55.
21. Conferencia dictada en el marco del Tercer Taller Nacional denominado La Universidad del Siglo XXI,
desarrollado por la Red Académica GUCAL XXI, capitulo El Salvador, celebrado el 9 de diciembre de 2011 en la
Universidad Don Bosco, EL Salvador. Este es el texto de la conferencia el cual fue transcrito por Nelson Rubén
Martínez Reyes y editado por el conferencista.
* Profesor del Doctorado en Educación de la Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: ralfaro2002@ice.
co.cr
Muchas veces podría uno pensar la prospectiva en términos casi esotéricos:
decir qué es lo que vamos a adivinar del futuro. Pero en realidad, la prospectiva
es todo pensamiento científico que trata de aprovechar los saberes de donde
es construida la práctica y cuál es la base que tenemos para poder anticipar
el trabajo que nos proponemos realizar. Es una manera en la que siempre
deberíamos anticiparnos a lo que puede suceder con lo que tenemos que
hacer. No podemos estar reaccionando a lo que está pasando. Cuando
reaccionamos a lo que está pasando quiere decir que ya llegamos tarde. La
universidad tiene suficiente capacidad de trabajo científico para poder pensar
por anticipando lo que le corresponderá hacer y las consecuencias de lo que
hará. ¿Cuáles serán las nuevas demandas de desarrollo?, o ¿qué se hará en
términos de desarrollo, del pensamiento y de la economía de la sociedad? En
ese sentido se está utilizado el término prospectiva, o sea cómo es que nosotros
miramos al frente y anticipamos para generar en la sociedad las nuevas
formas de trabajo. Debería ser la universidad la que marcara esa pauta y no
la universidad esperar a que nos digan que hay que hacer para que nosotros
se lo hagamos. Porque cuando se nos dice que hay que hacer para que se lo
hagamos, ya llegamos tarde. Alguien ya inventó lo que nosotros debimos haber
visto con tiempo.
Ponencia
21
Gilberto Alfaro-Varela*
Prospectiva del desarrollo universitario
en el siglo XXI
Prospective of the university development in the XXI century
ISSN 1996-1642, Editorial Universidad Don Bosco, año 6, No.9, Enero-Mayo de 2012, pp.55-69
Recibido: 9 de diciembre de 2011 Aceptado: 9 de febrero de 2012
Para citar este artículo: Alfaro, Gilberto (2012), Prospectiva del desarrollo universitario en el siglo XXI. Diá-logos 9,
55-69
Prospectiva
del desarrollo
universitario en el
siglo XXI
56.
Vamos a utilizar para referirnos a la prospectiva el manejar un carro como
metáfora. Los que manejamos el carro en realidad lo que hacemos es
prospectiva. Hacemos prospectiva porque, desde el sitio que asumimos en el
carro, estamos siempre mirando al frente, viendo dònde vamos, anticipando
què podríamos encontrar en el camino, sin descuidar lo que traemos o vamos
dejando atrás, para eso tenemos el espejo retrovisor que nos dice qué viene;
pero también tenemos los espejos que nos permiten ver a los lados. Una persona
que está manejando el carro, que no cuida los lados, que no ve atrás y que no
tiene en cuenta hacia dónde va, es una persona que corre graves riesgos. Esta
metáfora de la prospectiva la podemos aplicar para reflexionar acerca de la
función que cada uno de nosotros tiene en la universidad, donde todos somos
conductores de algo. El puesto que tenemos es el carro que nos han dado
para conducir. Todos estamos en la posición de dirigir y por tanto de anticipar,
de cuidar y de avanzar con las acciones que desarrollamos. Por eso podríamos
decir que en nuestro trabajo estamos permanentemente cuidando el frente, los
lados y atrás; pero también sabiendo el punto sobre el cual estamos. Desde ahí
podríamos empezar a pensar en la prospectiva que hacemos y reflexionar en
torno a qué están haciendo las universidades.
Para pensar en qué estamos haciendo, uno podría ubicarse, también
metafóricamente, en la idea de ¿qué hora es en nuestra institución? Si vamos a
viajar en ese carro de la universidad, tenemos que pensar a qué hora estamos
arrancando cuando comenzamos el trabajo. ¿Qué significa la hora a la que
se encuentra la universidad?, también metafóricamente, nos invita a pensar en
diferentes horas. Muchas veces uno se pregunta ¿cuál es la hora más apropiada
para sentirse seguro en la vida universitaria?, ¿cuál será la hora más apropiada
para nuestra universidad?. Uno podría pensar “que bueno que estoy llegando
a las doce” porque quiere decir que estoy bien adelantado. Pero también
podría pensar “qué bueno que ya va a ser la una” o también podría decir
“qué bueno que ya estamos a las seis”. Por ¿dónde debíamos de ir?, cuál sería
metafóricamente la idea de cuál es el punto más adecuado para ese trabajo.
A la hora de pensar en prospectiva, es importante ubicarnos en ese contexto.
Cuando nos pensamos y ubicamos en términos de la estructura universitaria,
uno tendría que decir -¿qué hora es en su estructura organizativa?, ¿en cuál
cuadrante del reloj estamos ubicados?. Cuando pensamos en la estructura y
nos ubicados en el primer cuadrante –entre las doce y las tres–, uno diría que se
trata de un tipo de institución que no necesita una estructura muy sofisticada, es
una organización muy simple, posiblemente apenas empieza y hay mucho que
recorrer. Pero si está entre las tres y las seis, uno podría decir que la organización
cuenta ya con una estructura sólidamente establecida. Ya no es una institución
que apenas está tratando de ver qué hace, sino una institución que tiene ya una
forma claramente definida.
