonia
española, y pasando por la supresión de esa legislación y la extinción, en la
segunda mitad del siglo XIX, del derecho consuetudinario de la propiedad de las
tierras agrícolas, termina en la revuelta y el genocidio de 1932. Luego el escrito
decanta en la necesidad del ‘reconocimiento legal a los pueblos indígenas,
(lo que) implica aterrizar en procesos que puedan cambiar la realidad de
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estos pueblos para alcanzar niveles dignos de cumplimiento de sus derechos,
convirtiéndolos así en autores de su propio destino’.
Este número de Teoría y Praxis quiere continuar el esfuerzo manifestado ya
desde el número 1 de septiembre de 2002, de ‘ser la simbiosis entre la razón y
la realidad, entre lo intelectual y lo integral, y, en definitiva, entre la teoría y
la praxis’.
San Salvador, febrero de 2016