TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
58
No.
SSN 1994-733X, Editorial Universidad Don Bosco,
año 20, No.40, enero-junio de 2022, p.49-78
ISSN 1994-733X, Editorial Universidad DonBosco,
year 20, No.40, enero-junio 2022, p. 49-78
40
El paradigma tecnocrático: una mirada
crítica desde diversas perspectivas
*Marianela Navarro Camacho
**Carlos Luis Mena León
Resumen
Este artículo presenta un análisis del paradigma tecnocrático para compren-
der cómo este jerarquiza el conocimiento, legitima el poder y establece un
orden lineal de desarrollo. Se inicia el análisis con el concepto de tecnología
referido a un saber hacer que permite el surgimiento de la civilización. Esto,
para comprender como la tecnocracia se consolida como ideología con un ethos
penetrante que impone cierta visión de mundo y tiene implicaciones en lo po-
lítico, económico, social y ambiental que evidencia la necesidad de superar el
determinismo tecnológico en procura del bien común.
Palabras clave: paradigma tecnocrático, tecnología, ideología, ethos.
Abstract
This article presents an analysis of the technocratic paradigm in order to under-
stand how it hierarchizes knowledge, legitimizes power and establishes a linear
order of development. The analysis begins with the concept of technology that
refers to the know-how that allows the emergence of civilization. This, in order
to understand how technocracy is consolidated as an ideology with a pervasive
ethos that imposes a certain vision of the world and has political, economic,
social and environmental implications that show the need to overcome techno-
logical determinism in pursuit of the common good.
Key words: technocratic paradigm, technology, ideology, ethos.
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
59
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
1. Introducción
La presente investigación teórica se origina en una reexión desde campos dis-
ciplinares distintos, con el propósito de analizar las trayectorias desde donde
surge el paradigma tecnocrático, así como sus implicaciones ideológicas, éticas,
políticas, económicas, sociales y ambientales.
En la evolución histórica se reconocen creencias y conocimientos que se han
sedimentado en la cultura occidental, muchas veces desde posicionamientos
ideológicos comprendidos en los discursos y las prácticas. Posicionamientos
fuertemente enraizados en corrientes de pensamiento de carácter racional,
empírico y positivista.
Además, se advierte que a partir de la revolución cientíca e industrial se
consolida el paradigma tecnocrático como una de las fuerzas hegemónicas
de la modernidad. Este nuevo orden se fundamenta ideológicamente en un
cienticismo y un determinismo tecnológico que propone un modelo lineal de
desarrollo.
Al respecto Chassot (1994), señala que el cienticismo puede sintetizarse en dos
axiomas: el primero reere a la superioridad teórica de la ciencia y el segundo a
su superioridad práctica para resolver cualquier situación. Es decir, se considera
a la ciencia como un saber superior a los demás y como el único camino para
resolver cualquier problema de la humanidad. Este sobredimensionamiento del
conocimiento cientíco consolida un determinismo tecnológico, desde el cual
se asume que la tecnología establece los límites de lo que la sociedad puede
lograr, es decir, determina la estructura social y la cultura, (Dusek, 2016; Auler
y Delizoicov, 2007).
Si se asume la perspectiva cienticista y determinista de Chassot (1994), se
podría entender el constructo paradigma tecnocrático desde el signicado
khuniano de paradigma y el signicado etimológico de tecnocracia. Es así
como a partir de Khun el paradigma reere a las “realizaciones cientícas
universalmente reconocidas, que, durante cierto tiempo, proporcionan modelos
de problemas y soluciones a la comunidad cientíca” (1971, p.13); desde el
término tecnocracia etimológicamente éste reere al “poder de los técnicos”.
Por tanto, al unir los signicados de ambos términos, el paradigma tecnocrático
se podría conceptualizar como aquella visión de mundo donde las realizaciones
de la ciencia permiten resolver los problemas de la humanidad desde el criterio
conable y absoluto de los técnicos.
Por tanto, con el objetivo de estudiar más a fondo este paradigma el ensayo
presenta en este orden las ideas a discutir: la relación entre tecnología y
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
60
ciencia, así como sus vínculos con las ciencias sociales y las humanidades con
el n de realizar un análisis crítico de la tecnocracia como ideología autónoma.
Es decir, desmarcada de consideraciones éticas, políticas, económicas,
sociales, culturales y ambientales. Analizar algunos cuestionamientos, sin
que ello signique dar respuesta a los mismos, para provocar el diálogo y la
discusión sobre los siguientes tópicos: ¿Qué se entiende por tecnología? ¿Cuál
es la relación entre ciencia y tecnología? ¿Cuáles son las categorías teóricas
que fundamentan el paradigma tecnocrático? ¿Qué sostiene a este paradigma y
hacia dónde se dirige? ¿Cómo el paradigma tecnocrático transmite y construye
los conocimientos, los discursos y las prácticas? ¿Qué sabe un experto? ¿Si es
útil, es lícito? ¿Todo lo qué es técnica o cientícamente posible está éticamente
justicado?
2. Metodología
Este ensayo teórico reere a un estudio basado en el análisis documental desde
una perspectiva epistemológica interpretativa. La revisión teórica se realiza a
partir de la denición de preguntas de investigación que guían la recolección,
análisis, sistematización, discusión y reexión de la información, a partir de
los posicionamientos teóricos, epistemológicos y éticos de cada uno de los
investigadores.
Por tanto, no se trata solamente de una recolección de datos, sino de una
reconstrucción y discusión hermenéutica que ayude a comprender qué se entiende
por paradigma tecnocrático. Para ello el análisis se basó en el entendimiento
de conceptos fundamentales como el de tecnología y su relación con la ciencia,
así como sus redes de ideas, teorías y enunciados, con el objeto de describir e
interpretar la naturaleza y el estatus de este paradigma. Finalmente, lo que se
desea es presentar una reexión sobre sus implicaciones para pensar en caminos
que permitan superar posicionamientos deterministas desde una ética de la
responsabilidad y la acción.