Pero si estamos después de la seis, tendríamos que pensar que la estructura a lo
mejor ya deja de ser óptima. En esta lógica uno podría decir que hay muchas
57.
instituciones, como nuestras universidades, de las que se puede afirmar que
ya les dieron las seis. Metafóricamente uno diría ya le están dando las seis, es
decir, su estructura está empezando a ser tan pesada, tan complicada que
de pronto deja de funcionar y uno tendría que cuestionarse si no será esa una
de las razones por las que resulta difícil de gestionar esa institución, ya que su
estructura organizativa se convirtió en algo difícil de operar. Si en nuestro ejemplo
metafórico estuviéramos después de las nueve, en realidad la estructura podría
ser tan rígida e inflexible que ya no se puede hacer nada. Asì, podríamos
decir entonces que si tomáramos los segmentos del reloj al que nos hemos
referido, como base para pensar acerca de nuestra universidad, cada caso
puede ser diferente, uno esperaría poder decir –ojala no nos den las seis, ojalá
estemos por ahí donde aùn tengamos un margen para poder maniobrar–, esto
es, espacio y formas de operar que permitan la creatividad y la flexibiliad para
llevar a cabo la gestión.
Podríamos pensar también en la situación financiera, problema siempre de
todas las instituciones, porque nunca hay suficiente. Pero, con lo que se tiene
habría que pensar -¿qué es lo mejor que podemos hacer con esos recursos en
este contexto y en este tiempo? A manera de ejemplo y aplicando esta lógica
a experiencias personales alguien podría decir, -no tengo mucho dinero pero
vivo holgadamente. Luego uno dice, –¿cómo hace para vivir holgadamente sin
mucho dinero?. Bueno, es que hay que aprender a vivir con calidad sin tener
que despilfarrar recursos. O sea hay una racionalidad en el uso de los recursos,
para lo cual se requiere de nuevo pensar en la prospectiva: Para dónde vamos,
de dónde venimos, qué elementos paralelos tenemos en la ruta que llevamos.
Si para el caso de lo finaciero estamos en el cuadrante uno, podríamos decir que
estamos en un estado financiero óptimo, que tenemos suficiente, hay recursos
y hay mucho que hacer. Si estamos después de las tres, el dinero pareciera no
ser problema, es posible que estemos ocupados en otras cosas porque no hay
que preocuparse por esos detalles. Pero si estamos entre las seis y las nueve, la
situación se empieza a deteriorar y uno diría –ya en lo financiero nos dieron las
seis en la universidad y empezamos a tener problemas. Hay proyectos que ya no
se pueden hacer, hay cosas que uno empieza ver que resultan problemáticas.
Si llegáramos a pasar las nueve, la situación financiera es grave y se está al
borde de la quiebra. Cuando la universidad ya no tiene recursos, estamos a más
de las nueve con serios problemas y es un sector del reloj la que no quisiéramos
llegar, pero eso lo podemos anticipar si aplicamos principios de prospectiva.
Otro ejemplo, para cerrar el uso de esta metáfora del reloj, que nos puede decir
dónde estamos para ver hacia dónde vamos es en términos de los productos
que generamos al interior de nuestras instituciones universitarias. Cuando la
universidad trabaja y genera productos que son aceptados en el mercado es
cuando es temprano la universidad. Es cuando la gente valora lo que hacemos,
la gente nos reconoce, la gente tiene sentido del valor de lo que generamos y
Prospectiva
del desarrollo
universitario en el
siglo XXI
58.
producimos. Cuando estamos después de las tres es posible que con una mínima
inversión haya un máximo rendimiento. Es cuando hay una alta productividad
dentro de la universidad, hay carreras que se generan, hay investigaciones que
se desarrollan y los resultados pareciera ser que son de interés para los usuarios
de esos saberes. Si estamos en el cuadrante tres estarìamos a punto de cumplir
un ciclo y la producción es lenta y se empieza a deteriorar y es cuando decimos
–antes que buenos que éramos y ahora que será lo que nos está pasando. Es
como que los productos han perdido vigencia. Es como que la universidad
empieza a sentirse pesada en términos de su capacidad para responder a las
demandas de la sociedad y ya sus aportes no están llegando a donde tienen
que llegar. Si estamos después de las nueve el producto deja de ser aceptado.
Entonces uno se pregunta qué será lo que pasa, antes nuestros graduados eran
reconocidos, las investigaciones que hacíamos eran reconocidas por muchas
gentes y ahora resulta que ya no es así. Entonces empezamos tarde a pensar
de manera diferente en los productos, y nos percatamos que nunca tuvimos un
pensamiento prospectivo para analizar nuestro quehacer.
Por último, para cerrar esta parte de la presentación, apliquemos este modelo
para reflexionar en torno a la organización. Una organización universitaria que
anda temprano tiene una organización insipiente, apenas se está construyendo,
entonces lo que tiene que hacer es seguir en esa línea, creando una cultura
organizacional propia que le de identidad. Si se encuentra en cuadrante dos, es
posible que ya requiera ajustes de tipo general, pero hay tiempo para hacerlos.
