21.
El acompañamiento de procesos
educativos en línea
Mario Méndez*
Artículo
* Licenciado en teología
Resumen
En estas páginas, el autor describe el
rol de la persona tutora en los procesos
de educación en línea, poniendo el
acento en su función de mediadora
de relaciones. Sugiere que educar,
tanto si se trata de educación en línea
como de educación presencial,
implica generar ayudas para que los
participantes en el hecho educativo
sean constructores de significados.
Palabras clave: educación en línea,
acompañamiento
Abstract
In these pages, the author describes
the role of the tutor in the online
educational processes, stressing its
function of relation mediator. It suggests
that educating, either in face-to-face
context or in an online education,
implies to generate helps so that the
participants in the educational fact
can create meanings.
Keywords: on-line education,
accompaniment
"…iba siempre adelante, adelante por no conocer
el sendero, siempre adelante, seguido más bien
por los que iban de regreso, adelante, tanteando
el camino, dejándose seguir para que lo guiaran".
Fernando Contreras
1. Para profundizar el tema de la educación a distancia, especialmente desde la perspectiva pedagógica, podemos
consultar a Gutiérrez Perez, Francisco y Prieto Castillo, Daniel. La mediación Pedagógica: apuntes para una educación
a distancia alternativa. Buenos Aires: Ed. Ciccus, 1999; Fainholc, Beatriz. La interactividad en la educación a distancia.
Buenos Aires: Paidós, 1999, especialmente p. 31-42.
22.
Introducción
El breve texto de la novela Los Peor
(Contreras, 1995) que encabeza estas
páginas es una magnífica descripción
del rol de toda persona que anima
procesos educativos. En la escena de
donde está tomado el texto, Jerónimo
Peor camina en compañía de
Polifemo -un niño con cuya educación
se ha comprometido- y de los amigos
que éste ha encontrado en sus salidas
a la ciudad. La relación educativa
entre estos personajes se construye en
el camino. De la misma manera, la
educación es un caminar en el que
la persona educadora no conoce del
todo el sendero. En su caminar
también ella es capaz de sorprenderse,
de dudar, rectificar. Por eso va
adelante, tanteando, dejándose seguir
para que le guíen, y seguida por
quienes ya van de regreso, es decir,
por personas que tienen ya unas
experiencias y unos saberes que son
parte del caminar y que dan sentido
y significado a ese caminar.
En estas páginas queremos desarrollar
una reflexión orientada a buscar -
tanteando- mejores formas de
garantizar que la educación en línea
sea realmente educación, es decir,
que sea un camino de construcción
de significados y un caminar que se
realiza en compañía. Se trata de una
búsqueda necesaria, sobre todo en
tiempos en los que se multiplican las
ofertas de educación superior no
presencial, y en circunstancias en que
muchas de las reflexiones privilegian
los aspectos tecnológicos de la
educación virtual, descuidando la
mediación pedagógica.
El contexto en el que se desarrolla
actualmente la educación en línea
está marcado también por el "ajuste"
generalizado de la educación a los
dinamismos económicos y,
particularmente, a las exigencias del
mercado global. Ese ajuste se traduce,
por ejemplo, en el uso frecuente de
categorías como "capital intelectual",
"capital humano", "inversión en
educación", "educación para la
competitividad", "eficacia, eficiencia
y efectividad", "calidad y excelencia",
"rentabilidad de la educación",
"sociedad del conocimiento",
"sociedad de la información", etc.,
categorías todas insuficientes para
describir las posibilidades del hecho
educativo, incluidas ahí las
posibilidades de revertir los
reduccionismos que ponen a la
educación al servicio de los intereses
económicos de las grandes empresas.
Educación a distancia: una
forma alternativa de presencia
La educación en línea o educación
virtual es una modalidad de la
denominada educación a distancia.
Gracias al desarrollo de las tecnologías
de la información y la comunicación,
es también la modalidad de
educación a distancia que
experimenta mayor expansión
1
.
La educación "a distancia" debe ser
El
acompañamiento
de procesos
educativos en
línea
2. Bainholc, Beatriz. op. cit, p. 30.
23.
ante todo educación: es decir,
camino por "hacer juntos" y proceso
de construcción de significados.