3. Resultados
3.1. La tecnología: concepciones en relación con la ciencia y enfoques
3.1.1. Concepciones en relación con la ciencia
La denición canónica de tecnología remite a una concepción de ciencia apli-
cada. En ese sentido, Bunge (2014) conceptualiza la tecnología de la siguiente
forma: “… un cuerpo de conocimientos es una tecnología si y solamente si
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
61
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
i. Es compatible con la ciencia coetánea y controlable por el método
cientíco, y
ii. Se emplea para controlar, transformar o crear cosas o procesos,
naturales o sociales.
La posición de Bunge es clara en cuanto a que la tecnología no es posible sin la
ciencia o el método.
No obstante, no todos los productos tecnológicos han surgido por intervención
de la ciencia o del método cientíco como se conoce actualmente, algunas tec-
nologías han sido el resultado de un accidente o han surgido por ensayo y error,
como es el caso de los rayos X, y por tanto esas tecnologías han necesitado crear
sus propias ciencias (Carvajal, 2009).
Por su parte, Camacho (2013), reere a la tecnología como a los objetos in-
ventados por los seres humanos, así como el conocimiento de cómo se usan y
funcionan. Señala además que entre esos objetos destacan materiales como los
metales, el vidrio, telas y otros, que, aunque fueron empleados por la humani-
dad hace cientos de años, se tardó muchos siglos en explicar su funcionamien-
to. Lo anterior permite armar que no existe una relación lineal entre ciencia
y tecnología, sino que ambas coexisten en una relación simbiótica de una con
respecto a la otra. En ese sentido, la tecnología es “un fenómeno mucho más
complejo y diverso de lo que parece” (Carvajal, 2009, p.75).
Al respecto, Dusek (2006) reere a tres deniciones de tecnología, una de-
nición instrumental que alude a herramientas y máquinas, aunque arma que
no solo se reere a cosas, sino que también pueden ser reglas. Así, en la se-
gunda denición sugiere una noción de tecnología más amplia que incorpora lo
sociológico y político, pues implica estructuras gobernadas por reglas que se
fundamentan en la ciencia, el derecho o la burocracia. En la tercera acepción
considera a la tecnología como sistema que incluye el instrumental, así como
las habilidades humanas necesarias para operarlo y manejarlo.
Por tanto, la tecnología asumida desde la complejidad descarta la visión reduc-
cionista de ciencia aplicada o conocimiento práctico, (a esta última acepción
del término más bien se le denominaría técnica). En un sentido más amplio se
puede decir que la tecnología “comprende una diversidad de aspectos: apara-
tos, el conocimiento práctico y teórico de todas las épocas y culturas humanas,
el contexto productivo y social, el sistema de valores y de evaluación imperan-
te.” (Carvajal 2009, p.97)
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
62
Cabe señalar que la tecnología evoluciona conforme lo hace el sistema social,
por tanto, en un contexto donde el sistema social es tan complejo y la ciencia
ha evolucionado de forma tan rápida es lógico pensar que la tecnología tam-
bién cambia con rapidez y evoluciona en nivel ascendente de complejidad. Por
ello, las relaciones entre ciencia y tecnología “se vuelven no sólo más intensas,
sino también cada vez más complejas y a veces conictivas” (Camacho, 2013,
p.315).
Finalmente, a partir de las conceptualizaciones expuestas se puede decir que
la ciencia y la tecnología tienen sentido y signicado una en relación con la
otra. Por ello el término tecnología no puede abordarse desde tendencias que
la ubican como subsidiaria o simple aplicación de la ciencia. Dichas tendencias
resultan insucientes para describir, comprender y explicar cómo ciencia y tec-
nología se constituyen mutuamente en estrecha relación con la sociedad y la
cultura.
Es así como para efectos de esta investigación, la tecnología puede entenderse
en un sentido más amplio como conocimientos, saberes, habilidades, actitu-
des, valores, comportamientos que permiten al ser humano un saber-hacer para
producir o transformar cosas, objetos, organismos, fenómenos, estructuras y
sistemas que le permiten ser y vivir como sociedad humana y que han ido evo-
lucionando a lo largo de la historia. Esta concepción incluye a la biotecnología
la cual se entiende como la transformación o manipulación de sustancias bio-
lógicas, organismos o partes de ellos, así como fenómenos o sistemas naturales
para la obtención de productos con diversas utilidades y nes.
3.2. Enfoques
Ahora bien, la tecnología concebida como ciencia aplicada o simplemente como
instrumento, herramienta, máquina o producto; hace referencia a una tecno-
logía neutra, es decir, sin intención. Sin embargo, no existe tecnología neutra,
dado que ésta tiene funciones antropológicas y sociales, que desde el surgi-
miento de la especie humana ha estado totalmente vinculada a los procesos
de civilización. Es decir, surge como una respuesta a las necesidades humanas
relacionadas con la sobrevivencia. No obstante, conforme la humanidad fue
evolucionando el rol de la tecnología en las sociedades se volvió más complejo,
a tal punto que en la actualidad se crean más necesidades en el contexto de las
sociedades modernas.
Lo anterior, remite a un enfoque más amplio de la tecnología que como sistema
no sólo incluye las cosas sino también, los objetos, los fenómenos y los sujetos.
La integración del sujeto en el sistema puede ser como productor, administra-
dor, consumidor, trabajador, controlador o controlado.