Es cuando uno dice –Qué maravilla, estamos con muchas cosas que hacer y
todavía tenemos posibilidad de seguir avanzando. Si estamos en el cuadrante
tres, se requiere de una reorganización general y el tiempo apremia. Es cuando
uno dice –Ya no podemos seguir en esta forma en la que venimos operando
porque ya empieza el tiempo a jugar en nuestra contra y hay que apurar el
paso. Cuando estamos en el cuadrante cuatro, la organización necesita de una
reestructuración y racionalización con rapidez. Es cuando uno dice –hasta aquí,
o cambiamos o ya llegaremos demasiado tarde.
Me parece que la metáfora de pensarnos en el marco de un reloj, ese
controlador incansable del tiempo, nos ayuda a reflexionar acerca de nuestras
instituciones y cada uno de nosotros tendría que ver qué hora es para diferentes
componentes de su propia institución. No sé cuál sería la hora crítica para cada
uno de ustedes, pero cuando uno estaba joven tenía lìmites de tiempo para
regresar a casa, la hora crítica podía ser cuando le decían –que no den las diez,
con lo cual le querían decir que para esa hora ya debería estar en la casa. Para
otros, a lo mejor las diez era el tiempo de iniciar el regreso, eso posiblemente
depende de la edad y de la cultura en que a cada uno le corresponde crecer.
Pero sí creo que es importante pensar en nosotros y en cada una de nuestras
organizaciones para tener idea de, por qué hora andamos en cada una de
nuestras actividades, por qué hora andamos en la organización, en los recursos,
en la planificación y poder definir cuáles con límites aceptables para seguir
59.
funcionando con sentido. De pronto empezamos a sentir que la institución se
nos vuelve pesada, ya no producimos lo que nosotros queríamos y desde esa
perspectiva se requiere cuestionar a la institución y a nosotros mismos como sus
constructores.
Esto me lleva a plantear que como universitarios no podemos dejar de pensar
en la esencia de la universidad, ¿para qué es la universidad?. Muchas veces
se podría pensar en la universidad como una fuente de trabajo, ¡qué bueno
que hay universidades porque muchos tenemos trabajo!, pero la universidad no
es una fuente de trabajo. Si la universidad se convierte solamente en un lugar
de trabajo, ha perdido la esencia de su ser, pues esa no es su función en la
sociedad. Desde su inicio, la universidad se propone la búsqueda de la “verdad
y la formación integral de personas a través de la ciencia para que sirvan a la
sociedad; búsqueda de la verdad, no como última cosa que pueda hacer,
sino como una explicación razonable y razonada de lo que está pasando en
el mundo que le corresponde vivir, de cualquier cosa que pueda pasar, de los
problemas prácticos y de los problemas científicos, esa parece ser la función que
tiene la universidad. La universidad es el espacio abierto y libre donde se puede
discutir esa “verdad” como explicación más cercana a lo que está pasando.
No podemos perder esa esencia del ser universitario, aunque tengamos mucho
trabajo, aunque tengamos mucho que hacer, no logro que lo que yo estoy
haciendo contribuya a una mejor comprensión de lo que está pasando en el
entorno, en realidad estoy haciendo un trabajo pero no estoy contribuyendo a
hacer mejor universidad. Creo que ese sentido tenemos que valorarlo y tenerlo
presente para poder dirigir nuestras acciones. Si no lo hacemos, tenemos la
tendencia a ser productivos como lo sería una fábrica, si producimos más,
tenemos más, pero cualquiera podría hacer eso, no se necesita ser universitario.
En una ocasión cuando evaluaba proyectos universitarios pregunté –,¿hay
alguien que haga lo que usted hace, mejor y más barato? Un profesor, no
se por equivocación, me dijo: –sí, esto que yo hago aquí en la universidad,
puede hacerse mejor y más barato en un lugar fuera de la instituciòn. Yo le dije
–entonces eso no es para la universidad, si eso se puede hacer en otro lado,
mejor y más barato que lo hagan allá. Lo que no se puede hacer en otro lado,
lo que sólo se puede hacer en la universidad, lo hacemos nosotros, lo hacemos
aquí con la calidad que corresponde. En este sentido tenemos que ser rigurosos,
tener claridad de qué es lo que le compete a la institución universitaria como
actividad única. Es productora de conocimientos, es buscadora de mejores
explicaciones cada día. Es constructora de mejores formas de relacionarse en
el entorno en el cual estamos. Lo otro se puede hacer en otros lugares.
Tenemos que ponernos críticos con nosotros mismos cuando queremos hacer
prospectiva. No podemos sentarnos y decir ¡qué cómodo que esta mi carro!,
¡qué claro que esta el parabrisas! y de aquí en adelante adónde me voy a ir.
Tenemos que dudar del carro en el cual estamos; tenemos que sentarnos en el
Prospectiva
del desarrollo
universitario en el
siglo XXI
60.
carro, abrir la puerta, volvernos a bajar y asegurarnos de que todo està bien, que
sus neumáticos están bien, que sus puertas están bien cerradas y cada cosa del
carro está bien. No podemos confiarnos y decir –este carro es último modelo no
hay problemas, bueno pero si ayer se paró en algún lado, se pinchó una llanta,
va a tener problemas. Mejor dudemos del carro.