Como toda concreción del hecho
educativo, la modalidad a distancia
implica la creación de las condiciones
para que todos sus actores
contribuyan -interactuando- al
desarrollo de sus potencialidades,
mediados por el contexto. "A distancia"
es uno de los elementos que marcan
el contexto.
Queremos insistir en el hecho de que
"a distancia" es una categoría que
requiere ser entendida
adecuadamente, si no queremos
correr el riesgo de que contradiga el
significado mismo de la educación.
La educación a distancia se refiere a
un conjunto de estrategias e
intervenciones con las que se activan
y acompañan procesos educativos
en los que la interrelación "física" (cara
a cara) es limitada o sustituida por
otras formas de interrelación
educativa. Esta interrelación ha sido
descrita frecuentemente con las
categorías interdependencia, poder
y soporte o ayuda: "La
interdependencia es entendida como
autonomía: libertad para elegir qué,
cuándo, cómo y dónde aprender. El
poder es la capacidad de tomar
parte y asumir la responsabilidad en
el proceso de aprendizaje… El soporte
(o ayuda) es el recurso al que los
estudiantes acceden para llevar a
cabo el proceso de aprendizaje"
2
.
Esas categorías muestran que la
interrelación necesaria para el
aprendizaje es aquélla que incluye y
propicia la autonomía, la que
"empodera" y responsabiliza, a la vez
que ofrece soportes y ayudas. O
mejor: es aquélla que ofrece un tipo
de soporte que posibilita la autonomía
y el empoderamiento. Quedan aquí
excluidos los soportes paternalistas,
asistencialistas, "indispensables e
insustituibles" u orientados al control y
la vigilancia.
"A distancia" podemos siempre
transmitir, enviar, trasladar, informar,
instruir… Desde la distancia podemos
asimilar, integrar, recibir, ser instruidos…
pero no siempre educarnos. También
en la educación llamada "presencial"
podemos trasmitir, trasladar, asimilar,
integrar, informar, recibir, instruir… pero
no siempre educarnos. Lo realmente
decisivo -en cualquier modalidad de
la educación- es el tipo de
interrelación que podemos establecer
y promover entre los actores del hecho
educativo.
En realidad, lo que se suele llamar
educación a distancia debiera ser
"educación con formas alternativas
de interrelación", o educación con
formas alternativas de estar "ahí". Es
lo que solemos expresar cuando
decimos, por ejemplo: entrar al aula
virtual, entrar a la sala de chat, estar
en el ambiente virtual, estar
"conectados"…
"A distancia", entonces, no es sinónimo
24.
de ausencia. Cuando no es posible la
presencia física y sincrónica, ideamos
otras formas de presencia,
generalmente no sincrónicas, y con
otros códigos y herramientas… Eso es
lo que sucede en la llamada
"educación a distancia".
Por otro lado, en la educación
"tradicional" ha habido siempre
elementos que no requieren presencia
física en el ambiente escolar: los
hemos llamado "tareas", "trabajos ex
-aula", "trabajos de campo",
"investigaciones". Pero esas actividades
exigen una presencialidad y una
relacionalidad que sirven de referencia,
de soporte (ayuda) y que constituye
parte del motor afectivo del
aprendizaje. Eso mismo sucede en la
educación a distancia.
La educación en línea: diversos
paradigmas
El uso de las computadoras para fines
educativos ha variado en la medida
en que se incorporan nuevas
herramientas y, sobre todo, en la
medida en que cambia el enfoque
pedagógico en que se fundamentan
las propuestas educativas.
Timothy Koschmann (1996) distingue
cuatro cambios en la forma en que
la informática ha incidido en la
educación. El primero ocurre en los
años 1960, cuando se empleó la
etiqueta de "Instrucción Asistida por
Ordenador" (IAO), o Computer Assisted
Instruction (CAI). La filosofía de
aprendizaje implícita en este
paradigma era altamente conductista.
El trabajo era predominantemente
individual: la computadora presentaba
una serie de ejercicios prácticos que
la persona aprendiz contestaba,
teniendo la posibilidad de verificar si
su respuesta era correcta o no.
