
56.
población migrante; de este modo, se efectúan y reproducen correlaciones unívocas
entre factores culturales, sociales, económicos y educativos (Novaro et al., 2008).
Los estudiantes extranjeros ingresan a las escuelas argentinas, pero al margen de
una educación que contemple sus diferencias, mediante intercambio de saberes
(Beheran, 2009).
En segundo lugar, más allá del plano institucional, urge atender al modo en que
se consolidan las relaciones entre pares y con docentes al interior de las escuelas.
Emerge que los jóvenes de familias migrantes sufren procesos de estigmatización
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.
“(…) El origen extranjero recae como rasgo de categorización y diferenciación de
la población local” (Laíz Moreira, 2014, p. 377), se trata de una marcación étnica,
por la cual se establecen jerarquías en las que migrantes quedan ubicados en un
lugar subordinado respecto a la población local. La discriminación
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se expresa en
el trato peyorativo y diferencial, así como también en el no respeto de costumbres
culturales y religiosas. Se han registrado este tipo de prácticas por parte de docentes,
bajo frases como “los bolivianos son muy lentos, atrasados; no se puede esperar
otra cosa de una cultura milenaria, atrasada (…) es natural que sean así… vienen
con una pobreza cultural”; o: “todavía están bajando del cerro, cuando están en
5° grado recién llegan” (Gavazzo, 2011, p. 38). A su vez, otros no son criticados, sino
que a partir de la jerarquía étnica que se establece se les valora, por ejemplo, en
comparación con niños coreanos, porque “no molestan, son callados, se respeta la
figura del docente. La familia es unida y apoya la tarea escolar” (Sinisi, 1999 citada
en Gavazzo, 2011, p. 39). Estos prejuicios ocultan una relación de dominación, al
asignarles, como si se tratara de un atributo natural o una predisposición, la cultura
de obediencia (Domenech, 2014). En otros trabajos, los docentes reconocen que se
dirigen de tal modo –peyorativo– hacia estudiantes y familias, a partir de prejuicios por
su procedencia, desde una distancia cultural, nacionalidad, costumbres, bajo nivel
socioeconómico, pertenencia a una cultura rígida y autoritaria (Beech y Princz, 2012).
Tales etiquetamientos producen efectos negativos, en el sentido que pueden
volverse una profecía autocumplida, cuando el docente que posee determinada
imagen del alumno haga que finalmente su conducta se ajuste a ella (Kaplan,
1997). A su vez, “las actitudes detectadas en el cuerpo docente contrastan con las
orientaciones curriculares, que en todos los casos adhieren a principios explícitos de
defensa del pluralismo, la multiculturalidad, el respeto y valoración de la diversidad”
(Tenti Fanfani, 2004, p.195).
Respecto del nivel medio, los estudiantes de origen extranjero reconocen que las
prácticas de discriminación las ejercen sus pares y no docentes (Binstock y Cerrutti,
2014). A su vez, no todas las procedencias predisponen a iguales maltratos, sino que
la jerarquía étnica genera mayor discriminación para jóvenes de origen boliviano,
seguidos de peruano y finalmente paraguayo. Los estudiantes señalaron que
viven situaciones de hostilidad que se reflejan en agresiones verbales con términos
peyorativos, molestia en clase como sustraerle pertenencias o la indiferencia.
Asimismo, tales prácticas de discriminación exceden a la población migrante, ya que
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“Este estigma, según Goffman, hace referencia a un ‘atributo profundamente desacreditador´ ya que es incongruente
con nuestro ‘estereotipo acerca de cómo debe ser determinada especie de individuos´ (1995: 13). Esta estigmatización
del otro hace que dejemos de verlo como una persona total, anula los restantes atributos que pueda poseer, pasando esa
característica desacreditadora a constituirse en la identidad completa de esa persona” (Nobile, 2006: 7).
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La discriminación refiere a una lógica elusiva, dirigida a esquivar o saltarse las propias insuficiencias para denostar a
los otros, adhiriendo a tipos sociales construidos culturalmente, a los que se les adscriben como naturales ciertos rasgos
socialmente negativizados y justificando diversos tipos de violencias sobre aquellos que los poseen (Di Leo y Tapia, 2013).