Mario Bunge, en algún momento llamó la atención sobre las universidades, y
decía entre otras cosas que:
1. hay un gran riesgo en las universidades por la escasa productividad
de conocimiento nuevo. Cuando traigo a colación esta referencia
a la poca productividad es para que pensemos en universidades en
términos genéricos, no necesariamente la mía, aunque tengo que dudar
también de mi universidad. Ojalá al final de cada año cada persona
que es parte de la institución pudiera hacer un recuento en el que logre
registrar qué fue lo nuevo que hizo en la universidad ese año. Podemos
haber hecho muchas cosas, pero si eso que hicimos ya la sabíamos el
año anterior, uno tendría que dudar de si aportamos algo nuevo a la
institución y a la sociedad. Ese curso que dimos, ¿qué elementos nuevos
aportó para que los estudiantes lograran aprender lo que los anteriores
no pudieron porque ese conocimiento no existía?. Tenemos nosotros
que dudar de si lo estamos logrando, hacer el recuento que nos indique,
aunque sea en una mínima parte que desarrollamos una metodología
diferente, construimos unos instrumentos diferentes, abordamos teorías
diferentes, cuestionamos lo que hacemos desde una perspectiva
teórica alternativa y eso nos llevará a evidenciar que hicimos algo nuevo
en la universidad.
2. Otro problema es que hay ausencia de dedicación exclusiva al
pensamiento universitario. Todos estamos haciendo muchas cosas, y
hay poca gente pensando constantemente en eso que a la universidad
le corresponde pensar. Eso nos genera a veces problemas en la vida
universitaria, porque podemos andar hoy aquí, mañana allá y uno
dice –en dónde estoy aportando más, o a quién estoy aportando más.
Uno podría estar en diferentes lugares pero siempre pensando como
universitario. Que no se nos quite lo universitario dondequiera que
estemos. A veces uno podría decir, –soy profesor universitario y además
tengo un negocio, pero que el negocio sea de tal calidad porque lo
hago bajo los principios con que me rijo como profesor universitario.
Qué nada me impida hacerlo con ese nivel.
3. Por otra parte se podría afirmar que en la cultura universitaria existe
feudalismo en las cátedras. Una de las cosas que más nos afecta en la
vida universitaria son los feudos en las cátedras, eso nos limita. Cuando
soy dueño de un feudo, genero problemas para que otros no sean
61.
parte feudo porque yo soy el único que puede opinar sobre esto. Nos
encontramos con feudalismos en todos los aspectos. Esos feudalismos
en realidad nos generan demasiados problemas para la producción
de nuevos conocimientos. Si mi área de formación es la educación
química y pienso que de educación química sólo yo puedo hablar y no
lo puedo relacionar con un sociólogo por ejemplo, porque el sociólogo
no tiene nada que ver con mi visión acerca de la educación química,
el que se limita en primer lugar soy yo, y luego le impido al sociólogo
trascender su disciplina. Lo que tenemos que pensar es que educadores
químicos y sociólogos deberíamos estar atendiendo problemas no sólo
de la educación química y la sociología, sino problemas integrales de la
sociedad. ¿Qué podemos hacer, un educador químico y un sociólogo
para entender un problema de la sociedad? Ahí romperíamos los feudos
de la educación química y la sociología y nos centraríamos en atender
el problema de la sociedad que juntos podríamos resolver. Pero muchas
veces decimos, –Yo voy metafóricamente en el carro de la prospectiva
a resolver hoy el problema de la educación química, y mañana que
venga el sociólogo pero no en el mismo carro. Eso nos genera problemas
para la construcción de una visión de universidad que se renueva y que
construye nuevas formas de generación de conocimiento.
4. Por otro lado, tenemos xenofobias académicas. Dice Mario Bunge
que la xenofobia académica es un serio problema. Pensemos en la
xenofobia como ese problema que lo vemos a nivel social, pero que
cuando lo llevamos a los términos académicos nos dice qué tipo de
discriminaciones hacemos y que ethos generamos entre especialistas
de diferentes área, por ejemplo químicos y sociólogos, químicos y
matemáticos, químicos e historiadores porque consideramos que no
tenemos nada que ver el uno con el otro. En estos casos no faltará
quien diga –Si usted viene y se sienta en la mesa en que estoy, yo me
levanto y me voy porque no tenemos nada que ver uno con el otro. Esto
pareciera ser demasiado fuerte, pero creo que muchas veces ocurre,
si no es que para excluir cambiamos de conversación para que no
sepan de lo que hablamos. Ese comportamiento es propio de prácticas
culturales permeadas por sentimientos xenófobos.
5. La atomización de unidades independientes como mecanismo
de organización institucional. Algunas universidades hoy día han ido
reduciendo e integrando unidades, pero a costas de mucho sacrificio
y sufrimiento de aquellos que creen perder sus espacios personales de
poder. Pensar en químicos y biólogos trabajando por separado cuando
es evidente que la bioquímica tiene mucho más que aportar que la
química o la biología solas, nos lleva a pensar en la necesidad de
replantearnos la organización de nuestras unidades académicas en
las universidades. La físicoquímica tiene mucho más que aportar, las
Prospectiva
del desarrollo
universitario en el
siglo XXI
62.
ciencias sociales integradas tienen muchas o mejores oportunidades que
sociólogos y antropólogos trabajando por separado. La atomización no
nos beneficia, más bien reduce el potencial de desarrollo institucional.
6. El elitismo es otro factor que requiere ser pensado por su influencia en
la construcción de prácticas académicas que limitan el desarrollo de
las universidades y de la sociedad. Cuando la universidad se ve como
un espacio que es para unos cuantos, quienes participan en ella se
piensan siempre como los elegidos y tienden a discriminar a los demás.