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
63
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
También existe el enfoque conocido como tecnología autónoma, el cual arma
que la tecnología no está bajo control humano, sino que se desarrolla bajo su
propia lógica. Este enfoque está directamente relacionado con el determinismo
tecnológico, pues ambas tesis consideran que la tecnología determina el siste-
ma social y cultural, pero éstos a su vez no inciden en el rumbo de la tecnología
(Dusek,2006). Ahora bien, desde este posicionamiento que deja de lado al ser
humano, existe una lógica de control sutil de los individuos, de sometimiento,
en una relación de dominador - dominado; donde el dominador siempre perte-
nece a los grupos de poder, revelando la falacia de la tecnología autónoma.
Por tanto, se considera que la tecnología no es neutra, y que desde un modelo
de consumo y producción sin precedentes, esta lógica se ha inltrado no sólo en
el trabajo, sino en las sociedades y la vida misma, incidiendo directamente en
la concepción de hombre y sociedad. Es precisamente en este punto donde resi-
de todo principio de manipulación, fundamentados en esquemas mecanicistas y
en principios de racionalidad, especialización y jerarquía del conocimiento que
rigen nuestra civilización (Morín, 1984).
Además, recientemente surge el enfoque transhumanista que reere a la con-
cepción de ser humano, por lo que propone un cambio en el paradigma antropo-
lógico humanista. Al respecto, plantea tres tipos de transhumanismo: el cultural
que crítica el proyecto humanista de la modernidad, el biológico que pretende
el biomejoramiento por medio de las tecnociencias (genética, medicina) y el
cibernético, hibridación hombre – máquina por medio de la robótica e inteligen-
cia articial, (Sánchez, 2021).
De lo anterior se puede concluir que la racionalidad, la especialización y je-
rarquía del sistema cientíco -tecnológico hacen creer en una lógica lineal de
progreso donde el desarrollo cientíco produce desarrollo tecnológico y éste a
su vez genera desarrollo económico y social (Auler y Delizoicov, 2007), incluso
humano como lo plantea el transhumanismo, (Sánchez, 2021).
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
64
Figura 1: Modelo lineal de desarrollo
Fuente: Mena- León y Navarro-Camacho, a partir de Chassot (1994), Auler y
Delizoicov, (2007)
Este modelo no considera las direcciones en todas las vías ni la complejidad
del proceso de desarrollo. Por el contrario, considera solamente el crecimiento
económico: maximizar el lucro y minimizar los costos, en detrimento de los
valores humanos.
En ese sentido, es claro que el progreso cientíco y tecnológico no coincide
necesariamente con el progreso social y ético. El ejemplo más evidente en la
historia del siglo XX son las dos guerras mundiales con un despliegue cientíco
y tecnológico sin precedentes, que provocó, la cosicación de las conciencias.
Este fenómeno fue explicado por Adorno (1998) como la identicación irre-
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
65
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
exiva de los individuos con los movimientos de las masas, que lo transforman
en algo casi material, amorfo, desapareciendo como ser autónomo, y donde la
mentalidad tecnológica lo orienta hacia las cosas y la eciencia, reduciendo
cada vez su humanidad.
Es por ello que la tecnología requiere de procesos de evaluación en torno a es-
tándares y parámetros de seguridad, implicaciones legales y consecuencias en
la sociedad y la naturaleza, es decir precisa de un sistema de control. (Carvajal,
2009).
Lo anterior lleva a considerar los siguientes cuestionamientos: ¿quiénes son o
somos los responsables de controlar la tecnología? ¿De dónde surge el sistema
de valores, la evaluación de los parámetros, y estándares de calidad, así como
las medidas de seguridad e implicaciones legales que reeren a la producción,
uso y consumo de la tecnología? ¿Somos controladores o controlados? ¿Existe
realmente la tecnología autónoma? ¿Se vuelve la creación en contra de su crea-
dor?
Si bien es cierto, los cuestionamientos que se hacen tienen la intención de
provocar la reexión, principalmente desde un punto de vista ético; lo que
es claro es que ciencia y tecnología, aunque tienen cada una su propio ámbito
e historia, una es metarrelato de la otra. Por tanto, ambas están fuertemente
entrelazadas y repercuten de manera contundente en la cultura y la sociedad.
Es así como desde una lógica de jerarquización y especialización se ha construi-
do una ideología alrededor de la ciencia y la tecnología, donde no sólo ejercen
un rol fundamental en la estructura de producción, sino que también se cons-
tituyen en rectores de toda actividad y saber. Esta lógica permea el modelo
político, económico y social, posicionándolas como los elementos sine qua non
del progreso. Esta consolidación de ideas, nociones y redes de funcionamien-
to, constituyen lo que se ha denominado paradigma tecnocrático. (Glavich, et
al.,1998).
3.2. El Paradigma Tecnocrático
3.2.1. Sinopsis histórico- ideológica
La tecnocracia podría tener su origen en la antigua Grecia, pues cimenta su je-
rarquía en la racionalidad losóca y cientíca que ahí se congura. Con Platón
y Aristóteles se construye la idea de la razón como virtud. Así la episteme (co-
nocimiento de lo inteligible) se constituye como el saber universal y el principio
de todo conocimiento y acción. Por tanto, la concepción de episteme, aunque
diere del concepto de racionalidad de la modernidad, tiene en común la idea
de la razón como fuente de conocimiento, progreso y felicidad para el hombre,
(Ambrosini y Belardi, 2015).
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
66
Posteriormente en la Edad Media la teología se constituyó la fuente dominante
de conocimiento y la losofía se empleaba principalmente como su auxiliar. Sin
embargo, la conciliación entre una verdad de fe y una verdad de razón se ve
desplazada por el discurso cientíco que emerge desde la losofía (Arias-Monge
y Navarro-Camacho, 2017).
Así, el método deductivo de Descartes, la física experimental y metódica de
Galileo, la teoría heliocéntrica de Copérnico y el método inductivista de Bacon,
cambiaron la cosmovisión de la época, no sólo en lo losóco, sino también en
lo social y cultural.
