
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
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construidas por los diferentes actores sociales que expresan sus identidades,
intereses, producciones y orientaciones, y que remiten a las relaciones sociales
involucradas y a los intereses de poder en juego” (Calderón, 2012, pág. 126).
En este trabajo, los campos se han diferenciado en cuatro tipos signicativos,
por ejemplo, el campo de conictividad por mejorar las condiciones de vida y
de trabajo, cuyas demandas reeren a cuestiones salariales, laborales y por una
mejor calidad de vida.
Tomando en cuenta los campos de conictividad mencionados por Calderón
(2012), se identicó el campo de conictividad de la gestión institucional, cuyas
demandas surgen a partir de una cuestionable gestión administrativa, mala
prestación de los servicios públicos, por cuestionamiento o el reconocimiento
de una autoridad pública; y el campo de los conictos culturales, en donde
los actores colectivos se movilizaron por la inseguridad ciudadana, por
cuestiones ideológicas políticas, por falta de recursos medioambientales, por
el cumplimiento de los derechos humanos, por el reconocimiento de valores,
creencias e identidades, entre otros.
Y, por último, el campo de conictividad de participación política, en donde las
personas protestaron al no ser tomados en cuenta en el ejercicio de la política
institucional.
Para ello, se realizó un análisis general sobre cuál fue la panorámica de la
protesta social durante el periodo 2012-2013; ya que durante estos años se
evidenció cierto descontento por parte de la población, debido a la insatisfacción
o la violación de los derechos laborales y sindicales; por ejemplo, se realizaron
movilizaciones por el Sindicato de Trabajadores del Instituto Salvadoreño del
Seguro Social (STISSS), por el Sindicato de Médicos Trabajadores del Hospital
Nacional Zacamil (SIMEHZAC) y por el Sindicato de Trabajadores de la Salud
(SITRASALUD), entre otros actores.
Los trabajadores del sector salud generalmente demandaron el cumplimiento
del escalafón, la destitución del Director del Instituto Salvadoreño del Seguro
Social (ISSS) acusado de violar una serie de cláusulas del Contrato Colectivo (Co
Latino, 2012), (Recinos, 2012), (LPG, 2012); por difamación hacia los líderes
sindicales (LPG, 2012), falta de insumos para poder desempeñar sus funciones
laborales, arbitrariedad en la toma de decisiones por parte de las jefaturas y
hostilidad laboral (Miranda, 2012), entre otras demandas.
Por otro lado, existieron otros actores sociales que expresaron el descontento
hacia las medidas políticas, económicas y sociales adoptadas por el Gobierno
de Funes-FMLN que perjudicaron de forma parcial o total a la población; por
ejemplo, las protestas realizadas por las gremiales empresariales del transporte
colectivo, como la Asociación de Empresarios de Autobuses Salvadoreños (AEAS),
los Empresarios del Transporte de Pasajeros en Autobuses (ATP), la Federación de
Asociaciones Cooperativas de Aprovisionamiento de Empresarios Transportistas
Salvadoreños (FECOATRANS), entre otras.