Estas instituciones siempre tendrán que ser para unos cuantos, porque la
universidad no tiene cabida formal para tanta gente, pero es tarea de
la universidad promover prácticas académicas de enriquecimiento a
la sociedad para identificar y desarrollar el talento humano, no importa
de donde vengan ni el nivel educativo que tengan. Si el talento está,
la universidad debería favorecer su desarrollo al máximo. Tendríamos
que buscarlo en cualquier parte, no porque es el hijo de . . ., sino
porque es el ciudadano de . . .,y todo ciudadano tiene derecho a una
educación de la mejor calidad. Ahí veríamos a la universidad jugando
el rol transformador en la sociedad: cuando el talento se desarrolla con
mirada universitaria.
7. Otro aspecto que señala es la indiferencia estudiantil hacia los valores
académicos. Los estudiantes se supone que vienen a la universidad
porque les interesan los altos valores académicos pero muchas vienen
a la universidad porque no hay otra cosa más que hacer, o porque es
como lo elegante haber ido a la universidad; pero no a ocuparse de
la gestión ni de la calidad académica que es lo que la universidad
espera. Muchas veces tenemos estudiantes en la universidad a quienes
no les hemos enseñado a ser estudiantes universitarios. Ser estudiante
universitario es ser un pensador con los pensadores universitarios, no un
recibidor de clases, un recibidor de cursos, una persona que se sienta
a que le dicten un curso. Es una persona que viene a trabajar en un
curso, a producir conocimiento con los profesores que tiene y eso se
aprende.Siempre recuerdo casos de estudiantes que decían –en mi
familia nunca nadie fue a la universidad. Entonces cómo podría saber
lo que es ser un estudiante universitario si en su familia nunca nadie fue a
la escuela y él es el primero que viene a la universidad. La universidad le
tiene que enseñar cómo tiene que ser estudiante universitario. Por eso los
programas de vida estudiantil no deben centrarse solamente en atender
a estudiantes que tienen problemas económicos, sino que deben
ocuparse de atender a todos los estudiantes para ver cómo aprenden
a ser estudiantes universitarios de calidad, para eso hay que aprender y
no se aprende de un día para otro, hay que aprender progresivamente
conforme se va viviendo ese proceso.
63.
8. Otro problema puntual es la poca investigación aplicada que se
realiza en los contextos universitarios. Hablamos de universidad como
centro de producción de conocimientos, pero uno encuentra poca
investigación aplicada a cosas concretas en las que uno diga –aquí la
universidad contribuyó a resolver esto. Tendríamos nosotros que replatear
muchas ideas en torno al trabajo que nos corresponde hacer en este
tipo de intituciones.
9. Desvinculación de los programas con el mercado de trabajo, no
para pensar que reaccionamos al mercado de trabajo, sino que le
generamos pensamiento al mercado de trabajo. ¿Qué podríamos estar
haciendo? En una conferencia en Panamá, un profesor decía, –por
qué mis estudiantes no se piensan nunca generando la nueva empresa
que hay que construir en este país, sino se piensan en la empresa que
vendrá para yo ir a trabajar a ese lugar. No nos ponemos a pensar en
qué haría este país si tuviera capacidad para trabajar con los recursos
que tiene, de qué manera se podría convertir en la mejor empresa del
mundo. Generalmente pensamos –viene la empresa tal y preparamos
a la gente para que hagan eso, pero eso es un pensamiento que
generamos nosotros en la universidad no es casual.
10. Pocos proyectos se vinculan con la empresa o el Estado. Muchas
veces la confrontación universidad-Estado ha estado presente y creo
que la universidad y el Estado deben trabajar juntos, porque en esta
confrontación ambos han sido grandes perdedores. Es la universidad
la que debería estar marcando pauta de pensamiento de cómo
se desarrollan los países. La universidad está ahí para hacer eso. Las
universidades estatales y privadas tienen oportunidades de contribuir al
desarrollo del Estado en términos de la calidad de su gestión. El caso
de la universidad de Harvard que, siendo una universidad privada, es
una de las universidades que más fondos recibe del Estado para hacer
investigación porque hace las mejores propuestas al Estado de cómo
debería hacer las cosas. El Estado lo que anda buscando es quien les
hace eso. Yo recuerdo de Costa Rica en una ocasión, la universidad
ofreciéndole al Estado hacer muchísimas de las cosas que el Estado
contrataba, incluso a nivel internacional, para poder desarrollar.
Recuerdo también decir –por qué no lo hacemos nosotros, y al Estado
decir –es porque no confiamos. Las propuestas eran mucho mejores que
las propuestas que venían de afuera porque conocíamos el contexto.
Pero la gente tiene prejuicios de que a lo mejor la universidad no lo
puede hacer. Pero no nos hemos animado tampoco a hacer la mejor
propuesta al Estado para decir aquí está.
11. Las tesis poco abordan los problemas relevantes de la sociedad.
Esa es una crítica que se hace generalmente a las universidades. Los
Prospectiva
del desarrollo
universitario en el
siglo XXI
64.
estudiantes tienen que hacer una tesis sobre qué, ahí que vean ellos
sobre qué, pero que hagan la tesis. Lo que hay que preguntarse es ¿qué
relevancia tiene?
