78.
Para citar este artículo: Campos, G. M. (2021). La discapacidad en el lenguaje o el lenguaje para la discapacidad.
Diá-logos 23, 78-89.
La discapacidad en el lenguaje o el lenguaje para la
discapacidad
Resumen
Este artículo tiene por objetivo aclarar dudas
sobre los términos adecuados para referirse a
las personas con discapacidad y la manera
correcta de hacer mención a su condición, sin
hacerlo de manera peyorativa y evitar causar
ofensas o malestar, por el desconocimiento
generalizado que existe sobre los vocablos
pertinentes. El método que se siguió para ello
fue realizar un recorrido de las distintas visiones
que se han tenido sobre la discapacidad a
lo largo de la historia y que desembocan en
los modelos o paradigmas que actualmente
describen esa realidad, así como la influencia
que ejercen en el lenguaje que se utiliza.
Además, se presenta una lista de los términos
usados para referirse a la discapacidad, se
analizó cada una de las palabras peyorativas
de uso común para descartar su utilización
y hacer mención del término adecuado
según cada caso. A través de este escrito,
se reflexiona que las palabras van más
allá de una designación, son un reflejo del
pensamiento de una sociedad que vive un
momento histórico específico, y por ello, es
necesario transformar las percepciones sobre
la discapacidad desde el lenguaje hasta el
entorno, así como crear un escenario inclusivo
que no tenga barreras implica ir más allá de
los elementos arquitéctonicos o estructurales.
Esto implica crear un trato humano desde las
palabras y el uso del lenguaje que refleje la
igualdad y la solidaridad con los miembros de
una sociedad.
Palabras claves:
lenguaje; discapacidad; igualdad;
paradigmas; inclusión.
Abstract
This article aims to clear up doubts about
the appropriate terms to refer to people with
disabilities and the correct way to mention
their condition, without doing so in a pejorative
way and avoid causing offenses or discomfort,
due to the general ignorance that exists about
the words relevant. The method that has been
followed for this is to overview the different visions
about disability throughout history and that
lead to the models or paradigms that currently
describe that reality, as well as the influence they
exert on the language that is used. In addition,
a list of the terms used to refer to disability has
been created, each of the pejorative words in
common use is analyzed to discard their use
and to mention the appropriate term according
to each case. Through this writing it is reflected
that words go beyond a designation, they are
a reflection of the thinking of a society that lives
a specific historical moment, and, therefore,
it is necessary to transform perceptions about
disability from language to the environment,
and thus, to create an inclusive setting that
does not have barriers beyond architectural
or structural elements. Thhis implies creating a
humane treatment from words, from the use
of language that reflects equality and solidarity
with the members of a society.
Keywords: language; disability; equality;
paradigms; inclusion.
Artículo
Gorety Margarita Campos*
gorety.campos@udb.edu.sv
Disability of language or the language for disability
Recibido 17 agosto 2021 Aceptado: 7 de octubre de 2021
*Profesora de la Universidad Don Bosco. Doctorante en Ciencias Sociales. ORCID: https://orcid.org/0000-0002-6295-6601
ISSN 1996-1642 Universidad Don Bosco, año 13, N° 23, Julio-diciembre 2021
79.
Introducción
Existe una gran variedad de palabras que se utilizan habitualmente para
hacer referencia a la discapacidad de forma peyorativa, por ejemplo: virolos,
retrasados, lentos, anormales, deficientes, inválidos, minusválidos, disminuidos,
enfermos y otras muchas más. El desconocimiento generalizado que existe en la
sociedad para nombrar a las personas con discapacidad o diversidad funcional
es un factor común que incide en gran parte de la población. Sin embargo,
poco a poco se toma más conciencia de la importancia que tiene referirse de
manera apropiada a esta comunidad, que históricamente se ha visto afectada
por las diversas visiones o paradigmas que se ha tenido sobre ella. En este
artículo se hace una revisión histórica a estos modelos, así como la evolución de
la percepción ante la discapacidad.
Otro factor que incide para referirse erróneamente a la discapacidad es que no
se considera un concepto que evoluciona constantemente, que es estático. Por
el contrario, es dinámico ya que estas han cambiado con cierta regularidad, y
no siempre la sociedad está atenta a estas variaciones; en consecuencia, la
utilización de las palabras adecuadas relacionadas a la discapacidad resulta
confusa.
