
La pedagogía
de los abrazos
para abordar
las violencias
intersubjetivas
en el contexto
latinoamericano
Cómo se construye la personalidad en nuestros territorios
Los pobladores o nacionales de los países de la América hispánica, con contadas
excepciones, recibieron el influjo cultural de los primeros españoles, entre otras, del
pillaje, la trampa, el robo, la imposición, el insulto, el sometimiento, el engaño, la
doble moral, el machismo atávico y el menosprecio. Estas expresiones violentas
se instalaron en la mentalidad de los nuevos pobladores y han prevalecido hasta
el presente. Hubo poca influencia de la modernidad
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. Por eso en estos países de
lo que más se habla es de la democracia, la libertad y de la justicia, ya que es
con lo que menos se cuenta.
Por eso esta herencia cultural hispánica se expresa en la cultura de las relaciones
intersubjetivas de nuestros pobladores. Para el caso de los colombianos, sin
desconocer sus valores, parece ser que se han construido no con los otros, sino
contra los otros. Por eso la identidad no se construye sobre la autoconciencia,
la autovaloración y la tan mentada autonomía, sino sobre el comparocionismo,
la competencia y la ventaja hacía los demás sin importar el medio que se
pueda utilizar
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. La autoestima se ha construida en referencia a los demás, en
cómo superarlos, en cómo ganarles, en cómo trampearles. Por eso debería
hablarse de exoestima, más que autoestima. Para Ospina (2009), esta realidad
del colombiano está relacionada con el hecho que en Colombia no se dio
la modernidad y consecuentemente las reformas liberales, sino que han
prevalecido las costumbres y las prácticas medievales.
Dice que Colombia tiene como uno de sus problemas mayores la falta
de convivencia, porque sus pobladores no se reconocen por lo que son, se
desprecian y se envidian entre sí. En ese sentido, entonces la violencia tiene que
ver con la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace, con la retórica del
colombiano. Desde el Estado y las instituciones se pone mucho obstáculo a las
personas para realizar sus aspiraciones, los procedimientos no son explícitos, por
eso se acude a las vías no legales para ascender socialmente y para conseguir
dinero.
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Por eso la violencia en el país termina siendo “rentable”, es decir, para
conseguir las cosas o ascender socia o políticamente se acude a las armas.
En ese sentido, parodiando a Morín (1992), este ha sido el caldo de cultivo en
que se han criado los colombianos y demás pobladores de nuestros países.
Desde la más temprana edad los individuos reciben el imprinting respectivo para
articularse a la cultura que los ha caracterizado desde la misma configuración
de los países. Esta cultura termina siendo percibida por los individuos como
2. El escritor William Ospina en sus novelas y escritos diversos ha puesto de relieve como las tropas españolas que
llegaron a estos territorios se encargaron de borrar por las armas todo vestigio de la modernidad e imponer su
cultura medieval, acompañada del avasallamiento y el robo. Sus últimas tres novelas están dedicadas a explorar
esta realidad, a propósito del Bicentenario, ellas son: “Ursúa”, “El País de la Canela” y, “En busca de Bolívar”,
editadas por la editorial Norma.
3. Desde años atrás hemos venido reflexionando sobre las características violentas de los colombianos, sobre
su carácter confrontacional. Ver: Rojas T., Guillermo. Proyecto de vida del Colombiano. Bases y elementos
psicopolíticos para su construcción. Bogotá: Autorrealización, 1994.
4. Ospina, William. ¿Porqué los colombianos somos así? Programa el Radar, Agosto 03 de 2009. http://www.
caracoltv.com/elradar?menú=videos.
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