
Evaluación de los
aprendizajes en la
educación virtual:
más allá de la
certeza objetiva
humanas a menudo incluyen la medición y cuantificación de opiniones,
creencias, actitudes, valores, hábitos, comportamientos y otros que encuentran
cierta dificultad de ser abordados por medios cuantitativos, por lo que necesitan
ser aproximados por un enfoque alterno (Rueda, 1999). Ese enfoque alterno se
llama evaluación cualitativa.
La evaluación cualitativa es la que juzga o valora más la calidad tanto del
proceso como del nivel de aprovechamiento alcanzado de los alumnos que
resulta de la dinámica del proceso de enseñanza aprendizaje. La misma procura
lograr una descripción holística, esto es, que intenta analizar exhaustivamente,
con sumo detalle, tanto la actividad como los medios y el aprovechamiento
alcanzado por los alumnos en el salón de clase.
A diferencia de la evaluación tradicional donde abundan los exámenes, pruebas
y otros instrumentos basados en la cuantificación, la evaluación cualitativa
se interesa más por saber cómo se desarrolla la dinámica del proceso de
aprendizaje. Los métodos cualitativos buscan la comprensión más que la
predicción o lo que es lo mismo, pretenden dar cuenta de la realidad social,
de comprender su naturaleza, más que explicarla. Entre esos métodos, técnicas
e instrumentos de evaluación se encuentran el registro anecdótico, record
acumulativo, diarios, composiciones, lista de cotejo, observación etnográfica,
observación participante, entrevistas, técnicas grupales (lluvia de ideas, juego
de roles, mesa redonda, simposio, panel, phillips 66, grupos de discusión) así
como métodos de expresión e interacción participativa como el sociodrama y
el sociograma. Los métodos y técnicas usados en este enfoque, que carecen
de análisis estadístico, son con frecuencia objeto de interpretaciones.
Acento y finalidad en las dimensiones interactiva, histórica, emocional e
interpretativa de la experiencia humana
Precisamente por su naturaleza interpretativa de la realidad, la evaluación es
subjetiva. Dicho en otra forma, la evaluación se da en función del sujeto (de
evaluación) más que del objeto. Esta condición subjetiva de la evaluación
de los aprendizajes se construye a partir de la premisa que hay un interés
por comprender la conducta humana desde (1) el marco de referencia del
evaluador, (2) un contexto educativo y evaluativo naturalista y sin control, del
cual el evaluador y el evaluando son partes interactuantes, y (3) del sujeto que
aprende, situado social e históricamente y participante activo del proceso de
evaluación.
Desde la perspectiva interpretativa, el carácter subjetivo de evaluación
se justifica en tanto que el evaluador, como el estudiante, están incluidos
conjuntamente en la realidad que estudian, por lo que únicamente desde
“dentro, metiéndose en la piel de quienes viven la situación pueden captarse
los significados que estructuran la realidad analizada o intervenida” (Ibáñez, T.
y Iñiguez, L. en Rueda, 1998). Por tanto, el evaluador no puede verse como
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