En el tema de la discapacidad, tenemos constancia de la diversidad de
términos y conceptualizaciones acerca de las personas con discapacidad
o, mejor dicho, acerca de las personas percibidas y consideradas
diferentes por algún motivo, a lo largo de la historia -de la medicina, de
la psicología, la pedagigía, la sociología, el trabajo social, la política, las
artes, la economía…. (Aparicio, 2009, p.129)
Además, estos términos también pueden variar según países o incluso regiones,
dependen del escenario social y del enfoque desde el cual se perciba la
discapacidad. Las palabras utilizadas para designar a una persona con
discapacidad son reflejo del pensamiento social y de la cotidianidad que se
vive en ella. En el desarrollo de esta disertación se hace una reflexión sobre la
manera en cómo se utilizan estos vocablos, generalmente de forma peyorativa,
la definición según la Real Academia Española, los sinónimos conocidos y por
último los términos adecuados para referirse a la discapacidad.
El desconocimiento y la evolución constante del concepto son dos factores en los
que se profundiza para ilustrar la evolución de la discapacidad y la terminología
utilizada de acuerdo con el modelo o la visión que se tenía de esta en distintos
contextos históricos. Además, se brinda al lector conclusiones sobre el uso del
lenguaje para referirse a las personas con discapacidad sin caer en estereotipos,
estigmas o cualquier otra alusión peyorativa a su condición.
Modelos de discapacidad
El concepto de discapacidad es un concepto en evolución puesto que:
…como la mayor parte de términos del lenguaje común, aparentemente
designa una realidad concreta y unívoca, pero sólo cuando uno se
sumerge en su complejidad, se aprecia la diversidad de significados y las
consecuencias del lenguaje en la vida cotidiana de las personas a las que
designa. (Diez y Civera, 2012, pp. 15-16)
La discapacidad
en el lenguaje o el
lenguaje para la
discapacidad
80.
Las palabras y su uso en el lenguaje van más allá de un nombramiento o una
designación, adquieren uno o varios significados en una realidad concreta. Los
vocablos tienen diversos matices ya que pueden cambiar según la interpretación,
los referentes culturales, el grado de avance a nivel académico o intelectual,
entre otros puntos a considerar. En cuanto a la terminología referente a la
discapacidad, se reconoce el carácter cambiante de este concepto, puesto
que influye el contexto histórico y se ve la necesidad de relacionarlo con las
dimensiones del entorno para comprender mejor su evolución.
La discapacidad ha estado presente en todas las sociedades humanas a lo
largo de la historia. Se han desarrollado diversas concepciones para explicarla
y, a partir de ellas, se definen actuaciones distintas frente a quienes presentan
esta condición. Existen varios paradigmas que ilustran el proceso evolutivo de
cómo fue considerada discapacidad en distintos contextos. Para efectos de este
artículo se toman cuatro modelos:
1. Modelo de prescindencia (tradicional, mágico/religioso). Este modelo
está relacionado a las primeras civilizaciones (griega, romana, entre otros)
cuyas creencias religiosas asociaban a la discapacidad con castigos divinos
o enemistad con los dioses, además debido a que se consideraba la fuerza
física como una de las principales fortalezas que aseguraba su sobrevivencia,
la discriminación o supresión de las personas con discapacidad era algo
normalizado en esas sociedades. Este modelo tradicional puede dividirse en dos
submodelos:
Submodelo Eugenésico: donde evidencia una fuerte creencia en las leyes
biológicas de la herencia y el perfeccionamiento de la especie humana.
Además, está “asociado a una visión animista clásica relacionada con el castigo
divino o la intervención del Maligno” (García y Sánchez, 2004, p. 29). Es decir, que
existía una idea relacionada con la creencia de estar maldito o condenado a
un padecimiento o enfermedad donde los dioses dejaban ver su descontento y
no se contribuía al mejoramiento de la raza, por esta razón la era una común la
eliminación de las personas con discapacidad.
Submodelo de marginación: la persecución, la exclusión y el desprecio eran
actitudes y conductas sociales que las personas con discapacidad soportaban.