En síntesis, somos los universitarios los que tenemos que estar evaluando
permanentemente para poder darnos cuenta si estamos atendiendo los
problemas sociales relevantes en el momento en que nos encontramos y más
si nos anticipamos a los problemas que se pudieran presentar a futuro de seguir
con las prácticas de vida que llevamos.
12. Estos elementos planteados nos llevan a pensar en las debilidades en
las que se tiende a caer. cada vez que buscamos modelos salvadores.
Es una tendencia decir: no nos funciona esto pues busquemos otro,
busquemos otro, y en cada período de rectoría buscando un nuevo
modelo. No hay una trayectoria para decir miremos atrás, a ver qué
se ha hecho, qué existe, qué tenemos, qué cultura organizacional
tenemos para reconocer que esta universidad tiene un rumbo, esta
universidad tiene una experiencia, esta universidad tiene un capital
cultural acumulado a lo largo de años que tenemos que potenciar. En
ese sentido tenemos que tratar de superar esa búsqueda de modelos
salvadores cada vez que aparece una persona nueva. Ahora apareció
una persona, ahora vamos a ver si esa persona nos da el modelo a
seguir. Realmente esta persona tiene que venir a contribuir a lo que es
un proyecto de la institución en la cual nosotros tenemos mucho que
dar.
13. La excesiva planificación y la poca inversión en los recursos para la
ejecución es uno de los grandes problemas que tiene la universidad.
A veces caemos en una planificación de la planificación de la
planificación y cuando uno va a ver dónde están los recursos para
ejecutar, los recursos nunca están, nunca se pensó que había que
tenerlos. A veces es preferible planificar moderadamente y tener los
recursos y lo que planificamos lo hacemos. Una de las experiencias que
tuvimos en los proyectos de UNICAMBIO, cuando revisábamos a nivel
latinoamericano ¿cuál es el gran problema? Usted va a una universidad
y pregunta cuántos planes tiene y tiene infinidad de planes, pero usted
pregunta cuántos se han ejecutado y dicen muy pocos. ¿Por qué se
ejecutan pocos? Porque los recursos no estaban. Así que hay que
pensar en qué planificamos y si tenemos el recurso para desarrollarlo.
Sería preferible entonces pensar què es lo que podemos hacer bien
con el recurso que tenemos y no planificar con lo que no tenemos.
Planifiquemos con eso que tenemos y luego progresivamente vamos
incorporando más proyectos.
65.
14. La tendencia a renovar planes curriculares, fortalecer la investigación
y tener bibliotecas actualizadas. Otro gravísimo problema que
enfrentamos es la tendencia a decir que el plan está desactualizado
y necesitamos un plan nuevo. ¿Qué hay que hacer para tener un plan
nuevo? Hágase un estudio del mercado, hágase esto, hágase lo otro.
Pero pasan dos años en el estudio de mercado luego un año más, son
tres, haciendo el plan y luego lo ponemos en práctica. Luego cuando
el estudiante se gradúa han pasado diez años, y el estudio de mercado
se hizo para este año. O sea un estudiante que llega a graduarse lo
hace con una carrera que tiene diez años de desfase, ¿Por qué? Porque
de pronto estamos en esa tendencia a cambiar lo que nosotros ya
sabíamos que se podía hacer de otra manera más simple pero que lo
hicimos más complicado. Es esa tendencia a renovar planes curriculares
y no hemos formado mejor a los profesores. Los profesores vienen igual
a dar el mismo curso que daban siempre, lo único que cambió fue el
lugar en el plan curricular. Porque el profesor dice –ese era mi curso y
ese curso yo lo sigo dando con la misma bibliografía que tenia y con
la misma visión que tenía. Eso en realidad no contribuye mayor cosa.
Tendríamos que pensar qué es lo que nosotros podemos contribuir con
lo que tenemos para hacerlo de la mejor manera en el tiempo que se
requiere.
15. Se habla de investigación pero poco se hace investigación.
Decimos que la universidad es universidad porque hace investigación.
Hay universidades que podrían ser llamadas “colegios técnicos grandes”
porque hacen mucho trabajo, pero ¿la investigación de soporte dónde
está? Nosotros tenemos que fortalecer la investigación con mejor
fundamentación teórica de lo que hacemos para poder llegar a
donde hay que llegar. Pero lo tenemos que hacer nosotros porque si
no lo hacemos nosotros hay gente que lo va a hacer en otro lado y la
investigación se hace en otro lado y no en la universidad.
16. Hay un exceso de reglamentos por cumplir y hay poca productividad.
Si ustedes se ponen a ver el tiempo que invierten en asegurarse que el
reglamento se cumpla, se da uno cuenta que ese tiempo hubiera sido
mejor utilizado si se pusiera a trabajar en otra cosa y no a verificar el
cumplimiento del reglamento.
¿Cuáles son los cuestionamientos a la pertinencia de la universidad? Hay
incapacidad de responder a la globalización de la economía, a la sociedad
del conocimiento, en lo productivo, comercial y educativo. Es como que de
pronto decimos pesa mucho la universidad para poder atender a esto. Y no
tenemos que ser reactivos ante eso, tenemos que ser proactivos y decir --esta
es la universidad y esta es la propuesta innovadora, pues la universidad tiene
capacidad por su conocimiento de la realidad para anticipar lo que podría
pasar.
Prospectiva
del desarrollo
universitario en el
siglo XXI
66.
Hay poca capacidad de contribuir al desarrollo sostenible y reducción de la
pobreza. No sé si ustedes han tenido la oportunidad de ver el último Informe del
Estado de la Región, se ha presentado en toda la región en diferentes lugares.