En el Renacimiento el proceso de desacralización debilita el teocentrismo y se
instala un antropocentrismo que contribuye a posicionar a la ciencia como nue-
va fuente de saber y otra forma de entender el mundo.
Al inicio de la Modernidad la Revolución Francesa, la Ilustración y posterior-
mente la Revolución Industrial terminaron consolidando el imperio de la razón,
el cual tiene su máxima expresión en el conocimiento generado en las ciencias
naturales y en el desarrollo de la tecnología.
Lo anterior promueve el desarrollo de la corriente losóca positivista que sur-
ge a nales del siglo XIX, la cual rechaza cualquier tipo de conocimiento que no
sea cientíco y promueve la idea de una ciencia neutra, (Carman,2007). Es de-
cir, sin posicionamientos políticos, ideológicos, axiológicos o éticos. El positivis-
mo decimonónico unido a la corriente empirista de inicios del siglo XX consolida
la noción de ciencia irrefutable, de verdades absolutas que nutre la ideología
tecnocrática como único camino para resolver los problemas de la humanidad.
Así, durante la primera mitad del siglo XX, se asienta la idea de la capacidad
universal de la razón como mecanismo para promover el bienestar general de
la humanidad. Paradójicamente bajo la premisa de una ciencia y tecnología
neutral, libre de valores y objetiva, se gestaría el sistema de clasicación so-
ciorracial y dos guerras mundiales que demostraron la capacidad destructiva de
la racionalidad técnica,(Hincapié, 2014). A esto último Benjamín (2012) lo llamó
la catástrofe o la barbarie, donde la ilusión de una sosticada capacidad técnica
es empleada para la propia destrucción del ser humano.
Es así como la historia demuestra que la permanencia de un modelo de desarro-
llo humano, social, económico y político sustentado en el paradigma tecnocrá-
tico no ha sido la solución para la mayoría de los problemas de la humanidad.
Algunos de ellos históricos como la pobreza, la discriminación, las guerras y
otros más recientes como el cambio climático, el acceso al agua potable, las
enfermedades mentales emergentes entre otros; que siguen estando ahí.
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
67
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
Finalmente, lo que se desea plantear es que la ciencia y la tecnología son sin
duda, una fuente importante de progreso y bien común si se emplean de la
mejor manera, pero no son el único camino para resolver problemas que por su
complejidad requieren de abordajes transdisciplinarios.
3.2.2. La cuestión de fondo: el paradigma tecnocrático
Mirando el recorrido histórico ilustrado en el punto anterior, hay una conse-
cuencia que será necesario tener presente en adelante: al ser establecida la
razón técnico-cientíca como la forma superior de conocimiento en el imagi-
nario de la sociedad y en las estructuras político-económicas, se genera una
tácita categorización que designa a unos como expertos que poseen con ampli-
tud y dominio el conocimiento verdadero, y a otros como carentes o limitados
en él.
De esta forma hay un proceso de legitimación que sienta las bases del llamado
Paradigma tecnocrático, ya que se instala la creencia de que el poder de la
tecnociencia aplicada a todos los ámbitos de la vida conduce al progreso, a la
abundancia material, al mejor de los mundos posibles. Esto bajo el supuesto
de que sus criterios son objetivos y desprovistos de vicios, aunque “al mismo
tiempo, se niega que el ser humano y el mundo en que vive tengan un sentido
que deba orientar la conducta humana” (Bellver 2017, 149-150).
Es en este sentido que cabe identicar esta mentalidad como ideología, por-
que constituye un proyecto histórico-social de dominio sobre la realidad na-
tural y humana: dominio metódico, cientíco y calculado (Habermas 2017).
Una especie de domesticación utilitarista de la naturaleza y de las relaciones
sociales mediante la aplicación de la técnica.
La efectividad de esta ideología está en que ella se legitima a sí misma al
presentar sus armaciones como técnicamente necesarias, convirtiéndolas a
su vez en éticamente incuestionables (Pucci, 2017) por medio de un discurso
fuerte capaz de suscitar conanza social. En este orden de ideas se puede de-
cir que:
La racionalidad del dominio se mide por el mantenimiento de un siste-
ma que puede permitirse convertir en fundamento de su legitimación
el incremento de las fuerzas productivas que comporta el progreso tec-
no-cientíco… [Sin embargo,] la idea de que las relaciones de producción
pudieran encontrar su instancia crítica en el potencial de las fuerzas pro-
ductivas desarrolladas queda cercenada por el hecho de que las relacio-
nes de producción existentes se presentan como la forma de organización
técnicamente necesaria de una sociedad racionalizada (Habermas 2017,
p.56).
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
68
Es un círculo cerrado que busca permear todos los ámbitos de la vida, pues
como lo reere Atencia (2003), comentando a José Ortega y Gasset, establece
cuatro relaciones a tener en cuenta:
· en sus realizaciones concretas, como creador de entidades articiales
de las que se sirve o se afecta al ser humano mismo.
· en su vigencia social, que se reere al lugar que ocupa la técnica en el
conjunto de la cultura.
· en su inuencia en el modo como se afecta la existencia concreta
individual de los seres humanos, especialmente en el campo del trabajo.
· en la dimensión antropológica, es decir, de “la signicación, origen y
sentido que tienen en el mundo la aparición de un ser técnico forzado a
traducir la necesidad en libertad”, imponiendo nuevas determinaciones y
haciendo emerger nuevas formas de existencia propiamente humanas.