La discapacidad era vista como algo negativo que manifestaba el malestar de
las fuerzas superiores y, por lo tanto, debía ser suprimida o borrada para evitar el
rechazo social.
Se consideró que las personas con discapacidad no contribuían a la
comunidad, que eran una carga para su familia, que sus vidas no valían
la pena o que era mejor para ellos que vivieran en lugares distintos del
resto de las personas. Las personas con discapacidad eran tratadas como
objetos de caridad y dependencia, y la principal respuesta que recibían
por parte de la sociedad era la exclusión. (Riveiro, 2011, p. 4).
Debido a su condición, las personas con discapacidad eran separadas de sus
familias o del resto de la sociedad, y en muchos casos permanecían ocultas sin
la menor esperanza de una vida digna. En este modelo, donde la discriminación
a las personas con discapacidad era algo cotidiano se emplean palabras
como: maldito, impuro, pecador. De igual manera, para algunas culturas la
discapacidad tenía origen demoníaco, como una marca de pecado, por lo
81.
tanto, quienes la padecían eran seres impuros que no podían ejercer funciones
relacionadas a ritos religiosos. Un ejemplo de esta exclusión se encuentra en la
Biblia, en el libro del Levítico 21: 17-21, donde se menciona que:
Habla a Aarón y dile: Ninguno de tus descendientes por sus generaciones,
que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer el pan de su Dios.
Porque ningún varón en el cual haya defecto se acercará; varón ciego,
o cojo, o mutilado, o sobrado, o varón que tenga quebradura de pie o
rotura de mano, o jorobado, o enano, o que tenga nube en el ojo, o
que tenga sarna, o empeine, o testículo magullado. Ningún varón de la
descendencia del sacerdote Aarón, en el cual haya defecto, se acercará
para ofrecer las ofrendas encendidas para Jehová. Hay defecto en él; no
se acercará a ofrecer el pan de su Dios. (Reina Valera, 1960, p. 169)
En el Nuevo Testamento también está presente la exclusión social que reciben
las personas con discapacidad, manteniéndose la idea de ser una marca
de pecado. El mismo Jesús se enfrenta a la sociedad de su tiempo, quienes
marginan a las personas con discapacidad, por considerar que su condición
era una consecuencia de los pecados de sus padres o de los propios. Jesús no
los margina, dejará que se acerquen o se acerca a ellos y los curará. Este tipo
de episodios se mencionan en diversos pasajes de la Biblia, la sanación de no
videntes, paralíticos, y muchos otros tipos de enfermedades. En los relatos, se
refuerza la creencia de obtener un milagro de Jesús cuando se otorga el perdón
de los pecados. Por ejemplo, en el texto del Evangelio de Juan 9: 1-3, donde
relata la curación de un ciego, la respuesta de Jesús a la pregunta sobre: “¿quién
ha pecado para que este hombre esté ciego, él o sus padres?”: éste responde:
“Ni éste pecó, ni sus padres: es para que se manifiesten en él las obras de Dios”
(Reina Valera, 1960, p. 1385).
2. El modelo médico-biológico (rehabilitador) donde la visión de discapacidad
cambia y las personas con esta condición se vuelven sujetos de cuidado, siendo
considerados personas incompletas, que deben ser reparadas o rehabilitadas
(volver a ser hábiles para algo), restándole por ello, el valor y dignidad que ya
poseen por el hecho de ser seres humanos. Este modelo surge después de los
conflictos bélicos al inicio del siglo XX, el cual incluye las dos guerras mundiales
y otras contiendas civiles en diversos países, lo cual generó un gran número de
afectados y el aumento de personas con discapacidad. Un antecedente previo
a las guerras fue la Revolución Industrial con jornadas laborales extenuantes y
condiciones de trabajo inhumanas cuando no existian los derechos de los
trabajadores, generaron discapacidad provocadas por accidentes de trabajo.