Bajo una fuerte influencia de la
investigación en Inteligencia Artificial
(IA), en los años 70 surgió el "Sistemas
de Tutoría Inteligente" (STI) o Intelligent
Tutoring Systems (ITS). Debido a los
avances en el campo de la
inteligencia artificial, se creyó que si
ésta podía ser utilizada para construir
sistemas que pudieran mostrar
comportamientos altamente
inteligentes, también podrían utilizarse
en la educación. En la ITS, la
interacción computadora-persona
usuaria era más compleja, pero la
computadora seguía teniendo el
papel de la persona tutora que
proporcionaba respuestas a preguntas
predeterminadas.
El siguiente paradigma (denominado
"Logo como latín") tuvo su base
epistemológica en los aportes de Jean
Piaget. Según este enfoque, los
avances en el conocimiento debían
basarse en el conocimiento anterior,
el cual era utilizado mediante
mecanismos de asimilación y
adaptación. En Logo como Latín (Logo-
as-Latin) se suponía que el aprendiz
era capaz de realizar transferencias a
otros dominios del conocimiento con
la ayuda de la computadora.
Finalmente, nos encontramos ahora
frente a un paradigma según el cual
El
acompañamiento
de procesos
educativos en
línea
25.
el aprendizaje en colaboración es
considerado como un mejor medio
para un aprendizaje significativo. En
el marco de este paradigma, el
aprendizaje es considerado como
una actividad social en la cual
adquieren importancia el lenguaje y
la cultura.
La interacción asegura el aprendizaje.
Este paradigma se centra en la
comunicación humana y en la
comunicación mediatizada a través
de la computadora, la cual ahora se
transforma en un instrumento de
construcción del conocimiento en
lugar de ser un sustituto de algunas
de las funciones de la persona
educadora.
Aunque este último paradigma nos
parece más adecuado, con
frecuencia la educación en línea se
sigue aferrando a esquemas
orientados a la transmisión y
asimilación de conocimiento. Por eso,
ante la creciente demanda y oferta
de educación a través de entornos
virtuales, es necesario advertir sobre
al menos dos peligros: el primero es
el de creer que la utilización de las
TIC resuelve de por sí los problemas
vinculados con la calidad de la
educación; el segundo es el de poner
el acento de la reflexión en los
aspectos tecnológicos, descuidando
los pedagógicos (Ornubia, 2005). Ni
los entornos virtuales, ni los "entornos"
presenciales garantizan, por sí mismos,
la "educabilidad". La computadora,
así como la pizarra, si no son bien
utilizadas, pueden ser
contraproducentes: todo depende
de lo que se quiera hacer con ellas y
de cómo se haga.
Si confiamos la calidad de la
educación a las TIC y si el acento se
pone en lo tecnológico, correremos
el peligro de hacer, con herramientas
nuevas, lo que hemos hecho durante
siglos: transmitir contenidos. Para evitar
ese reduccionismo, debemos
también cuidar la relación educativa
y, especialmente, el papel de la
persona tutora como promotora de
relaciones.
El rol de la persona docente
Lo más evidente en la educación
virtual es que ella implica un cambio
en el rol de la persona docente,
concebida ahora sobre todo como
mediadora importante que ayuda a
crear las condiciones para que
acontezca el aprendizaje. Para lograr
eso se comunica, promueve la
comunicación entre las personas
alumnas; explora los saberes previos
de sus estudiantes y aprende de esos
saberes (como dejándose seguir para
que le guíen) buscando que se
conviertan en plataforma para nuevos
aprendizajes; ofrece criterios para la
selección, sistematización y aplicación
de la información; para la selección,
sistematización y aplicación de la
información; favorece la discusión y
el disenso; invita a fundamentar, a
analizar críticamente, a valorar, a
26.
comprometerse. La persona
educadora es protagonista de una
forma alternativa de presencia y de
cercanía. Sabe que lo que realmente
ayuda a crear las condiciones para
aprender (lo que realmente educa) es
la interrelación creada en un caminar
compartido.
Mediante su intervención-ayuda, los
tutores y tutoras deben crear las
condiciones para una adecuada
interacción entre las personas alumnas
y los contenidos, de tal manera que
esa interacción posibilite la
construcción de significados. Los
tutores y las tutoras saben que los
alumnos y alumnas "no quieren
navegar en un océano de información
que los desborda y abruma. Reclaman
quizá, mayor autonomía y flexibilidad
en sus procesos de aprendizaje, pero
también reclaman una acción tutorial,
una propuesta coherente de objetivos,
una selección de contenidos, un
seguimiento detallado de sus procesos
de aprendizaje y un asesor
especializado y capaz. Es decir,
cuando se conectan a Internet para
formarse reclaman un profesor al otro
lado de la línea” (García, 2007).