Sin embargo, es importante aclarar que el propósito de esta exposición no es
descalicar a priori el liderazgo de individuos o entidades con determinada
competencia o idoneidad técnica para ciertos campos. El tema ético de fondo
es evidenciar la problemática que conlleva el desequilibrio en la relación
entre conocimiento experto y ejercicio del poder de frente al bien común
de la humanidad. Especícamente, en materia pública donde en el contexto
del monopolio de las decisiones, se da la exclusión de otros saberes o voces
calicadas, las cuales son necesarias para atender la complejidad de los
fenómenos. Lo anterior porque la razón tecno-cientíca no es suciente para
abordar una problemática especíca que por su complejidad trasciende su
campo de competencia y deben ser atendidos desde otras áreas del saber o
perspectivas.Para la tecnocracia cada problema económico, político o social
tiene una solución técnica y objetiva. Como lo menciona Miranda (2013), esto se
hace evidente mirando los supuestos políticos que se encuentran detrás:
1. La imagen de Estado, sociedad global y sociedades sectoriales como
sistema. La tecnocracia supone que una medida tomada en un factor
tendrá efecto en otro, y esto se da porque todo “sistema” tiene una
lógica causa-consecuencia.
2. La convicción de que tales sistemas ‘deben’ se rigen según los principios
de la razón técnica. Esta premisa es central. La racionalidad tiene una
función utilitaria. Esto implica que toda sociedad debe estar orientada
en términos instrumentales.
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
69
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
3. El argumento de que los conocimientos adecuados para la dirección
del Estado surgen de disciplinas cuyas conclusiones (generalizaciones)
son válidas y aplicables a distintos sistemas. Esto implica que, si la
conducción del Estado es generada por disciplinas que están fuera de la
racionalidad técnica debe anularse. Solo los dictados de la tecnocracia
son válidos.
4. La creencia de que para cada problema existe una solución óptima, lo
cual evita las discrepancias. Esto supone una posición cerrada, hostil,
alejada del diálogo, pero inclinada a la toma de decisiones.
5. Existe la idea de que la estructura político-institucional debe adaptarse
a las exigencias de la razón técnica, es decir, la política depende de una
élite de poder que actúa de manera indirecta, cuya forma de acceso al
control radica en el saber experto.
Por lo anterior, se puede decir que la tecnocracia no es “meramente una
aplicación de métodos técnicos a la solución de problemas denidos, sino un
ethos penetrante” (Giddens 1973, p.305), que “desplaza a la democracia como
forma de coordinación y adopción de decisiones sociales” (Orjuela 2007, p.225).
Al respecto, Fsicher (1989, p. 20-21), indica:
La dimensión oculta de las políticas tecnocráticas plantea espinosos
problemas para la teoría política. Si bien la tecnocracia está claramente
asociada con grupos sociales especícos, su énfasis en criterios técnicos
antes que, en una agenda compartida de políticas y programas, torna
dicultoso identicar a la tecnocracia como un movimiento político en el
sentido ordinario del término. […] La tecnocracia, es fundamentalmente
un ethos intelectual y una visión del mundo. En términos políticos, es un
metafenómeno movilizado más por una forma de gobernabilidad que por
un contenido especíco en sí mismo. En términos teóricos, es mucho más
acertado, interpretarla como un proyecto antes que como un movimiento.
Es así, como en el ethos tecnocrático hay una cierta desvalorización de la
política y la democracia, porque se considera que ninguna de ellas posee los
mecanismos idóneos para encontrar las soluciones a los problemas sociales y
económicos. Por tanto, el tecnócrata no posee compromisos políticos estables,
porque está adherido a una concepción de ecacia y productividad. En el fondo
de su accionar lo que existe es un sentido de oportunidad, donde las formas
actuales del mercado son percibidas como instituciones más o menos ecientes
para distribuir los bienes y servicios en la sociedad, (Estévez, 2005).
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
70
Ahora bien, la hegemonía tecnocrática es un tema de debate en distintos
ámbitos, pues se ha hecho evidente que el modelo de desarrollo que impulsa no
ha dado los frutos esperados y no entraña un progreso moral y social a la altura
de los retos que la humanidad enfrenta.
Personas con liderazgo en diversos ámbitos denuncian los peligros que entraña
esta mentalidad. Uno de ellos es el Papa Francisco, que en su Carta Encíclica
Laudato Sì (2015), señala que a este paradigma homogéneo y unidimensional
se le ha dado el poder de imponer la orientación y organización de la sociedad,
despojando al ser humano de su autonomía y libertad.
La ciencia y la técnica no son un mal, tampoco lo es el desarrollo económico
y el progreso en general, “nadie pretende volver a la época de las cavernas”
(Francisco, 2015, p.90), lo que debe ser replanteado es la orientación que se
les da, la forma cómo se establecen las relaciones entre economía y política,
la falta del establecimiento de sólidos criterios éticos, el corto horizonte de
sentido y responsabilidad que no permite una proyección a futuro.
Al respecto, Remolina (2018, p.101-104) considera que los puntos fundamentales
que plantea la crítica de Francisco hacia este paradigma se concentran en tres
aspectos:
1. Ético: la lógica dominante del paradigma lo vuelve destructivo del
hombre y de la creación. Es particularmente notorio que no considera
la alteridad, el otro aparece como a disposición o como una cantera
de recursos ilimitados. Esta forma de actuar no garantiza el cuidado
del ambiente ni la inclusión social, y su visión fragmentaria obstaculiza
posibles horizontes éticos de referencia, pues es incapaz de entrar en
diálogo y, por lo tanto, no es consciente de sus límites (Francisco, 2015).
Es decir, el inmenso crecimiento tecnológico no estuvo acompañado de un
desarrollo del ser humano en responsabilidad, valores y conciencia. Cada época
tiende a desarrollar una escasa autoconciencia de sus propios límites. Por eso
es posible que hoy la humanidad no advierta la seriedad de los desafíos que
se presentan, y la posibilidad de que el hombre utilice mal el poder, el cual
crece constantemente cuando no está sometido a norma alguna reguladora de
la libertad, sino únicamente a los supuestos imperativos de la utilidad y de la
seguridad (Francisco, 2015)
2. Filosóco-antropológico: la raíz de toda la crisis es antropocéntrica que,
paradójicamente, hace que el ser humano no descubra su verdadero
lugar y se declare autónomo. La razón técnica ocupa el lugar central.