Friedrich Engels (1845) en el libro “La situación de la clase obrera en Inglaterra”
describe con gran detalle las mutilaciones, deformaciones y otras enfermedades
que provocaban discapacidad en los trabajadores como consecuencia de las
largas horas laboradas en las industrias de aquella época, sin la menor muestra de
preocupación de los dueños de los medios de producción. Indignado describe
sobre el aspecto mismo de la gente, cuya discapacidad se va haciendo notoria
a simple vista y menciona:
Todos los obreros fabriles tienen la misma voz tomada y ronca, pero
especialmente los hiladores húmedos y los dobladores. […] Otro efecto
molesto del hilado del lino se manifiesta bajo el aspecto de deformaciones
características de la espalda, en particular que el omóplato derecho
sobresale, como resultado de la naturaleza del trabajo. Esta manera de
hilar, lo mismo que el hilado del algodón en la Throstle (bastidor de anillo),
La discapacidad
en el lenguaje o el
lenguaje para la
discapacidad
82.
provoca además afecciones de la rótula, de la cual el obrero se sirve
para parar los husos mientras ata los hilos rotos. Las numerosas flexiones
del busto que exige el trabajo en estas dos últimas ramas y el hecho de
que las máquinas son bajas tienen por consecuencia deficiencias del
crecimiento. Yo no recuerdo haber visto en el taller de las Throstle de la
hilandería de algodón donde yo estaba empleado, en Manchester, a una
sola joven que fuese esbelta y bien proporcionada; todas eran pequeñas,
contrahechas y de estatura comprimida característica, realmente feas de
formas. (p. 239)
El concepto de discapacidad surge en este contexto y se empezó a utilizar para
designar a la incapacidad para ser explotado con el objeto de generar ganancia
para la clase capitalista; es decir, que una persona no tiene capacidad para
realizar un trabajo, ocupar su puesto en una cadena de producción y por lo
tanto, carece de valor para enriquecer a los dueños de los medios de trabajo.
El modelo médico-biológico o rehabilitador surge como una respuesta, ante este
grupo de personas con discapacidad producto de sus condiciones laborales
o debido a uno de los muchos conflictos armados. Parece ser una visión con
una alternativa que supera la marginación o la supresión del individuo, pero
existe otra manera de suprimirlo, ya que es visto como sujeto de cuido. En este
paradigma, el médico es quien adquiere poder, determina la condición y las
personas con discapacidad dependen de su diagnóstico para ser declaradas
actas para tomar decisiones en sus vidas.
La discapacidad resulta de la interacción entre las personas con deficiencias
y las barreras del entorno que impiden su participación plena y efectiva en la
sociedad, en igualdad de condiciones. Esto se vuelve visible y por lo tanto la
visión cambia hasta volverse una persona que necesita asistencia. La sociedad
ahora asocia a las personas que tiene esa condición como alguien incapaz,
defectuoso, incompleto, curado o con necesidad de ser reparado (rehabilitado)
medicamente para volver a ser alguien que se integre a la sociedad. Términos
como rehabilitación, normalización (para designar la integración a la sociedad),
inhabilitación, déficil en el funcionamiento, especial, minusvalía, entre otras.
También es importante señalar que en el modelo médico adquiere un gran
respaldo en la Clasificación Internacional de Deficiencias, Discapacidades
y minusvalías y en el Manual de clasificación de las consecuencias de la
enfermedad – CIDDM 1980- de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En
esta clasificación internacional se distingue entre deficiencia, discapacidad y
minusvalía, palabras que hacen referencia a imcompleto, disminución y menos
valor (Muñoz, 2010).
3. El modelo social o de derechos humanos de la Convención sobre los Derechos
de las Personas con Discapacidad (CDPD). Este tiene una afinidad con la visión
mediante la cual la sociedad y el entorno deben evolucionar para garantizar la
participación de todas las personas con discapacidad, eliminando barreras y
promoviendo el goce pleno de los derechos y las libertades fundamentales.
La discapacidad es un concepto que evoluciona constantemente, y en este
paradigma, gracias a los diversos grupos pertenecientes al Movimiento de
Vida Independiente (surgidos entre las décadas de 1960 y 1970) las personas
con discapacidad buscaban ejercer sus derechos y dejar de ser vistos como
dependientes, cuya condición los limita y hace que no puedan ejercer sus
derechos.
83.
