
Editorial
6.
humano –“el desarrollo de las potencialidades y del talento del ser humano”–,
su función primordial es transformar la sociedad a mejores niveles –contribuir
al desarrollo de los pueblos– y su trabajo principal es plantear soluciones a las
diversas problemáticas surgidas de la sociedad misma.
Dentro de las funciones intrínsecas del ser universidad destaca su dimensión
intelectual. La universidad busca formar hombres y mujeres intelectuales,
pensantes y críticos. Como lo expresa Xubiri, a la universidad se llega a hacer
vida intelectual no a recibir y recitar lecciones. La universidad como centro
de formación intelectual, está constituida igualmente por intelectuales, por
académicos, por tanques de pensamiento que buscan interpretar y entender la
realidad, que critican y también proponen soluciones a los distintos problemas.
Dentro de la dinámica académica-intelectual se desarrollan congresos,
simposios, conferencias, conversatorios, lecciones magistrales, intercambios con
otras universidades. Igualmente se publican libros, revistas y pronunciamientos
que dan constancia de su quehacer intelectual y académico. La universidad
es el espacio de la sociedad para el desarrollo y el debate intelectual y
académico.
La sensibilidad social y su carácter humanizante es otra función inherente al
ser universidad. La universidad también busca formar hombres y mujeres
sensibles; ciudadanos críticos, éticos, con valores humanos que precisamente
contribuyan a la conformación de una sociedad más humana, justa, inclusiva
y solidaria. La universidad no puede ser sorda, ciega o muda ante la variedad
y complejidad de los fenómenos sociales, económicos y políticos ni a los
diferentes retos, problemas y abusos que día a día se presentan en la sociedad.
Sus acercamientos hacia la sociedad están marcados por el pronunciamiento,
la crítica, la denuncia, la propuesta o alternativa de solución y no por fines
propagandísticos y promocionales. La universidad autista o indiferente no existe.
La universidad neutral tampoco ayuda. Por su naturaleza, la universidad es una
institución socialmente comprometida.
Otra función de la universidad es la de generar, preservar y difundir la cultura. La
universidad busca además formar al hombre culto así como promover todas las
manifestaciones artísticas, proteger y enriquecer el patrimonio cultural nacional
y universal. La universidad es un verdadero centro cultural y por eso en ella hay
bibliotecas, hemerotecas, videotecas, museos, exposiciones, festivales, recitales,
conciertos, teatro, cine y un sinfín de eventos que promueven y dan cuenta del
quehacer cultural a la sociedad.
Pero además, una función sustancial del ser y quehacer de la universidad la
constituye su capacidad para generar y difundir el conocimiento. La universidad
es un verdadero centro de investigación científica, del desarrollo de las ciencias,
de la generación de conocimiento y su puesta al servicio de la comunidad
científica y académica, de la empresa y de la sociedad en general. De hecho,