No reconoce la dignidad de lo vulnerable, incluida la naturaleza.
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
71
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
El paradigma lo vuelve contra mismo, porque lo hace renegar de su
condición de administrador responsable y lo convierte en déspota
dominador (Francisco, 2015).
Esta situación nos lleva a una constante esquizofrenia, que va de la exaltación
tecnocrática que no reconoce en los demás seres un valor propio, hasta la
reacción de negar todo valor peculiar al ser humano. Pero no se puede prescindir
de la humanidad. No habrá una nueva relación con la naturaleza sin un nuevo
ser humano. No hay ecología sin una adecuada antropología (Francisco, 2015).
3. Político-económico: además de lo dicho al principio de este apartado,
el paradigma tecnocrático hace de la globalización un instrumento de
homogenización cultural de las sociedades, con la tendencia a prescindir
de los valores de las comunidades y grupos sociales. La exclusión de otros
saberes como la historia, las culturas, el arte y la religión, empobrece
la visión política y económica.
La crítica del Papa Francisco al paradigma tecnocrático es una invitación a
tomar conciencia clara de la situación que estamos viviendo, de las enormes
capacidades que están en nuestras manos como seres humanos. Es un
llamado a obrar responsablemente a partir de criterios éticos claros como “el
reconocimiento de la dignidad peculiar del ser humano” (Francisco, 2015, p.
119); a tomar las medidas políticas necesarias para imprimir el rumbo que
queremos darle al planeta y a la especie humana, y a capacitarnos para ello.
Hay que salvar el planeta, sabiendo que ese es el camino para salvar al ser
humano (Remolina 2018).
Reexionar sobre la tecnocracia es mirar críticamente el mundo contemporáneo,
es pensar en las consecuencias de la innovación técnica, la producción en masa,
la planicación social y económica, la institucionalidad democrática (Estévez
2005, p. 21). Pero, en último término es tomar posición frente a los términos con
los que se dirige el comportamiento humano, los vínculos sociales, la relación
con el ambiente y el valor de las culturas.
3.2.3 Implicaciones del paradigma tecnocrático
Después, de este recorrido por concepciones, enfoques, argumentos y
reexiones en relación con el paradigma tecnocrático, es preciso detenerse en
las implicaciones que éste tiene en la actualidad. Implicaciones de naturaleza
ideológica, política, económica y ambiental, que nos convocan a cuestionar las
formas en que hemos sido enseñados a pensar, así como las creencias en torno
a las maneras de resolver, de actuar y de ver el mundo.
Así, en primer lugar, es necesario establecer que la progresiva racionalización
de la sociedad obedece a la institucionalización del progreso cientíco-
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
72
tecnológico (Habermas, p. 54). Por lo que, en la medida en que la ciencia y la
tecnología penetran en los ámbitos institucionales de la sociedad, transforman
las instituciones mismas y legitiman la racionalidad como el camino para la
acción social y política. De esta forma el concepto de razón técnica es en
mismo ideología.C
Como ideología la tecnocracia se transmite en los discursos y las prácticas,
por medio de mecanismos de legitimación de conocimientos, a través de las
estructuras del sistema social, tales como los procesos de educación formal,
no formal, los medios de comunicación, los sistemas de producción y la
incorporación de la ciencia y la tecnología en todos los ámbitos de la dimensión
social, cultural y humana.
Ahora bien, toda ideología de alguna manera conlleva ciertos “procedimientos
por los cuales se logra que las personas reproduzcan conductas socialmente
caracterizadas (interrelación ritual que corresponde al modo en que
ideológicamente se promueven en los individuos creencias que se maniestan
en actos)” (González-Montero, p.2011). Es así como la tecnocracia. de manera
sutil, condiciona la vida de las personas, genera nuevas necesidades, controla lo
que se sale de su lógica (ridiculiza, calla, lo relega a una esfera privada).
Al respecto, hay muchos replanteamientos políticos que hacer. Los Estados
Nacionales son muy grandes para resolver problemáticas micro o regionales,
pero muy pequeños para enfrentar asuntos de escala global como el cambio
climático, migraciones, desarrollo cientíco y el poder de las grandes compañías
transnacionales. Para ello, son necesarias nuevas estructuras democráticas a
nivel nacional e internacional. Estructuras que requieren de la acción ciudadana,
es decir la toma de conciencia de los sujetos desde una praxis cultural crítica.
De no ser así, la ideología tecnocrática permanecerá como una élite de poder,
como una forma de oligarquía, pese a todas las apariencias democráticas en
la institucionalidad de los Estados. Algo así como lo que pasaba en la Grecia
clásica, donde los pobres votaban, pero los ricos controlaban el poder. Sería una
inquietante paradoja que los esfuerzos políticos por consolidar la democracia
contemporánea sigan replicando un esquema de poder que limita tanto la
libertad como la igualdad (Fernández 2016).
Por tanto, no se puede esperar que los cambios vengan de las élites de poder,
porque el modelo de desarrollo en mismo les favorece al ser permisivo
con respecto a la formación de monopolios y la conservación de un sistema
socioeconómico que les resulta muy conveniente. La participación comprometida
de la ciudadanía y el desarrollo de su sentido crítico son necesarios, para que se
entable un diálogo de calidad que no evada el conicto.