La Convención de Derechos Humanos para las Personas con Discapacidad
y la Ley Estatutaria 1618 de 2013, constituyen el principal referente teórico
y normativo Internacional y nacional en la definición del concepto de
discapacidad a partir del enfoque de derechos. Con estas normas se
obliga a examinar la situación de cada persona con discapacidad o
en situación de debilidad manifiesta no de forma genérica, sino en el
contexto personal, social y cultural de cada individuo, atendiendo a los
rasgos singulares de la persona y del entorno. (Hernández, 2015, p.57)
En este modelo, la discapacidad es una condición y deja de ser vista como
un problema personal de salud que sólo atañe a quien la posee. La mirada
cambia para señalar que es la sociedad y la realidad en la que se desenvuelve
el individuo la que lo limita. Se establece que es ella quien debe ser modificada,
debe adaptarse a las necesidades de las personas con discapacidad ya que se
reconocen sus derechos, y la discapacidad deja de ser un problema individual
y pasa a ser social.
Gracias a la Convención de Derechos Humanos de las Personas con
Discapacidad la discapacidad se concibe como un problema dentro de
la sociedad y no como una característica de la persona, por lo tanto, no
es una situación que tiene efectos estrictamente particulares, sino que es
una cuestión que concierne derechos humanos (Ramírez, 2010, p. 144).
En este modelo se reconoce que las personas con discapacidad aportan al
desarrollo social y económico, por ello es necesario que la sociedad elimine
las barreras y fomente las oportunidades en igualdad de condiciones. Algunas
palabras que surgen en este paradigma social son inclusión, autonomía, vida
independiente.
4. Modelo Biopsicosocial: Después que el paradigma de derechos humanos
hace evidente la relación existente entre las personas con discapacidad y
su entorno. Este modelo deja al descubierto la necesidad de una legislación
adecuada que regule y garantice el acceso de este grupo a una educación
formal, a una vida independiente, a un empleo digno y remunerado según la
ocupación, a edificaciones y espacios públicos como aceras, autobuses, entre
otros.
En esta realidad, donde el contexto tiene muchas barreras estructurales y
sociales, surge el modelo biopsicosocial, que, sin llegar a implantarse totalmente
como los que se citan con anterioridad, también aporta un avance no sólo en la
percepción que el imaginario colectivo tiene, sino en la lucha de las personas con
discapacidad en el ejercicio de sus derechos y libertades. Este nuevo paradigma
surge después que la OMS declara que ninguno de los dos modelos previos es
adecuado por sí mismo y defiende la perspectiva que la discapacidad es un
fenómeno complejo que es al mismo tiempo una consecuencia de un problema
del cuerpo humano, que atañe al individuo, y de un complejo fenómeno social,
es decir el contexto en el que se desarrolla (OMS, 2002). Por lo tanto, la OMS
propone un modelo de discapacidad que esté basado en la interacción de
las características de la persona con discapacidad y las del contexto en el que
esa persona desarrolla su vida, reuniendo así los aciertos de los paradigmas
anteriores, propone retomar lo mejor tanto del modelo médico rehabilitado
como del modelo de derechos humanos.
La discapacidad
en el lenguaje o el
lenguaje para la
discapacidad
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Nuevos conceptos como diversidad funcional, diseño universal, autonomía
personal y accesibilidad son algunos de los cambios que se observan en el
lenguaje y que ilustran un cambio de paradigma cuya misión es construir una
sociedad más justa y solidaria.
Después de conocer las diversas visiones sobre discapacidad y los vocablos
asociados a ella, se presenta a continuación una lista de términos utilizados en la
cotidianidad. En la tabla aparece la definición según el Diccionario de la Lengua
Española 23.ª edición, versión en línea, así como los sinónimos empleados que
generalmente son igual o más peyorativos que el término mismo. Al final se hace
referencia al término adecuado para referirse a una persona con discapacidad
bajo el paradigma actual.
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La discapacidad
en el lenguaje o el
lenguaje para la
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Conclusión
En los paradigmas de la discapacidad y el uso del lenguaje es importante señalar
que a través del tiempo se ha evolucionado hasta buscar que las personas con
dicha condición sean vistas como iguales y que tengan los mismos derechos y
oportunidades que los demás. “No existe una noción única sobre discapacidad,
y esto ha quedado demostrado con la evolución terminológica, conceptual y
normativa que se ha ilustrado a través de la historia”. (Seoane, 2011, p. 151)
87.