No hay educación sin comunicación.
Por eso, repensar la acción educativa
implica reforzar la comunicación en
términos de reciprocidad, diálogo,
intercambio de roles
3
, etc. La
educación en línea exige activar y
mantener dinamismos comunicativos.
Y aquí los dos verbos son importantes:
activar y mantener. Los tutores y tutoras
de cursos en línea saben que es más
fácil activar que mantener una
comunicación auténtica,
especialmente cuando se trata de
utilizar herramientas de comunicación
y códigos comunicativos entre
personas que poseen diversos grados
de destreza y motivación para utilizarlos
y entre personas que actúan desde
diversos contextos culturales.
Precisamente la realidad multicultural
del grupo de alumnos y alumnas se
convierte en posibilidad para una
comunicación y una educación
interculturales
4
.
Por otro lado, la educación en línea,
desde un enfoque constructivista,
implica entender el aprendizaje como
un proceso de (re)construcción
personal de los contenidos que se
realiza en función y a partir de un
amplio conjunto de elementos que
conforman la estructura cognitiva de
la persona aprendiz: capacidades
cognitivas básicas, conocimiento
específico de dominio
5
, estrategias
propias de aprendizaje, capacidades
metacognitivas y de autorregulación,
factores afectivos, motivaciones y
metas, expectativas, etc. Es desde
esa gama de situaciones que las
personas dan significatividad a los
contenidos: ni el significado ni el sentido
que la persona alumna construye están
El
acompañamiento
de procesos
educativos en
línea
3. La idea de comunicación como intercambio de roles, desarrollada por Lyotard, puede ayudarnos a comprender
la dinámica comunicativa que podríamos generar desde un ambiente virtual de aprendizaje. Cfr. Lyotard, Jean
Francois, ¿Por qué filosofar? Barcelona: Ed. Paidós, 1996, p. 128-129.
4. Para profundizar sobre el tema de la educación desde una perspectiva intercultural, ver Méndez, Mario. Hacia
una propuesta de educación alternativa desde el paradigma de la interculturalidad, Revista Teoría y Praxis, Nº 11,
2007, p. 64-78.
5. Entendemos aquí por dominio a un conjunto de representaciones que sostiene un área específica de conocimiento.
27.
incluidas en el material que es objeto
de aprendizaje, ni su construcción
queda asegurada por el diseño de
dicho material.
La "ayuda" de la persona tutora en el
aprendizaje virtual no consiste, por
tanto, simplemente en presentar
información o en plantear tareas a
realizar por parte de las alumnas y
alumnos: consiste, más bien, en seguir
de manera continuada el proceso de
aprendizaje y en ofrecer a los alumnos
y alumnas los apoyos y soportes que
se requieran en el momento oportuno.
Así entendida, "la enseñanza en
entornos virtuales tiene un
componente necesario de realización
conjunta de tareas entre profesor y
alumno: sólo a partir de esa realización
conjunta se podrá realizar una
intervención sensible y contingente
que facilite realmente al alumno el ir
más allá de lo que su interacción
solitaria con el contenido le permitiría
hacer".
Que la ayuda sea sensible y
contingente, nos recuerda la imagen
del "andamio", que, en su
contingencia, es importante para la
construcción. El andamio no es la
construcción, pero sí la posibilita. Se
trata de un andamio que se "ajusta"
y cuyo ajuste incluye soportes diversos
que estimulan, que retan, que
provocan y que promueven la
capacidad de los alumnos y alumnas
para utilizar creativamente los
conocimientos que construyen y para
seguir aprendiendo de forma
autónoma.
La educación en línea, entonces,
debe asegurar la interactividad entre
la persona tutora, la persona alumna,
y los contenidos. Lo que garantiza el
aprendizaje es esa interacción: tutores,
tutoras, alumnos y alumnas pueden
realizar conjuntamente unas
actividades para interactuar con los
contenidos, aunque las realicen
remotamente y en tiempos diversos.