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
73
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
Se está ante una encrucijada como humanidad pues, “El ambiente humano
y el ambiente natural se degradan juntos” (Francisco, 2015, p.37). Asumir
un compromiso en ese sentido requiere abrirse a un horizonte ético amplio,
que tome distancia crítica de posiciones de dominio o individualismo, porque
solo cuando se le da espacio a la alteridad son posibles los cambios sociales y
culturales (Mena-León, 2021).
4. Conclusiones
La lógica tecnocrática no problematiza sobre los aspectos éticos derivados de
su protagonismo en políticas implementadas que han resultado fallidas. Por
ejemplo: los efectos colaterales graves de directrices técnicas inadecuadas o
la cuestionable mezcla de intereses privados justicados con argumentos de
expertos. Dentro de esta lógica las crisis se pretenden “superar” trasladando a
las futuras generaciones el pago de los daños, por medio del décit público o
la explotación del ambiente. Todo para no afectar la producción o el consumo
actual.
Esto es un asunto antropológico, donde la humanidad debe plantearse cómo
construir un mundo donde quepamos todos. En la ciencia y la tecnología
podemos encontrar medios, pero un mundo común no se construye solo con
medios, requiere de compromiso político como acto soberano de una conciencia
que tiene la capacidad de vincularse con una realidad, una conciencia con clara
implicación con el mundo y sus problemáticas. Por tanto, “Que la vida sea
vivible o no lo sea incumbe a la humanidad entera, es un problema que ha
corporeizado nuestra condición de humanos” (Garcés,2013, p.65).
El determinismo tecnocrático puede convertir a la sociedad y al sujeto en
máquinas de rendimiento autista (Chul-Han, 2017). Así, que la crítica no es a la
ciencia y la tecnología como tal, sino al manejo que se le ha dado por parte de
los grupos de poder y a la falta de reexión consciente de la ciudadanía.
Al respecto, existe un vacío de decisiones libres, de falta de voluntad y juicio,
porque no se ha educado para generar una conciencia de implicación con el
mundo. Debe pensarse que la educación como proceso formativo y fenómeno
social - antropológico puede suceder en cualquier lugar y momento, por lo que
se debe advertir sus efectos como estructura productora de comportamientos.
Es por ello, que se hace necesario repensar el valor político de la educación,
(García y García,2002; Garcés,2013).
En este mismo orden de ideas, se puede decir que los mecanismos antropológicos
primarios son decisivos en la vida adulta y en la subjetividad, y provienen de
procesos educativos proporcionados por las diversas instituciones sociales
(familia, comunidad, iglesia, medios de comunicación). A partir de ello cabe
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
74
preguntarse ¿cuál ha sido la función social de estas instituciones a la hora de
situar la ciencia y la tecnología en el mundo desde un paradigma tecnocrático?
Desde el planteamiento de los autores es necesario pensar esa función social a
partir de aspectos como los siguientes:
• La disolución de fronteras disciplinares para comprender y atender pro-
blemas mundiales desde perspectivas transdisciplinares.
• El acceso universal a la información a los recursos digitales y culturales.
• El posicionamiento crítico frente al adiestramiento mediático de las
masas que lleva a al consumismo y la violencia contra el otro y el medio
ambiente.
• Cuestionar los dispositivos sustentados en una lógica de razón tecno
- cientíca que privilegia la estandarización, instrumentalización, e-
ciencia y productividad, en muchos casos implica la expropiación de sa-
beres y prácticas, que provoca la globalización de rasgos culturales y de
formas de expresión, que engullen las particularidades, (Gimeno,2015).
• De lo anterior derivan estilos de vida, de consumo, de adiestramiento
de competencias que son convenientes para el modelo de desarrollo
imperante. Por tanto, es necesario establecer fronteras y determinar lo
admisible y lo inadmisible.
El connamiento, la marginalización y neutralización de unos frente a otros,
reere a las consecuencias de una desigualdad cada vez más profunda donde
algunos países, grupos, personas lo aprovechan y otros en cambio lo padecen.
Desigualdad que tiene su génesis en el modelo de desarrollo lineal impuesto
desde el paradigma tecnocrático. Ante esta problemática hay que pensar cuál
es el mejor uso que se puede hacer de la tecnología con el menor compromiso
al ambiente y con justicia social. Para ello hay que ser capaz de posicionarse de
manera crítica desde una ética de responsabilidad y acción.
Los Estados y los organismos internacionales deben cambiar su posicionamiento
de frente a los retos que enfrenta la sociedad. Sobre todo porque el campo en
el que se toman las grandes decisiones va más allá de lo local y pertenecen a
un orden que está fuera de la regulaciones ordinarias. La política, en cuanto
llamada a construir un orden justo en un mundo actual, está llamada reinter-
pretar su identidad, roles y mediaciones institucionales en el contexto de los
derechos humanos.
Además, no se puede dejar de reexionar sobre el impacto que este mode-
lo tendrá en las generaciones futuras. La búsqueda de soluciones conjuntas
requiere entrar en diálogo con todos los grupos sociales, culturales, étnicos,
económicos, políticos, etc. De esta forma se pueden reconocer las semejanzas
que nos unen y las diferencias que nos enriquecen (Cedeño- Morenari, 2021).
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
75
El paradigma tecnocrático: una mirada crítica desde diversas perspectivas
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
Sólo así será posible la construcción de un mundo en común (Garcés, 2013),
que como toda utopía está en el horizonte y marca el rumbo hacia donde se
debe caminar. Sólo que este camino requiere sentirse afectado, comprender el
mundo desde diversas perspectivas, aprender, transformarse y necesariamente
implicarse.
5.Referencias bibliográcas
Adorno, T. (1998) Educación para la emancipación. Ediciones Morata
Ambrosini, C., & Beraldi, G. (2015). Pensar la ciencia hoy. La epistemología:
entre teorías, modelo y valores. C.C.C. Educando.
