
TEORÍA Y PRAXIS No. 40, enero-junio 2022
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conictos y protestas ocurridas en ese periodo, que corresponde a los tiempos
del primer gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
(FMLN). En esos años `se identicó una conictividad que generó el surgimiento
de protestas dirigidas hacia el gobierno, debido a la insatisfacción y la violación
de los derechos laborales y sindicales`, como señala la autora. La autora indagó
en los periódicos La Prensa Gráca, El Diario de Hoy, Co Latino y El Faro,
identicando 303 actividades de protesta. Partiendo del enfoque propuesto por
la teoría sobre el conicto social, la autora identicó algunas características
de las protestas, deteniéndose en los medios de presión utilizados, los niveles
de violencia, los actores movilizados y el tipo de demanda. La autora no elude
tratar los casos en que las demandas implican un choque de derechos, como
cuando el derecho de protesta de los trabajadores de la salud tropieza con el
derecho a la salud de parte de los pacientes. El análisis se detiene, además,
en la respuesta del gobierno, que consistió, generalmente, en desestimar la
protesta sin responder a los reclamos.
Por último, el profesor González, en su artículo La comprensión cientíca del
ser humano y sus implicaciones para la educación, nos presenta los estudios
sobre el cerebro humano y su relación con la vida mental. Desde una ciencia en
constante y vertiginoso desarrollo como la Neurociencia, fuertemente ligada a
la Biología evolutiva, la Paleoantropología y la Psicología cognitiva, reexiona
acerca de las implicaciones que tienen en la educación, los conocimientos
cientícos más recientes. Y a partir de allí, decanta en los estados mentales, los
tejidos de creencias, las ideaciones, las intuiciones, los prejuicios, las opiniones,
los valores… Y a partir del supuesto que “los comportamientos de los individuos
no son ajenos a sus creencias, percepciones, opiniones y valoraciones, aunque
no se trata de una relación mecánica”, el autor concluye que “somos unos
monos sin pelo que nos hemos valido y nos valemos de nuestras herramientas
corporales y mentales para hacer cosas —entre ellas inventar religiones,
mitos, arte, normas morales y jurídicas, la democracia, los derechos humanos,
tecnologías, ciencias, losofía— con la nalidad de que nos ayuden a sobrevivir,
pero en incontables ocasiones esas invenciones se han revelado contrarias a
esa nalidad, porque han sido elaboradas y usadas para explotar y abusar de
otros seres humanos”. La compleja recurrencia a que la religión es un invento
humano no parece contradecir, por lo menos explícitamente, el deseo innato
de trascendencia de todo ser humano, ni aludir a la concepción que la relación
con lo trascendente en los seres humando está condicionada por las relaciones
de producción. Más bien, lleva a concluir la íntima y compleja relación que
existe en todo aquello que conforma el ser humano. `La imbricación entre las
neurociencias y la educación será lenta`, arma el autor, por la distancia que
ha existido entre ambas ciencias tanto en sus objetivos como en sus métodos.
Pero los avances en los estudios del cerebro humano sin duda llevarán a una
contribución mutua que puede ser de gran benecio.
Presentamos este número 40 de Teoría y Praxis, con sus 20 años de intentos de
salir de la academia para llegar a la realidad cotidiana, tan esquiva y confusa,
tan atrayente y hermosa. Veinte años atrás no pensábamos en una pandemia
como la que nos hace de contexto ahora. Las inmensas interrogantes que nos
plantea ahora esta pandemia, las nuevas pobrezas que hemos descubierto, el