
El diálogo “inter-
pedagógico” como
estrategia para
la transformación
de las prácticas
educativas
10.
Introducción
Este trabajo
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tiene como punto de partida una triple convicción: la primera es
que el contexto en que vivimos es multicultural, es decir, está matizado por el
encuentro y la convivencia de personas y comunidades con diversos referentes
culturales; la segunda es que tal contexto exige un diálogo intercultural
tendiente a superar las relaciones de dominación existentes; la última, es que la
educación puede –desde muy variadas mediaciones– acoger y dar respuesta
a las exigencias del diálogo de las culturas.
Una educación que se hace cargo de tales exigencias, abre posibilidades
reales de rescatar las diversas formas de pensar y de construir conocimientos
propias de la multiplicidad de comunidades humanas que viven y conviven en
un contexto concreto.
La perspectiva intercultural, desde la que aquí se propone repensar las prácticas
educativas, considera inaceptable la violencia epistemológica que supone
la imposición del saber llamado “científico” y la deslegitimación de saberes
diferentes y de maneras distintas de aproximarse a la realidad y de construir
conocimiento. El encuentro de las culturas en todos los ambientes educativos
–incluidos los entornos virtuales de aprendizaje– exige aprender a valorar como
legítima la diversidad posible de caminos para la construcción de saberes.
Se trata, en el fondo, de reconocer y valorar las múltiples pedagogías
–invisibilizadas por la pedagogía dominante– que están inscritas en diversidad
de discursos (escritos y no escritos, verbales y no verbales, explícitos e implícitos)
y de prácticas culturales que conviven en un territorio: las pedagogías
narrativas que tienen como estrategias de aprendizaje la oralidad, las historias,
la memoria de las personas adultas mayores (Rojas, 2009); las pedagogías
musicales, que recurren al canto, al ritmo, a la danza, a la gestualidad y los
movimientos corporales como estrategias para la convivencia, el aprendizaje
y la construcción de identidades
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; las pedagogías experienciales, que
estimulan el aprendizaje a partir del contacto directo con la naturaleza, con
la tierra, con los animales, con los cultivos; las pedagogías del carnaval, del
encuentro festivo, de la efemérides, tan presentes, por ejemplo, en la vida de
las comunidades afrocentroamericanas; las pedagogías de la protesta, de las
resistencias, de las reivindicaciones sociales, de las luchas emancipadoras y de
los procesos revolucionarios, tan presentes, por ejemplo, en la historia reciente de
Centroamérica
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; las pedagogías sociales, que procuran el aprendizaje desde el
1. Esta es una versión reescrita en forma de artículo de la ponencia para el II Foro de Académicos Innovadores de
la UNA, realizado en Octubre de 2011.
2. Rojas hace alusión a la “chichada” como espacio de las comunidades Bribrí en el que se conversa, se baila,
se canta, se come, se establece una interrelación intensa y amena. Es un espacio simbólico motivado por la
realización de una tarea que beneficia a toda la comunidad. Es toda una pedagogía musical, lo cual no debe
confundirse con una didáctica de la música. Ver también, Maria Elizabeth Lucas y Marilia Stein (coordinadoras).
Yvý Poty, Yva’á. Flores e frutos da terra. Cantos e danças tradicionais Mbyá-Guarani. Porto Alegre: Iphan/grupo de
Estudos Musicais/ PPGMUS/UFRGS, 2009.
3. Se puede hacer una lectura pedagógica de obras centroamericanas que nacen en el contexto de las luchas
revolucionarias de finales del siglo XX. Por ejemplo, de autores como Roque Dalton, Ernesto Cardenal, José Ignacio
López Vigil.