Cuando vemos el estado de la región uno dice –¿cómo es que estamos en
esta situación?, ¿dónde está reflejado el aporte de las universidades? Pareciera
ser que es tan poco el aporte que la región entera está en una crisis terrible. Ya
no deberíamos estar pensando nosotros en esa capacidad para el desarrollo
sostenible. Qué es lo que tenemos que hacer, cómo podemos las universidades
anticiparnos y contribuir. Esa tarea es nuestra y tenemos que verla allá lejos para
decir allí tenemos que ir nosotros.
El exceso de creencia en el mito de la perfecta racionalidad. Todo en la
universidad tiene que ser perfecto racionalmente y perdemos de vista la parte
que no se puede controlar, la parte que debemos dejar al margen, decir aquí no
se puede prever todo. Hay que actuar en los momentos según las circunstancias
en las que estemos, pero hay que actuar. El problema es que si no estaba
planificado a la perfección no se puede hacer, sí no estaba en el plan no se
puede y si no estaba escrito no se puede. En realidad hay muchas cosas que
van a surgir que nosotros tenemos que tener la flexibilidad suficiente para poder
operar en ese mundo de la universidad, que es un espacio de pensamiento
y el pensamiento no tiene fronteras ni tiene barreras. En el momento que le
ponemos barreras lo limitamos y dejamos de crear espacios para eso.
¿Cuáles son las expectativas vigentes sobre la vida universitaria? Primero es que
la expectativa debe contribuir a la formación integral de buenos profesionales,
no solamente de profesionales, sino de buenos profesionales. Es decir, que
la gente sienta que no sólo se es un profesional, sino que se diga yo soy un
graduado de la Universidad de El Salvador, soy graduado de la Universidad Don
Bosco, soy graduado de cualquiera de las instituciones nuestras que digan en
ese campo nosotros somos buenos o excelentes profesionales. Buen profesional
no significa que se limita a la carrera en la cual se formó, y digo limita para decir
que es tan amplio que uno podría decir que es eso. Es que tiene la sensibilidad
suficiente como ciudadano para asumir la responsabilidad que le compete ante
las situaciones de la vida, sabe de eso pero sabe con compromiso, sabe con
responsabilidad, tiene los principios éticos propios de un profesional universitario
y no de un mercader del conocimiento. Un profesional se precia de la ética con
la que maneja su saber.
Tiene que anticipar las demandas de la sociedad más que formar valores per
se. Cuando se dice esta carrera pretende atender la demanda de hoy día,
yo digo ya mañana cuando se gradúe, este estudiante estará desactualizado.
Tenemos que anticiparnos y decir –en esta línea, las tendencias de desarrollo
ahora son estas, ya a diez años plazo a quince años plazo, lo que va a estar
ocurriendo es esto y nuestros estudiantes estarán preparados. El gran problema
que tenemos cuando uno dice en la educación hay tantos docentes dando
67.
clases para el siglo pasado que uno se asusta. Hay tantos médicos operando en
el siglo pasado que uno se asusta. Hay tantos ingenieros construyendo carreteras
del siglo pasado, de ancho y de grueso y de todo lo que tengan que ponerle
a la carretera que eran para el siglo pasado. La cantidad de carros que van a
estar en este lugar funcionando en el año dos mil veinticinco, en el año dos mil
cincuenta son muchos más que esos y la carretera se hace para el año dos mil
quince.
Desarrollar un pensamiento, la actitud, los valores, los métodos propios de la
disciplina. Un estudiante que se gradúa en nuestras carreras, no solamente sabe
del contenido, sabe de los métodos propios de la disciplina con la flexibilidad
para ser capaz de transformarlos según las circunstancias en las que está. Pero
requiere la actitud apropiada para poderse enfrentar a la diversidad en la cual
le tocarà trabajar en el futuro. Además tiene los valores y la ética propia de su
disciplina.
¿Qué tiene la universidad entonces? en esta visión prospectiva la universidad
tiene que buscar un horizonte de largo alcance. No verse en el día a día, no
pensarse que trabajamos para mañana. No pensarse que hago trabajo para
la gestión en la cual estoy. Cuando pensamos que hago el trabajo para la
gestión en la cual estoy, reducimos el potencial que tiene la universidad para
verse a cincuenta años plazo diciendo que buena fue la gestión del año dos
mil diez, del año dos mil quince porque marcó pauta para que la universidad se
desarrollara. Esa es la visión que deberíamos estar pensando.
Tiene que haber una articulación interdisciplinaria de todo su quehacer. La
xenofobia debe desaparecer de la universidad y deberíamos estar articulando y
fluyendo de una cátedra a otra para decir cuál es el aporte que estamos dando,
cómo es que estamos contribuyendo a la formación integral del estudiante, que
diga tan importante es un historiador como un sociólogo, químico o matemático.
Son tan importantes todos para poder atender las problemáticas de la sociedad.
Pero no pensar lo que normalmente uno encuentra en las universidades que
dicen es que la carrera más importante que tenemos en la universidad son
las ingenierías y después de las ingenierías tenemos esto y por último tenemos
esto. ¿Qué sentido tiene eso? O somos universitarios todos o no estamos en una
universidad, sino estamos en un lugar que lo que hace es clasificar según otros
intereses. Esa articulación interdisciplinaria es una tarea que nosotros tenemos
que asumir, visualizar y potenciar en el ámbito en el cual estamos trabajando.
