Aprender otro idioma... ¿Para qué?
- ¿Cómo se llama una persona que habla tres idiomas? - Trilingüe.
- ¿Cómo se llama una persona que habla dos idiomas? - Bilingüe.
- ¿Cómo se llama una persona que habla un sólo idioma? - Americano.
Esta conversación, que en realidad es un chiste en inglés, ilustra hasta cierto
punto una característica del estadounidense promedio, el de ser monolingüe.
Pero esa característica también es atribuible al salvadoreño común, que habla
solo español… y no más. Pero no sería el caso de un europeo promedio que
habla dos o más lenguas.
Cuando una persona aprende otra lengua, aprende algo más que el código
lingüístico que le permite intercambiar información y conocimientos con los otros
hablantes de esa lengua. Se apropia de "otra visión" del mundo y de la realidad
que es representada a través de esa lengua. Adopta otra cultura en sus múltiples
manifestaciones como el arte, costumbres, vestido, platillos culinarios, folclor,
valores, etc. Adquiere una serie de patrones conductuales que son inherentes al
grupo o comunidad de hablantes de esa lengua. Aprecia y entiende mejor otras
sociedades, pueblos y personas. Todo eso sin que signifique perder, disminuir,
sustituir ni alienar los valores intrínsecos a su cultura y lengua materna. Por tanto,
tener dominio de otra lengua significa enriquecer, agregar valor extra al ser
humano. Ese valor agregado lo explicita la sabiduría popular en el dicho que
expresa que una persona que domina dos lenguas vale por dos.
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Pero más allá de beneficios intangibles o de autorrealización, dominar otro u otros
idiomas, tiene propósitos más pragmáticos. Por ejemplo, ¿cómo le ayuda el inglés
a resolver necesidades inmediatas y futuras a las personas? A un estudiante
universitario le ayuda a estudiar, aprender y coronar una carrera, dado que la
mayor cantidad de información y conocimiento se encuentra en inglés, ya sea
en versiones impresas o electrónicas. Le da oportunidades de acceder a estudiar
en universidades extranjeras en cualquier país, no sólo en las de habla inglesa. El
hecho es que para estudiar en una universidad extranjera o postularse para una
beca de estudios, los centros educativos y universidades le exigirán que hable
inglés. A un profesional, o trabajador, le da una mejor oportunidad de conseguir
un empleo, un puesto más elevado o un mejor salario. De hecho, las oportunidades
de empleo en los anuncios clasificados requieren, además de la especialidad
profesional, el dominio de dicho idioma como requisito de contratación. A un
investigador o académico, le da la oportunidad de acceder a fuentes científicas
y tecnológicas, publicar en formato escrito o en conferencias, y otras ventajas que
de lo contrario se verían drásticamente disminuidas y lo marginarían. Es más,
muchos profesionales y trabajadores han hecho carrera y se ganan la vida usando
el segundo idioma como herramienta principal de trabajo.
Tan importante resulta hoy en día dominar otro idioma o idiomas, especialmente
inglés, que se considera una de las competencias imprescindibles de cualquier
persona para hacerse de mejores oportunidades de desarrollo personal y profesional
en el nuevo escenario global.
Pero no todos perciben estos beneficios y ventajas. Algunos gobiernos, instituciones
educativas y personas, en una visión reducida de sus propias posibilidades y
oportunidades, no alcanzan a ver un entorno profesional, académico, laboral o
familiar donde requieran hablar otro idioma. Ven el aprendizaje de otro idioma
como un gasto de dinero, tiempo y esfuerzo, más que como una inversión que
reporta beneficios. Algunos ven otro idioma como una amenaza al idioma y
cultura propios que acecha para robarse la identidad nacional. Otros, en una
visión sesgada, se niegan la oportunidad de aprender otro idioma porque lo
consideran una manera de ceder a nuevas formas de colonialismo e imperialismo,
o porque ven en la globalización algo perverso.
En muchos países es normal que la mayoría de su gente pueda hablar hasta tres
idiomas. Ese es el caso de la Unión Europea, donde las personas están preparadas
para aprovechar todas las ventajas de la ciudadanía europea y el mercado único.
Están más capacitadas para desplazarse de un país a otro por razones educativas,
profesionales o de otro tipo. Sus competencias lingüísticas resultan atractivas a los
empresarios y empleadores. La UE aspira y toma acciones para que todos los
ciudadanos de la Unión compartan esas ventajas. En su Libro Blanco de 1995
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"Enseñar y aprender: hacia la sociedad cognitiva", estableció el objetivo de que
todos los ciudadanos de la UE sean competentes en tres lenguas europeas: su
lengua materna y otras dos.
¿Y El Salvador? El Salvador es básicamente un país monolingüe. En la historia
lejana y reciente se las arregló para, no solo por el desuso social de la lengua,
sino por inercia y represión política, eliminar del mapa lingüístico otras lenguas
como el lenca y el cacaopera en oriente y el náhuat en el centro-occidente del
país. Actualmente hay muchos centros de enseñanza de idiomas y muchos
centros educativos bilingües, pero la población que domina dos o más idiomas
es bastante reducida. Para el 2007, la fuerza laboral de hablantes de inglés-
español reclutada por los call centers, que escasamente era de 2,000 personas,
estaba completamente agotada.
Si bien es cierto que el idioma inglés ha formado parte del currículo nacional por
más de cuarenta años, también es cierto que ningún estudiante se ha convertido
en hablante bilingüe en ese contexto educativo. De hecho algunas personas
aún cuestionan que se enseñe inglés en las escuelas y usan el argumento, inválido
por cierto, que los estudiantes deben "perfeccionar" el español primero antes de
intentar aprender otro idioma. Si la enseñanza del inglés fuera asumida con
seriedad, su inclusión en el currículo escolar sentaría unas bases sólidas de
desarrollo del capital humano en un contexto mundial que se antoja altamente
competitivo. Sin embargo, en las actuales condiciones, que inglés sea parte del
currículo y que se enseñe en las escuelas públicas no garantiza que se aprenda
ni para propósitos prácticos ni para enriquecimiento intelectual.
La enseñanza del idioma inglés ha recibido impulso en las políticas educativas
de los últimos gobiernos y el mejor ejemplo lo constituye el programa "Compite"
dentro del Plan 2021. La idea y el propósito del plan es bueno, pero la estrategia
parece no impactar en la medida esperada en tanto que éste se focaliza
demasiado y ha dejado las aulas de las escuelas públicas intactas.
Se ha insistido antes y se insiste ahora en que la mayor riqueza de El Salvador es
su gente… y la mayor riqueza de la gente es su educación. Precisamente por
eso es fácil concluir que el dominio de uno o más idiomas contribuye grandemente
a enriquecer a la gente…y a sentar bases de desarrollo humano y económico
de El Salvador.
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