Arias- Monge, M. y Navarro - Camacho, M. (2017). Epistemología, Ciencia y Edu-
cación Cientíca: premisas, cuestionamientos y reexiones para pensar
la cultura cientíca. En Actualidades Investigativas en Educación, (17),
3. DOI 10.15517/AIE.V17I3.29878.
Auler, D., & Delizoicov, D. (2001). Alfabetização cientíco-tecnológica para
quê? Pesquisa em Educação em Ciências, (3), 1-13.
Atencia, J. (2003). Ortega y Gasset, meditador de la técnica. Argumentos de
Razón Técnica (6), 61-95. https://core.ac.uk/download/pdf/51385445.
pdf
Bellver, V. (2017). Contra el paradigma tecnocrático: la posición del papa.
Benjamin, W. (2012). Sobre el concepto de historia. En Escritos políticos.
Abada, 61-66
Byung- Chul, H. (2012). La sociedad del cansancio. Barcelona: Harder
Francisco. Argumentos de Razón Técnica (20), 149-169.
Bunge, M. (2014). Epistemología (Séptima ed.). Editorial Siglo XXI.
Camacho, L. (2013). La ciencia en su historia. EUNED.
Carman, C. (2007). La losofía de la ciencia en el siglo XX. https://docplayer.
es/27891497-La-losoa-de-la-ciencia-en-el-siglo-xx.html
Carvajal- Villaplana, A. (2009) De la distinción entre técnica y tecnología, en
Fallas, Fabrizzio, Introducción a la técnica, la ciencia y la tecnolo-
gía, Editorial Tecnológica, 55-82.
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
76
Chassot, A. (1994). A Ciência através dos Tempos. 8 Ed. São Paulo: Moderna
Cedeño- Morenari, A. (2021). Charla Bioliderazgo
Dusek (2016). Philosophy and technology. Blackwell. Publishing. https://www.
researchgate.net/publication/273947214_The_Philosophy_of_Technol-
ogy_An_Introduction
Estévez, A. Apuntes para una genealogía de la Tecnocracia. Buenos Aires: UBA,
2005. (https://www.polipub.org/articulo/index/id/16/page/3)
Gimeno, J. (2015). La educación que aún es posible. Ediciones Morata S.A.
Fischer, F. (1989). Technocracy and the politics of expertise. Thousand Oaks:
Sage.
Francisco. (2015, 24 de mayo). Carta Encíclica Laudato Sí del Santo Padre Fran-
cisco sobre el cuidado de la casa común. Tipografía Vaticana https://
www.vatican.va/content/francesco/es/encyclicals/documents/pa-
pa-francesco_20150524_enciclica-laudato-si.html
Garcés, M. (2013). Un Mundo Común. Ediciones Bellaterra, S.L.
García, C. J. y García del Dujo, A. (1996) Teoría de Educación I Ed. Santillana.
Giddens, A. 1973. La estructura de clases en las sociedades avanzadas. Alianza
Editorial.
Glavich, E., Ibañez, R.Lorenzo, M y Palma, H. (1998).Notas introductorias a la
losofía de la ciencia I. La tradición anglosajona. Eudeba
González-Montero, S (2011). El problema de la ideología: Elogio de las fan-
tasías. Palabra Clave [online]. (14), 2, pp.261-293. ISSN 0122-8285.
Gimeno, J. (2015). La educación que aún es posible. Ediciones Morata S.A.
Habermas, J. 2017. Ciencia y tecnología como ideología. 7 ed. Tecnos.
Hincapié- García, A.(2014). La cuestión del mal y la Modernidad. A propósi-
to de una lectura desde Walter Benjamin. Revista de Estudios Socia-
les.50,155-165 DOI: http://dx.doi.org/10.7440/res50.2014.15
Khun, T. (1971). La estructura de las revoluciones cientícas. Fondo de cultura
económica.
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com
80
El paradigma tecnocratico: una mirada crítica desde diversas perspectivas
77
Mena-León, C. 2021. La categoría Eclesial Ecológica del Programa Bandera Azul
en Costa Rica. Un análisis a la luz de la Ecología Integral. Tesis de licen-
ciatura. Ponticia Universidad Gregoriana, Roma.
Miranda, L. 2013. Cultura ambiental: un estudio desde las dimensiones de val-
or, creencias, actitudes y comportamientos ambientales.” Producción +
limpia 8(2): 94-105.http://www.scielo.org.co/scielo.php?pid=S1909-04
552013000200010&script=sci_abstract& tlng=es
Morín, E. (1984). Ciencia con conciencia. Editorial Multiversa.https.//edgar-
morinmultiversidad.org/index.php/descarga-libro-ciencia-con-con-
ciencia.html
Orjuela E., Luis Javier. Ideologías, tecnocracia y sociedad: implicaciones para
América Latina (2007). En Filosofía y teorías políticas entre la crítica y
la utopía. CLACSO, ISBN: 978-987-1183-75-3.
Pucci, G. (2017). La rivoluzione integrale. Idee e proposte ispirate all’ecologia
integrale dell’enciclica Laudato sì’. Firenze: Editrice Fiorentina.
Remolina, G. 2018. Crítica al paradigma tecnocrático. Cultura Económica 96,
pp. 95-107.
Sánchez, T. (2021). La propuesta transhumanista para la abolición del género.
Pieza del rediseño de la naturaleza humana. Aperturas psicoanalíticas.
Universidad Ponticia de Salamanca, (66), 1-22. ISSN 1699-4825
* Costarricense. Doctora en Educación. Coordinadora de la Carrera de Enseñanza de las Ciencias
Naturales. Universidad de Costa Rica. marianela.navarrocamacho@ucr.ac.cr
**Costarricense. Filósofo, Teólogo. Licenza in Dotrina Sociale della Chiesa. Ponticia Università Gre-
goriana. cmena88@gmail.com