Otro elemento es la valoración integral de la cultura para hacer vida intensamente.
Las universidades son centros de construcción de cultura. Si no son centros de
construcción de cultura, son institutos de entrenamiento profesional. Cuando
una universidad se convierte en un instituto de entrenamiento profesional, deja
de lado su naturaleza, su esencia de vida universitaria, que es la construcción
y la transformación de la cultura de los pueblos. Esa es la responsabilidad que
Prospectiva
del desarrollo
universitario en el
siglo XXI
68.
nosotros tenemos. Es ahí hacia donde tenemos que estar apuntando nuestra
mirada.
Entonces para cerrar podemos señalar algunos elementos esenciales de
desarrollo prospectivo.
1. El vínculo ciencia y sector productivo es la universidad la que mejor
lo puede hacer.
2. Las nuevas generaciones que requieren capacidad para poder dar
cuenta de esa relación ciencia-producción es en la universidad donde
lo pueden aprender.
3. No podemos esperar a que cuando los estudiantes se gradúen vayan
a ver para que sirve, la universidad tiene que ser el espacio donde el
estudiante está formándose con esa visión. Y con esa visión ética de la
ciencia, con esa responsabilidad del científico que piensa en la sociedad,
no del científico que piensa en la gotita que echa al tubo de ensayo
para ver si cambia de color. Eso lo puede hacer cualquiera. Estamos
interesados en formar al científico que piensa en la responsabilidad
ética que tiene a la hora de desempeñarse en la sociedad.
4. La flexibilidad curricular. Me parece que es un ámbito en el cual
hemos de trabajar con muchísimo vigor. La flexibilidad curricular implica
poder ser coparticipe del valor que tienen las demás disciplinas que
debería estar presente en nuestros campus. Jamás puede uno pensar
que una carrera universitaria puede ser suficiente para saber todo lo que
se tiene que saber, pero si suficiente para poder interactuar y compartir
con gentes de diferentes áreas de las que uno dice que importante
que es lo que los demás hacen; porque no hay nada peor que un
profesional universitario arrogante que diga lo que yo sé es lo único que
vale, porque se pierde la esencia del ser universitario.
5. Las alianzas con la empresa, con los Estados y con otras organizaciones.
No podemos pensar la universidad aislada; la universidad tiene que
verse en el futuro construyéndose con otros. Es con otros y en otros con
quienes, mirando al lado, mirando atrás y al frente podemos de manera
prospectiva trabajar de forma colaborativa.
Como conclusión, creo que en este sentido tenemos que pensar de frente el
futuro tan alto y tan lejano como podamos. Hay que ver adelante. No solamente
adelante en plano, sino también adelante en alto, tenemos que ponernos metas
más altas que sólo aquellas del período de tiempo que estamos trabajando,
en el curso que estoy dando. Este curso que estoy dando, es la base para
que cinco años después cuando un estudiante esté en una maestría, en un
69.
doctorado, tenga las bases para poder desempeñarse adecuadamente, la
formación profesional que está en ejercicio tenga la base para seguir adelante.
De lado, los ojos tan diversos como podamos para interactuar. Al lado de
nosotros tenemos universidades, instituciones, sociedad, que tenemos que
ir monitoreando para ir viendo qué es lo que están demandando y que
posibilidades tenemos de ubicarnos con ellos.
Detrás, la experiencia diversa que tiene la universidad. Tenemos que recuperar
las experiencias que tenemos. Es muy común perder la experiencia, subvalorar
la experiencia, pensar que ya eso pasó. Nada de lo que pasó, pasó en vano,
pasó porque alguien creyó que eso valía la pena en ese momento. Tenemos
que ver cuáles eran las circunstancias y cómo lo podemos aprovechar.
El piso en el que estamos. Qué es lo que hacemos hoy día que ya lo podemos
empezar a transformar, y para eso no hay que pedirle permiso ni al director, ni al
vicerrector ni al rector. Qué tanto nosotros como profesores universitarios, como
funcionarios universitarios tenemos capacidad para transformar como actores
sociales, como actores académicos de la institución para lo cual no se necesita
pedir permiso. Simplemente es mi responsabilidad profesional la que me dice
–esto no puede seguir siendo igual, la producción de conocimiento que tengo
en mi área ha estado reducida porque yo no he tomado la decisión que a mí
me tocaba tomar y que no se necesita pedir permiso a nadie. La gran riqueza
de los universitarios es que hay tanto que podemos hacer sin pedir permiso que
podríamos pasar creando todos los días y que la gran maravilla es cuando al
final del año tenemos un informe y se dice si todo esto hice, el rector va a decir y
a qué horas le pagamos por eso. Y decir, no, ese era mi trabajo, era ser creativo,
era producir, era ver más allá. Eso es trabajo universitario y eso es tener visión
más lejos que el día de hoy. Esa es tarea fundamental nuestra.
Pensar en prospectiva es pensar en responsabilidad de la universidad. Pensar en
prospectiva es pensar la rigurosidad de nuestro trabajo. Pensar en prospectiva
es darnos cuenta que somos creadores de un mundo mejor, para mejores
sociedades en el mundo, en nuestra región y en nuestra propia institución. Una
institución que se ve a futuro es una institución que se ve fresca, que se ve
creando, que se ve temprano en su reloj. Es una institución que anda en las
horas que tiene que andar.