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instituciones, como nuestras universidades, de las que se puede afirmar que
ya les dieron las seis. Metafóricamente uno diría ya le están dando las seis, es
decir, su estructura está empezando a ser tan pesada, tan complicada que
de pronto deja de funcionar y uno tendría que cuestionarse si no será esa una
de las razones por las que resulta difícil de gestionar esa institución, ya que su
estructura organizativa se convirtió en algo difícil de operar. Si en nuestro ejemplo
metafórico estuviéramos después de las nueve, en realidad la estructura podría
ser tan rígida e inflexible que ya no se puede hacer nada. Asì, podríamos
decir entonces que si tomáramos los segmentos del reloj al que nos hemos
referido, como base para pensar acerca de nuestra universidad, cada caso
puede ser diferente, uno esperaría poder decir –ojala no nos den las seis, ojalá
estemos por ahí donde aùn tengamos un margen para poder maniobrar–, esto
es, espacio y formas de operar que permitan la creatividad y la flexibiliad para
llevar a cabo la gestión.
Podríamos pensar también en la situación financiera, problema siempre de
todas las instituciones, porque nunca hay suficiente. Pero, con lo que se tiene
habría que pensar -¿qué es lo mejor que podemos hacer con esos recursos en
este contexto y en este tiempo? A manera de ejemplo y aplicando esta lógica
a experiencias personales alguien podría decir, -no tengo mucho dinero pero
vivo holgadamente. Luego uno dice, –¿cómo hace para vivir holgadamente sin
mucho dinero?. Bueno, es que hay que aprender a vivir con calidad sin tener
que despilfarrar recursos. O sea hay una racionalidad en el uso de los recursos,
para lo cual se requiere de nuevo pensar en la prospectiva: Para dónde vamos,
de dónde venimos, qué elementos paralelos tenemos en la ruta que llevamos.
Si para el caso de lo finaciero estamos en el cuadrante uno, podríamos decir que
estamos en un estado financiero óptimo, que tenemos suficiente, hay recursos
y hay mucho que hacer. Si estamos después de las tres, el dinero pareciera no
ser problema, es posible que estemos ocupados en otras cosas porque no hay
que preocuparse por esos detalles. Pero si estamos entre las seis y las nueve, la
situación se empieza a deteriorar y uno diría –ya en lo financiero nos dieron las
seis en la universidad y empezamos a tener problemas. Hay proyectos que ya no
se pueden hacer, hay cosas que uno empieza ver que resultan problemáticas.
Si llegáramos a pasar las nueve, la situación financiera es grave y se está al
borde de la quiebra. Cuando la universidad ya no tiene recursos, estamos a más
de las nueve con serios problemas y es un sector del reloj la que no quisiéramos
llegar, pero eso lo podemos anticipar si aplicamos principios de prospectiva.
Otro ejemplo, para cerrar el uso de esta metáfora del reloj, que nos puede decir
dónde estamos para ver hacia dónde vamos es en términos de los productos
que generamos al interior de nuestras instituciones universitarias. Cuando la
universidad trabaja y genera productos que son aceptados en el mercado es
cuando es temprano la universidad. Es cuando la gente valora lo que hacemos,
la gente nos reconoce, la gente tiene sentido del valor de lo que generamos y