Y esa interacción está condicionada
-aunque sólo en parte- por las
potencialidades y limitaciones del tipo
de herramientas que ofrezca el
entorno virtual de aprendizaje
seleccionado y por las opciones
pedagógicas que concientemente
se asuman. Tal "determinación" es
parcial, porque alumnos, alumnas y
tutoras y tutores pueden terminar
realizando actividades no previstas ni
mediadas por las herramientas de la
plataforma, y no por eso menos
significativas desde el punto de vista
del aprendizaje.
La calidad de los entornos
virtuales
A este punto es importante recordar
que el uso de las TIC y los recursos
tecnológicos en educación no tienen
como finalidad reducir o eliminar el
papel del educador o educadora
(que "va adelante", es "seguido" y se
"deja seguir"), sino más bien
amplificarla.
Por eso es importante que -como se
ha afirmado ya antes- el diseño de
entornos virtuales no se centre
únicamente en la provisión y
distribución de contenidos ni en la
organización de actividades de
28.
aprendizaje. Por el contrario, debe
prestar particular atención a la
creación de contextos que faciliten y
promuevan las condiciones para que
el tutor o tutora pueda ofrecer una
ayuda ajustada, dinámica, sensible y
contingente a los alumnos y alumnas
en su proceso de aprendizaje.
La calidad de un entorno virtual no
está tanto en las herramientas de que
dispone, ni en los materiales (texto,
hipertexto) que incluye, ni en las
actividades de aprendizaje que se
plantean a los alumnos y alumnas
considerados en sí mismos, sino en la
manera en que esas herramientas,
esos materiales y esas actividades se
combinan y se utilizan para lograr que
alumnos, alumnas, profesores y
profesoras se impliquen en diversas
actividades conjuntas; la calidad está
igualmente, en la manera en que esas
actividades se organizan, combinan,
secuencian y evolucionan a lo largo
del proceso de enseñanza-
aprendizaje, ofreciendo a los tutores y
tutoras la posibilidad de ajustar su
ayuda (andamio).
La calidad de los entornos virtuales, en
síntesis, está en la versatilidad que
tienen sus herramientas para ser
"utilizadas", moldeadas,
"reconfiguradas" de acuerdo a las
necesidades de las personas que
aprenden, de tal manera que la
persona tutora pueda ser mediadora
de interrelaciones.
Conclusión
Jerónimo Peor iba "adelante, por no
conocer el sendero". No conocer el
sendero no es un obstáculo para
educar. Por el contrario, es una
condición. Quien tiene la certeza de
conocer el sendero, lo impone; y la
educación no se construye sobre la
imposición.
Porque no conoce el sendero, la
persona educadora está forzada a
escuchar: tiene preguntas, dudas,
temores, sabe decir que no sabe. No
es esa, sin embargo, la representación
más difundida de los educadores y
educadoras: una caricaturización de
su rol tradicional incluiría grandes bocas
y pequeños oídos. Tampoco en la
educación en línea conocemos el
sendero. Lo estamos haciendo
"tanteando", dejándonos seguir para
que nos guíen, es decir, interactuando,
en un camino que sólo podemos
recorrer de manera conjunta, y en el
que los compañeros y compañeras
de camino saben tanto, que sólo
desde una lógica de cooperación y
solidaridad en el aprendizaje podremos
avanzar.
"Tantear" es una magnifica forma de
aprender. Es muy frecuente que,
cuando estamos frente a una
computadora, hacemos clic en Atrás
para volver a intentar con otra tecla o
con otro icono de la interfaz. Es lo que
hacemos también cuando buscamos
algo cuya ubicación desconocemos.
Sin embargo, perdemos nuestra
capacidad de tantear cuando
pretendemos tener conceptos "claros
y distintos", objetividad y "adecuatio"
El
acompañamiento
de procesos
educativos en
línea
29.
de nuestras ideas a la "realidad",
cuando creemos tener agarrada la
verdad por el cuello, y no nos queda
más remedio que transmitirla.
Hoy los educadores debemos
recuperar la capacidad de tantear,
si es que la hemos perdido, y
debemos reforzarla, si es que la
conservamos. Estas páginas han sido
un tanteo más, y como tal, sólo un
pretexto para el diálogo, es decir para
el encuentro con otros tanteos.
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