Si se toma en sentido cronológico, es notorio observar que el modelo médico y
el social o de Derechos Humanos son dos vertientes que conviven de manera
simultanea, incluso con el paradigma biopsicosocial, ya que no corresponden a
períodos específicos en el tiempo. Sin embargo, hay sociedades en las que se
siguen ciertas conductas del paradigma tradicional.
Poco a poco se dejan de lado palabras que tienen una connotación negativa.
Por ejemplo, minusvalía, que hace referencia a menos valor, discapacitado que
sugiere no estar capacitado para realizar determinadas funciones; rehabilitado,
que lleva a pensar en regresar a hacer hábil para algo. También hay otras palabras
cuyo significado hacen referencia a un ser incompleto o con la necesidad de
ser reparado. Además, debe dejar de utilizarse la palabra normal para definir a
las personas que no tienen discapacidad cuando se compara con una que sí
tiene. La normalidad hace referencia en este caso a una separación peyorativa
debido a una condición, por lo tanto, su uso no debe establecer este tipo de
comparaciones.
Cada sociedad tiene en un lapso específico, un contexto social, en el
cual establece colectivamente lo apropiado y lo inapropiado, es decir,
hacen la diferencia, existen a su vez unos expertos que determinan a
través de juicios clasificatorios a los que presentan diferencias, proponen
el vocabulario de cómo se les denominará, señalan el papel social que
van a cumplir en su comunidad y el probable tratamiento que se les va a
dar (Aguado, 1995).
A través del lenguaje se cambian las percepciones. Se puede buscar, más allá
de la designación, construir una realidad donde se deje de lado el enfoque
caritativo donde las personas con discapacidad sean vistas como sujetos de
cuido con un problema individual. Se puede establecer desde las palabras, la
visión donde la sociedad en general debe transformarse y crear un entorno que
no tenga barreras de en infraestructura ni de trato inhumano en una sociedad.
La preocupación por brindar un lenguaje unificado sobre el concepto de
discapacidad es parte de la agenda de las Naciones Unidas a través de
los órganos especializados, donde la discapacidad no debe entenderse
como la consecuencia de la enfermedad, sino que en ella se recogen
las deficiencias en las funciones y estructuras corporales, las limitaciones
en la capacidad de llevar a cabo actividades y las restricciones en la
participación social del ser humano. (Ripollés, 2008)
Se debe considerar evitar el lenguaje discriminatorio y eliminar el uso de los
vocablos estigmatizantes puesto que la discapacidad no debe ser vista como algo
inherente, sino como una condición de una persona. Una adecuada selección
de las palabras muestra respeto a este grupo que ha sido tradicionalmente
marginado y elimina su invisibilidad. Además, siendo el lenguaje una herramienta
en la opinión de los demás, es importante quitar los términos peyorativos para
cambiar la percepción que la discapacidad es una enfermedad.
88.
La OMS en la revisión de la Clasificación Internacional del Funcionamiento,
de la Discapacidad y de la Salud (CIF-2001), reconoció que los términos
utilizados pueden, a pesar de todos los esfuerzos realizados, estigmatizar
y etiquetar, por lo que tomó la decisión de abandonar totalmente la voz
minusvalía y otras similares debido a su connotación peyorativa, y de
utilizar en su lugar el de discapacidad como término genérico que incluye
déficits, limitaciones en la actividad y restricciones en la participación.
(Ferreira, 2010, p. 57–58)
Para la construcción de una realidad con un lenguaje apropiado, no se debe
dejar de lado la opinión de este colectivo, ya que se trata de conocer sus
necesidades de primera mano, escuchar su voz, promover ejercicio de sus
derechos y respetar su integridad como seres humanos. Al igual que el uso del
lenguaje, las sociedades poco a poco entran en la dinámica de utilizar las
palabras adecuadas; sin embargo, este caminar aún es lento y necesita de
mayor claridad en el uso del lenguaje, sirva este artículo para abonar a este
esfuerzo y contribuir a una comunicación que fomente el respeto a las personas
con discapacidad.
89.
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